Hoy me he levantado con muchas ganas de ver el mar, antes de perder la mirada lo podía observar desde mi terraza, ahora sólo aspiro a crearlo con la imaginación, aunque todos sabemos que no es lo mismo. Mi piel se reseca mucho, he de estar con frecuencia en contacto con el agua, es algo normal, suele ocurrir a partir del décimo día del cambio, necesito hidratarme. Estad tranquilos, no saldrán escamas ni nada extraño de mi epidermis, aunque lo aceptaría con dignidad. Lo que realmente necesita y desea mi nueva condición de ser son, las olas, la arena, el salitre, la libertad y la hospitalidad del Mediterráneo, el mar que me vio nacer y crecer. Todo llegará.