HOMBRE-CARACOLA EN LA ISLA DEL CORAZÓN MÁGICO. CAPÍTULO XII. LA MISIÓN.

HOMBRE-CARACOLA EN LA ISLA DEL CORAZÓN MÁGICO.

Capítulo XII

LA MISIÓN.

Chancho y Frida nos han despertado a lengüetazos, saber de ellos nos ha llenado de alegría, estábamos muy preocupados, por lo visto no les ha afectado el cambio de época y el Loco de las montañas bien los tenía cuidados, se ven nutridos y felices. Tenemos la cabeza aturdida porque ayer por la noche estuvimos tomando un brebaje que el misterioso hombre con mucha amabilidad nos ofreció. Aunque por lo visto aquella amarga bebida creo que tenía efectos psicotrópicos, debimos haber tenido precaución pero fue tan hospitalario el hombre… Toda la noche he estado soñando que yo era un francés volador, incluso mis pensamientos tenían el característico acento de los que viven en el país del amor. Mientras volaba en mi mundo onírico cantaba la canción “La Vie en Rose” y lanzaba croissants contra unos hombres sin alma que dominaban aquel mundo con la guerra y la ambición. El caso es que cuando aquellos hombres se comían la bollería que les disparaba se convertían en niños que tan solo querían jugar a El Corro de la Patata, se transformaban en los mismos niños que fueron en su pasado cuando todavía eran libres de corazón. No pude salvar al mundo y curar a todos aquellos señores con mis croissants, mi despertar lo impidió aunque bien hice mi faena hasta que mi mente despertó, bien sé que les hice un gran favor.

Dejando atrás el sueño de la noche y mi heroica hazaña os he de decir que hace un día fenomenal, así lo diría mi abuelo Juan Diego Roldán. A él todo le parecía fenomenal al final de su vida, desde jugar al dominó con sus amigos hasta salir a la calle por el simple hecho de respirar…, cualquier cosa es mejor que una guerra civil, dónde va a parar…
El Loco de las montañas lleva media hora en el bosque siguiendo los pasos a una chova piquigualda, le encanta observarla y la admira como si aquella ave fuera su dios. Nos acercamos al hombre y le hago un gesto de agradecimiento por ofrecernos cama, comida, fuego… y aquel brebaje que aunque buena guerra nos dio al beberlo, todo es de agradecer cuando te ofrecen las cosas de corazón. Seguidamente mi compañera le pregunta al buen hombre por su vida, si está solo o tiene familia en el mundo de la realidad, si necesita de nuestra ayuda para algo… El hombre después de comprender nuestras ganas de comunicarnos con él, se nos acerca y nos dice que solo puede sentir la vida pero que no entiende nada y que las palabras tan solo sirven para confundir su verdad. Seguidamente y pasando totalmente de nosotros se pone a cantar la canción “Háblame de ti” de Los Pecos, que por 1980 sonaba en los 40 Principales rompiendo miles de corazones adolescentes. Y he de deciros que el hombre nos deja desconcertados y boquiabiertos con su potente voz y su insólita interpretación.
Queda claro que poca información vamos a sacar del Loco de las montañas, parece que guarda su verdad bajo llave y por nada del mundo la quiere desvelar. Así que le dejamos cantando y regresamos al hogar que no es de nadie aunque tenemos el derecho de poder cobijarnos en él, al misterioso hombre todo le da igual y eso lo interpreto como un gesto de generosidad.
Estamos en brazos de la incertidumbre como casi siempre, solo en el estado de lucidez podemos entender algo aunque luego se olvida todo como olvidamos las olas que desaparecen en la orilla del mar. Pero hemos decidido vivir el presente, no nos queda otra y además creo que es la mejor opción. Nos hemos puesto a danzar para celebrar la vida que a pesar de no entenderla la sentimos en nuestros corazones. Poco nos ha de importar vivir en 1980 o en 2023, ni en qué país ni en qué realidad ponemos los pies… Poco nos debe preocupar nuestra religión ni las ideologías ni nuestra condición sexual ni el color de nuestra piel… Lo importante es sentir el sol y el viento…, lo primordial es respirar sin importarnos el mañana ni el ayer.

Mientras terminamos de aceptar todo lo que nos da la vida escucho la voz poderosa del Corazón Mágico en mi universo interior. Me comenta que quien ingiera la pócima mágica que creó el Loco de las montañas tiene posibilidades de salvar el planeta del mundo de los sueños, transformando a todos los hombres sin alma en los niños que fueron en el pasado y eso mismo fue lo que hice yo anoche con unos cuantos. La voz me sugiere que olvide la verdad que guarda con su vida el Loco de las montañas y me cuenta que ni si quiera el pobre hombre entiende el enigma que posee guardado en su loco corazón. La imponente voz me dice que el brujo Palomín, contratado por los hombres sin alma, volvió loco al pobre hombre para que nadie conociera su verdad, la misma verdad que podría cambiar el mundo de la realidad en cuestión de segundos si se descubriera. El Corazón Mágico me aconseja que olvide la peligrosa pócima que creó el Loco de las montañas y que siempre ayude a los demás con mi corazón y mi creatividad.
Y para ir terminando con sus explicaciones, la voz me comenta que mi única misión por ahora es combatir como guerrero chamán en el mundo de los sueños contra los hombres sin alma, transformándolos en los niños que una vez fueron. La voz del Corazón Mágico se despide de mí y me advierte que yo solo no podré jamás conseguir mi objetivo, que la humanidad también ha de soñar y luchar por salvar el planeta del mundo de los sueños. Me sugiere que si quiero ayuda de los demás tan solo he de danzar como los indios Cheyenes tocando el tambor mágico del Loco de las montañas, como si mi vida dependiera de ello.

Desaparece la voz y se escucha el rotundo silencio.

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HOMBRE-CARACOLA EN LA ISLA DEL CORAZÓN MÁGICO. Capítulo XI.

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Capítulo XI

DE VUELTA A LA ISLA DEL CORAZÓN MÁGICO.

Mujer-Caracola y yo nos dirigimos al espigón de Tarragona, cuando era joven me gustaba ir allí con los amigos. Después de cada fiesta, acabamos viendo el amanecer escuchando como estallaban las olas contra los grandes bloques de hormigón mientras comíamos churros con chocolate.
Han pasado dos semanas desde el día de la inauguración de mi exposición y en estos días hemos disfrutado muchísimo de la familia y los amigos. Como bien sabéis todos la realidad sigue igual, a plena luz del día se sigue permitiendo las guerras, la desigualdad, la esclavitud.., se continúa arrasando los bosques, envenenando el aire, los mares y los ríos de mi amado planeta…
Pienso en el camino que lleva la humanidad y me produce tristeza, de mi corazón brotan lágrimas como perlas pero como el buen chamán, nunca mostraré mi llanto frente a la tribu, yo siempre le lloro a las estrellas, ellas son las que mejor entienden mis penas.
De repente escucho en mi universo interior la inconfundible voz del Corazón Mágico. Me dice que de nada sirve mi tristeza ni mi indignación para que mejore el planeta, aunque comprende que resulta inevitable entristecerse e indignarse con las injusticias. Me comenta que en poco puedo ayudar si la humanidad no despierta y que lo mejor que puedo hacer es amar y contagiar con mi amor a todo lo que se menea. El Corazón Mágico me cuenta que el hombre no evolucionará mientras gobierne en el planeta la ambición y me dice que cambiar el mundo es demasiado complicado incluso para el chamán más poderoso de la Tierra que conoce, aunque no nombra su nombre. Me explica que ese chamán a principios de los ochenta intentó cambiar el mundo y estuvo a un paso de conseguirlo pero un brujo de las fuerzas del mal le volvió loco, tanto que perdió por completo su identidad y nunca jamás volverá al mundo de la realidad. Aunque el Corazón Mágico trata de darme esperanzas y me dice que todo es posible y que todos los problemas tienen solución menos la muerte.
Llegamos al final del rompeolas y el Corazón Mágico me pide que regresemos a la isla, que allí está nuestro lugar. Me sugiere que si tengo la intención de ayudar a la humanidad, solo en el mundo de la imaginación puedo hallar las soluciones de todos mis problemas y que la naturaleza será mi mejor maestra.
Mi compañera y yo decidimos sin dudarlo regresar a la isla, en gran parte porque Chancho y Frida siguen allí y no pretendemos abandonarlos. El Corazón Mágico nos recuerda que si queremos volver sigamos bien los pasos que nos indicó el Guardián de los Sueños.
Unimos las manos con la llave dorada en mi bolsillo, cerramos un ojo y empezamos a cantar la canción de José Luís Perales, “Un velero llamado libertad”, pero surge un problema. Mujer-Caracola no recuerda bien el estribillo y ha dicho en una frase, “Y a su barca le llamó libertad” y lo correcto es, “Y a su barco le llamó libertad”. Pero ya no podemos dar marcha atrás, la magia está echada, esperemos que los espíritus nos protejan y nos lleven a la isla sin ningún problema.

Hemos aparecido desconcertados justo al lado del muro del recinto de nuestro hogar de la isla, hace mucho frio y esta lloviendo. Ahora al muro no le falta ni una piedra, parece recién construido y el corazón de hierro oxidado que había anclado en él parece nuevo y reluce como el sol. La puerta de la entrada del recinto está flamante y abierta de par en par. Así que nos acercamos a la casa pero antes de llegar vemos que el limonero del jardín es tan solo un esqueje, los pinos de alrededor parecen recién plantados…, toda la vegetación ha cambiado. La casa está como nueva por fuera, tiene como recién instaladas todas las persianas, el tejado está impecable y la edificación no tiene ni un desconchón. Sale humo de la chimenea de la casa, parece que en nuestro hogar ahora vive alguien, eso nos inquieta. Nos acercamos a la entrada y Mujer-Caracola me dice que la puerta parece otra de lo nueva que está, que ahora tiene cerradura y por mucho que empuja no se puede abrir. El pulsador del timbre que antes estaba destrozado y no funcionaba por falta de corriente está como nuevo de trinca y en la casa se ve que hay luz. Mi compañera se acerca por el exterior a una de las ventanas del comedor y logra ver a un hombre sentado frente al fuego de la chimenea, parece que está escribiendo algo. Viste con una túnica muy parecida a la que Mujer-Caracola me regaló en Turquía y en su pelo a lo Einstein reinan las canas alborotadas con ganas de guerra, parece que nunca han visto un peine. Mi compañera no logra verle la cara, el hombre parece muy concentrado en sus quehaceres.

El frio aumenta, la lluvia aprieta, se ha levantado un viento endemoniado y bien sabemos que por los alrededores no hay lugar donde cobijarse, así que decidimos pulsar el pulsador. Suena el zumbador marca Simón y en poco tiempo se abre la puerta. Nada más abrir el hombre se gira y nos da la espalda sin que Mujer-Caracola logre verle el rostro, luego se dirige al fuego, se sienta en un sillón de escai del estilo de los ochenta y sin darse la vuelta nos comienza ha hablar pidiéndonos disculpas por no poder presentarse, dice que no recuerda su pasado ni sabe quien es y que no entiende nada de la vida ni de su vida, incluso desconoce porqué vive en la isla… Mientras nos habla mi compañera observa la casa sorprendida de cómo está cambiada. Ahora hay muchas estanterías en las paredes con cientos de botes llenos de múltiples hierbas y potingues, por todas partes hay amuletos: De huesos de zorro, de plumas de cuervo, de colas de rata, de colmillos de jabalí, de picos de vencejo… Apoyado en un rincón hay un báculo precioso, muy trabajado, con plumas de paloma blanca y una punta dorada con incrustaciones de gemas preciosas… Curiosamente el calendario de la cocina es de mil novecientos ochenta. En las dos habitaciones hay camas como dios manda, ya no está nuestro humilde lecho de briznas de hierba. Por lo visto el extraño hombre practica la creatividad. Al lado de la hoguera hay una guitarra, una flauta, sonajeros de cascabeles y un tambor de piel de conejo… y la mesa del comedor está repleta de cientos de dibujos y libretas. Mujer-Caracola con cuidado abre una libreta y ve escrito un poema firmado con el nombre, El Loco de las Montañas.

Está claro que el error de mi compañera en el estribillo de la canción nos ha trasladado a los años ochenta y que el señor que ahora habita en nuestro hogar es el Loco de las montañas. Y por lo que me desveló el Corazón Mágico y por lo que hemos observado intuyo y me atrevo a decir que que este hombre es el mismísimo chamán mas poderoso de la Tierra, el mismo que estuvo a un paso de cambiar el mundo, el que perdió su identidad y no podrá nunca volver al mundo realidad.

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HOMBRE-CARACOLA EN LA ISLA DEL CORAZÓN MÁGICO. Capítulo X.

Capítulo X

EL CONTACTO CON LA REALIDAD.

Hoy nos hemos levantado con ilusión y esperanza por encontrar la llave que abre la puerta de la realidad, ahora debemos buscar al Guardián de los sueños que nos ayudará a localizarla, según me contó el Corazón Mágico.
Sabemos que no resultará fácil dar con Merlín, la isla es inmensa y podríamos tardar semanas. Nos adentramos en un sendero hasta ahora desconocido por nosotros y de repente, Mujer-Caracola me coge de la bata y frena mis pasos. Está sorprendida porque según me cuenta, entre otras cosas inverosímiles, las flores del entorno tienen ojos que nos observan, las aves poseen dos cabezas y las hormigas hacen más o menos medio metro de altura, aunque parecen inofensivas. Queda claro que en la Isla del Corazón Mágico la magia siempre está asegurada.
Hemos andado un par de horas hasta dar con un cruce de caminos y ahora tenemos que determinar cual coger. Aprovechamos para descansar y al momento un conejo de color rosa se nos acerca y juega un rato con nosotros dejándose acariciar, es muy mimoso y ríe a carcajadas cuando le frotas la barriga. La bella criatura decide tomar uno de los caminos y nosotros le seguimos sin dudarlo. Intuyo que el conejo nos puede llevar hasta el Guardián de los sueños y últimamente confío mucho en mi intuición.
El conejo nos conduce hasta una colina donde reinan millones de pequeños saltamontes que no dejan de estamparse contra nuestras piernas. El conejo desaparece y de repente escuchamos un maullido en la lejanía que nos alegra el alma. Mi compañera llama al gatito y al momento aparece y se nos acerca. Es Merlín ¡¡¡el mismísimo Guardián de los sueños!!!, la alegría que sentimos es desbordante y no nos queda otro remedio que danzar para celebrarlo.
Después de la danza le pregunto al pequeño felino dónde encontrar la llave que abre la puerta de la realidad y muy enfadado me recuerda que si yo quiero escucharle antes deberíamos hacerle una ofrenda. Le pido disculpas y me descuelgo del cuello la caracola que tanto aprecio y que uso como amuleto, se la acerco al oído y le digo que a través de ella siempre que quiera puede escuchar el sonido del mar. Merlín, sorprendido por el sonido que emite la concha y por su magia acepta con mucho agrado la ofrenda, seguidamente se me sube al hombro y me lame la caracola que llevo por cabeza mientras mueve la cola de alegría. Luego me pide que me retire unos pasos de donde estoy, entonces me alejo y empieza a escarbar justo en el mismo lugar que yo ocupaba, por lo que creo mis pies nos han llevado al lugar preciso. Al rato de escarbar, Mujer-Caracola puede observar con muchísimo agrado que en aquel agujero hay una llave dorada, así que la coge, la limpia y la deja brillante como el sol. Nos abrazamos y seguidamente lanzo al viento dos plumas de abubilla y un puñado de cuernos de escarabajo mientras salto como un canguro para agradecer a los espíritus nuestro éxito. Acto seguido le pregunto a Merlín qué debemos hacer para encontrar la puerta que nos lleve a la realidad y éste nos dice que tan solo debemos poseer la llave, cerrar un ojo, juntar nuestras manos y cantar la canción de José Luís Perales, Un velero llamado libertad. También nos comenta que siempre que queramos regresar a la Isla del Corazón Mágico debemos hacer la misma operación. Saber que podemos volver a la isla nos agrada mucho. Merlín nos advierte que podemos aparecer en cualquier lugar de la realidad, eso nos inquieta un poco, no pretendemos acabar en Osaka o en el Helsinki… Pero sin dudarlo un segundo cumplimos con los pasos que nos indicó el lindo gatito y en menos de un minuto ¡¡¡por fin logramos acceder al mundo de la realidad!!!.

Hemos aparecido en la sala de exposiciones de la CRAI Universidad Rovira y Virili Campus Catalunya de Tarragona, algo aturdidos por el viaje corto pero intenso. Todo parece surrealista. Las obras expuestas son algunas de las que he ido creando estos últimos años y en la sala habían muchas personas viéndolas y entre ellas, ¡¡¡están nuestras familias y nuestros amigos!!!, no damos crédito a lo que está pasando. Abrazamos con la fuerza de un león a nuestros seres queridos y les contamos nuestra aventura. En la exposición también ha aparecido entre los asistentes mi Maestro Chamán, un Niño Nautilus, el Dios del Ebro y un espíritu que me ha dicho que siempre me persigue…, todo es tan extraño..
Por lo visto la magia de la vida nos ha ayudado a cumplir nuestro sueño. Me dirijo a un órgano musical que hay en la sala y le toco una canción a la humanidad por tanto amor recibido. Y después de mi melodía todos han empezado a aplaudir por mis trabajos y luego personas del mundo del arte han dicho cosas muy bellas de mí… Todo eso me emociona mucho, soy hombre de pueblo y no estoy nada acostumbrado ni a los halagos ni a los aplausos, así que de mi corazón brotan lágrimas que nadie puede ver y se las dedico a mi padre ya que no pude llorarle en su entierro. Por suerte vive en mí y bien sé que sigue celebrando todos mis éxitos, no hay que ser muy listo para saber eso.
Me dirijo a una sala exterior de la universidad, la gente me acompaña, enciendo un fuego y danzo a su alrededor para agradecer a la vida la existencia a pesar de todas las guerras.

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HOMBRE-CARACOLA EN LA ISLA DEL CORAZÓN MÁGICO. CAPÍTULO IX.

HOMBRE-CARACOLA EN LA ISLA DEL CORAZÓN MÁGICO.

Capítulo IX

EL OJOS DE LA REINA DE LA NATURALEZA.

Las luces anaranjadas del amanecer del nuevo día nos despiertan lentamente con mimo y delicadeza, esa es la mejor manera de comenzar el día. Al igual que las moscas que por la mañana están más tontas, no soporto levantarme con prisas y mucho menos a golpe de pito, como algunos sabéis soy el peor enemigo de las dictaduras de las alarmas y sé que no soy el único. Hay un ejército de personas dispuestas a colocar sus despertadores en la vías deseando que los chafe un tren de mercancías, mucha gente sueña con lanzarnos desde una avioneta al mar de la Conchinchina… Con todo eso quiero decir que algo va mal.
Demasiados trabajadores odian levantarse para ir a trabajar porque en sus oficios se dejan la piel para no llegar a fin de mes y para que la mayoría de su esfuerzo sirva para enriquecer y engordar al mandamás, eso bien lo sabe el estado y los sindicatos… que para algo deberían estar. Yo pienso que el trabajo es bueno y necesario, siempre y cuando lo ames sin que nadie abuse de ti, si no es así se convierte en esclavitud. Yo tuve que pasar por el aro por eso siempre he estado con los de abajo, aunque admiro y aplaudo a los empresarios que cuidan de los empleados que cumplen con su trabajo. Yo no soy Espartaco pero nací con alma de esclavo. Provengo de una familia humilde, trabajadora y honrada, eso me hace sentir muy orgulloso, nosotros al menos de nadie nos hemos aprovechado.

Salimos de la casa y nos ponemos a caminar disfrutando en cada paso del enorme Corazón Mágico y reflexionando sobre él. A pesar de no poder verlo al completo desde tierra ahora lo podemos sentir, es una extraña pero bella sensación. Algo parecido pasa con el amor, que es tan inmenso que no se puede ver, ni tan siquiera la NASA es capaz de hacerlo pero bien sé que habita en todos los corazones sin excepción, aunque hay personas que lo dejan en libertad y otros lo tienen encerrado tristemente en una prisión.

El Guardián de los sueños me dijo que todas las respuestas están en la naturaleza o también me las podría ofrecer su madre Mixeta y yo tengo un mar de preguntas, todavía no sabemos cómo contactar con la realidad… El loco de las montañas reveló que el Corazón Mágico estaría agradecido si se le ama pero eso estamos haciendo desde que llegamos a la isla y no hallamos respuestas. Será cuestión de esperar una señal que guie nuestros pasos que ahora andan perdidos en el mar de la incertidumbre, como siempre.

Al cabo de media hora hemos acabado en un paraje donde abundan un sin fin de flores silvestres y plantas aromáticas… Vemos en una zona de este bello entorno que la hierba y el espliego se mueven, así que nos acercamos a ese lugar con cautela y sigilo asustados pero muertos por la curiosidad. A medida que nos aproximamos el misterio que deseamos descubrir también se va acercando a nosotros entre la maleza. Nos quedamos paralizados con el corazón encogido hasta que descubrimos con mucho agrado que el movimiento de la vegetación lo provoca Mixeta la Reina de la naturaleza. Pero enseguida nos preocupamos porque la gata está tratando de defenderse de una culebra venenosa que está a punto de morderle. Evitamos la pelea con una rama sin herir a nadie, la culebra huye y nos alejamos rápidamente de la zona por seguridad y pavor. La hermosa gata olvida al bello reptil y nos acompaña agradecida con el rabo estirado hacia arriba por la alegría y enredándose por nuestros pies dejándose acariciar, posiblemente le hemos salvado la vida.

Nos sentamos sobre el tronco de un roble abatido en el suelo por los rayos. Cojo en brazos a la Reina de la naturaleza y le restriego con cariño mi caracola por la barriga mientras le hago con las manos un masaje craneal, en eso soy experto, siempre he tenido gatos. Mixeta se vuelve loca por mis mimos y al acabar de hacérselos, aprovecho para preguntarle cómo podemos acceder a la realidad.
Los maravillosos y salvajes ojos verdes pardo del animal se fijan en mí, Mujer-Caracola los describe detalladamente y me ayuda a imaginarlos. Y con la imaginación veo en ellos una puerta que se abre y tras ella se puede apreciar desde muy lejos los paisajes y los pueblos cercanos del mundo de la realidad. Trato de entrar por la puerta pero ésta se cierra y al momento escucho una voz que percibo desde todos los rincones de mi imaginación.
¡Me está hablando el mismísimo Corazón Mágico!. Me cuenta que hemos hecho los méritos suficientes para conseguir la llave que abre la puerta de la realidad y que pronto podremos encontrarla con la ayuda del Guardián de los sueños. Me tranquiliza diciéndome que pronto estaremos con nuestros seres queridos y yo le muestro mi gratitud. El Corazón Mágico está muy contento porque le amamos y eso le gusta a cualquiera incluso al dictador, al asesino o al maltratador…, ellos son los que más necesitan amor, cuanto más reciban menos molestarán al resto de la civilización.

Como por arte de magia Mixeta desaparece. Nos ponemos a caminar y llegamos a casa llenos de emociones y eufóricos por los logros hasta ahora conseguidos. Encendemos la hoguera y como casi todas las noches nos ponemos a danzar agradeciendo a los espíritus la victoria de hoy.

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HOMBRE-CARACOLA EN LA ISLA DEL CORAZÓN MÁGICO. CAPÍTULO VIII.

HOMBRE-CARACOLA EN LA ISLA DEL CORAZÓN MÁGICO.

Capítulo VIII.

EL DÍA QUE HOMBRE-CARACOLA DESCUBRE EL CORAZÓN MÁGICO.

Nos hemos levantado mucho antes del amanecer gracias a Mujer-Caracola, ya que a mí si no me despiertan no me levantaría jamás de los jamases y tengo mis razones. En mi mundo onírico me olvido de mí, no tengo ninguna responsabilidad, me siento libre como Manolito a la hora del patio y puedo prescindir de mi cuerpo. Os juro que por mucho que me duelan a horrores los pies soy capaz de bailar como Gen Kelly o John Travolta sin mover ni un solo hueso. Me siento tan bien cuando sueño… Soñando he salvado muchas veces el planeta, bien lo saben los espíritus, he llegado a ver unidas todas las manos y he escuchado la música por las calles…, os puedo asegurar que desde mi cama he detenido todas las guerras del mundo entero… No sé si vosotros habéis soñado con algo parecido, yo al menos empiezo a tener complejo de súper héroe, aunque bien sé que ya no tengo poderes, los dejé enterrados en Almoster, ni tan siquiera puedo volar al universo como lo hacía. Os prometo que nada tengo que ver con Supermán, el Zorro o Lobezno…
Es normal que al despertar después de haber conseguido la Paz mundial en mis sueños me lleve una gran desilusión, por eso a veces a primera hora de la mañana sufro un humor de perros. Aunque la naturaleza sana y busco enseguida la cura y la calma entre las flores, las encinas y los cedros… Trato de iluminar mi oscuridad lo más rápidamente posible, no me gusto para nada con mi odio matutino aunque no puedo evitar ese estado, por lo visto forma parte de mí y si me quiero amar entero he de aceptarme con lo malo y lo bueno. Tengo muy claro que soy frágil e imperfecto, no soy el dueño de mis sentimientos, aunque suelo acabar cuanto antes con mi mal genio.

El cielo está despejado, la tormenta pasó como lo hacen todas y ahora en la Isla del Corazón Mágico se goza de la calma, la temperatura es perfecta y no hace nada de viento.
Acompañados por la luz de la luna cogemos el sendero que baja al lago, el suelo está embarrado por la lluvia, resulta difícil el descenso, suerte que hemos salido con tiempo.

Después de muchas fatigas llegamos al lugar de encuentro, el lago refleja la luz de la luna aunque pronto la bella esfera acabará su reinado porque en breves momentos el sol será el dueño y señor de los cielos. Aunque se nos puede hacer larga la espera, el tiempo es relativo, a veces un minuto es una eternidad y veinte años son un suspiro. Por eso no me gusta esperar y trato de vivir cada instante, como me dijo mi maestro chamán: “Es importante todo momento”.

Mi compañera dibuja en mi caracola un corazón con pigmento rojo de alitas de mariposa mientras yo entierro excrementos de rata en el suelo. Orino sobre la tierra que cubre la caquita del roedor y a la vez toco mi bocina al ritmo de La Cucaracha, de esa original manera pido a los espíritus protección para el nuevo viaje. No se me ocurre otro modo de hacerlo con el material del que dispongo, en mis rituales suelo improvisar, no es mi intención copiar de los chamanes. Considero que cada maestrillo tiene su librillo, aunque creo que siempre seré aprendiz porque ante los enigmas de la vida soy un ignorante en el mundo de la realidad y en el de los sueños. Lo bueno de eso es que siempre estaré aprendiendo, aunque trato de trabajar siempre en el oficio como si fuera un profesional con mi humilde criterio, sea malo o bueno. Una de las chumberas me dijo que yo tenía que ser siempre yo mismo y en eso estoy de acuerdo.

Las primeras luces que aparecen en el cielo del mundo de los sueños comienzan a batallar con la oscuridad. Los colores anaranjados derrotan a los negros y al momento un sol rojizo aparece deslumbrante en el hermoso horizonte, ¡ya está aquí el deseado amanecer!.
Se escuchan en la lejanía los inconfundibles graznidos del cuervo, suenan como una bella melodía que alegra nuestras almas obligándonos a bailar.
Se acerca la preciosa ave y sin andarse por las ramas me dice que me tumbe en una gran roca y que trate de conciliar el sueño y yo con mucho agrado trato de obedecerle. Aunque me cuesta dormir y el animal para ayudarme me canta una canción de Paul Simon y Garfunkel que irremediablemente me hace introducir en mi mundo onírico.

En este momento estoy viendo mi cuerpo tendido en la roca, ¡es alucinante!. Mi compañera rellena el hueco de mi caracola con hojas de laurel y alitas secas de escarabajo pelotero como le pedí, eso me puede mantener a salvo de embrujos no deseados.
El pájaro ha comenzado a volar y mi cuerpo, Mujer-Caracola y los árboles… se empequeñecen a medida que mi aliado se aleja hacia el cielo. Y al llegar a la altura de las nubes mi compañero de vuelo mira hacia abajo y seguidamente me llevo una enorme y agradable sorpresa. Se aprecia claramente que la isla tiene forma de corazón, sin duda alguna lo he logrado, ¡¡¡por fin he descubierto el Corazón Mágico!!!.

Despierto asombrado del sueño, me toco el cuerpo y la caracola para comprobar que nada me falte y para saber si estoy durmiendo o despierto. Luego abrazo a mi compañera mientras le cuento emocionado y jubiloso el gran hallazgo que he descubierto a través de los ojos del mágico cuervo.

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HOMBRE-CARACOLA EN LA ISLA DEL CORAZÓN MÁGICO. CAPÍTULO VII.

HOMBRE-CARACOLA EN LA ISLA DEL CORAZÓN MÁGICO.

Capítulo VII

EL DÍA QUE HOMBRE-CARACOLA INVOCÓ A LA TORMENTA.

Han pasado dos semanas del encuentro con el cuervo del lago. Esperamos la lluvia como un niño a su cumpleaños, deseamos que llegue el día después de la próxima tormenta para acudir a la cita con el mágico pájaro. Hoy no hay dibujada ni una triste nube en las alturas, el sol desde su soledad impera en un cielo despejado y hace calor a pesar de que estamos en tiempos de la castaña.

He creado un círculo de piedras en una colina y en su centro he encendido una hoguera. Me he quitado toda la ropa y el calzado, tan solo llevo colgado del cuello mis amuletos de raspas de sardinas del Serrallo y mandíbulas de bacalao, son los que utilizo siempre para invocar a la lluvia aunque nunca me han dado resultado. Todavía soy un simple aprendiz de chamán y no se yo si algún día seré maestro, aunque he de deciros que a todo le pongo empeño, desde arreglar una persiana a escribir lo que os cuento…, desde amarme a bailar alrededor del fuego… No siempre consigo lo que deseo en mis rituales pero a veces he tenido algún acierto, aunque acepto siempre el fracaso con deportividad porque sin él no podría entender nunca el éxito.
De tanto danzar en circulo he perdido por momentos la conciencia y he podido conectarme con los espíritus, espero que atiendan a mis ruegos.

Se acaba mi función para las ciento cuarenta hormigas y catorce saltamontes que me están viendo, entre algún que otro grillo y otros animalejos. Se apaga el fuego y mi deseo se pierde en el universo, ahora está en manos de los espíritus, espero que de algo haya servido mi esfuerzo. Yo creo que conseguiré mi sueño, que lloverá para poder ver de nuevo al cuervo pero no os lo puedo asegurar, he de admitiros que tengo menos tino que el hombre del tiempo.

Marcharé de este lugar y me dirigiré a la casa, echo de menos a Mujer-Caracola y a los gatos, creo que por hoy no puedo hacer nada más. Mis caderas se resienten y sobre todo mis pies porque tengo clavadas unas cuantas espinas en las plantas por ir descalzo y me han salido ampollas en los dedos, por no hablar de los arañazos… No tengo dieciocho años para hacer estas cosas, pronto tendré que aceptar que aunque yo siempre seré un chaval que nunca madurará, mi cuerpo se hace viejo. Y he de asimilar que cualquier día desaparezco como lo hizo Burt Lancaster o Antonio Machín en su momento, bien sé que no hay nada eterno.

Me visto y me calzo y me dirijo a nuestro hogar, tanto Mujer-Caracola como yo hemos disfrutado lo suficiente por hoy de nuestra preciada y necesaria soledad, ahora toca compartir la vida, abrazar y besar… Mi compañera tiene encendida la hoguera, huelo el humo de la chimenea, no debo estar muy lejos de los míos.
Acelero un poco el paso porque la humedad empieza a apoderarse de mis huesos y el dios Eolo comienza a hacer de las suyas. El frio me hace recordar a los que no tienen donde refugiarse, por desgracia todos sabemos que no todas las personas duermen bajo techo, que en el mundo de la realidad no todos tenemos los mismos derechos.
No puedo correr demasiado, noto en los pies el dolor que me provocan las heridas y como os podéis imaginar, estoy como si me hubiera dado una paliza Cassius Clay en sus tiempos mozos. Aunque me sonríe el corazón porque intuyo que va a caer un buen chaparrón.

Ha empezado a chispear y eso me ha provocado un ataque de euforia. He alzado mi báculo al cielo y a pesar de mi cansancio y mis dolores me he puesto a saltar como un Masái pidiéndole al dios de la lluvia que se manifieste. Y al momento, se escuchan unos truenos de espanto y las nubes que ahora dominan el cielo se han puesto a llorar como bebés y sus lágrimas han comenzado a llenar mi caracola.
Dejo de saltar bajo la intensa lluvia y agradezco a los espíritus del bosque mi sueño realizado lanzando al viento un puñado de tierra y dos picos de pájaro carpintero.

Con muchos apuros llego a la casa y celebro con la mujer de mis sueños el gran logro. Seguidamente me quito la ropa mojada, la pongo cerca del fuego, me recompongo y me visto con una túnica que mi compañera compró hace años en Turquía, es lo que tengo más a mano y la verdad, tampoco hay mucha vestimenta donde elegir.

Nos ponemos a dormir con las manos entrelazadas esperando con muchísima ilusión que llegue el amanecer y el momento del encuentro con el cuervo del lago. Tenemos más esperanzas que nunca por reencontrarnos con nuestros seres queridos. Esta noche a pesar de mi estado creo que dormiremos felices entre los ensordecedores estallidos de los truenos y las intermitencias de las luces de los rayos. Siempre me encantaron las tormentas, su poder ante mi fragilidad me hace sentir humildad y eso es de lo más necesita el hombre moderno.

HOMBRE-CARACOLA.

HOMBRE-CARACOLA EN LA ISLA DEL CORAZÓN MÁGICO. CAPÍTULO VI.

HOMBRE-CARACOLA EN LA ISLA DEL CORAZÓN MÁGICO.

Capítulo VI

EL CUERVO DEL LAGO.

Llevamos casi dos años viviendo en la isla, la vida pasa volando sin ningún permiso y no hay ningún valiente ni nada que lo impida. Nos sentimos parte de estas tierras sin dueño donde sin duda solo reina la naturaleza, al menos las leyes de los hombres aquí no llegan. En estos parajes ahora soy una lechuza más, la copa del pino que lucha contra el viento, un saltamontes perdido en la niebla, el grillo que huye del alacrán… He de deciros que a penas recuerdo al tal Diego Latorre Roldán.

No hemos encontrado el Corazón mágico a pesar de buscarlo sin cesar por todos los rincones de este bello paraíso, aunque seguimos en la búsqueda. Comprobamos que el corazón de hierro que hay anclado en el muro del recinto exterior de la casa no tiene nada de mágico, más bien sirve de guarida a las salamanquesas y además se ve de cerca. No cumplía con las condiciones del acertijo del Loco de las montañas pero fue en lo primero que pensamos. No vemos la manera de conectar con el mundo real y añoramos a nuestros seres queridos cada día más, aunque los sentimos en el corazón.

No hemos vuelto a ver a la Reina de la naturaleza ni al Guardián de los sueños, aunque no nos sentimos solos en este universo. Por la noche hablo con las chumberas, también me comunico con los sapos, los caracoles, los ruiseñores… Quizás tan solo escucho mi propia voz y he de reconocer que no me falta la inventiva pero de alguna manera me veo más acompañado, eso realmente me hace sentir mejor.

Bien sabemos que la imaginación tiene mucho poder, nos ayuda en nuestras vidas y es tan real como el sol, no podríamos vivir sin ella. Cuando me da por imaginar puedo crear otros mundos incluso otras realidades…, me puedo perder por los mares o alcanzar las más altas montañas… Cuando imagino estoy capacitado para alcanzar todas las estrellas.

Intuyo que si a la mayoría de las personas les diera por imaginar alcanzar un mismo sueño sería posible que algún día lo consiguieran, desde montar un chiringuito de playa en Marte hasta acabar con las miserables guerras, la unión hace siempre la fuerza, lo aprendí de las hormigas y las abejas. Aunque no me hagáis demasiado caso, solo es una intuición y además estoy algo majareta.
No encuentro justo que logren sus sueños los dictadores, espero que pronto la humanidad sueñe con un mundo más digno, no soy nada partidario de la miseria, de las heridas de la metralla, de la esclavitud…. No acepto la ambición que nos impide evolucionar y nos lleva a la destrucción de nuestro amado planeta. Muchos sabemos que el amor es el camino y es lo único que merece la pena.

Estamos en la orilla del lago, cada tres días bajamos a buscar agua. Utilizamos como recipientes cuencos de madera de pino que construimos y mi cabeza que puede llegar a almacenar unos siete litros. Como algunos bien sabéis, mi caracola está hueca, hace años que no soy el dueño de ninguna sesera.

Se escucha el graznido de un cuervo que rompe con el silencio del entorno. Mujer-Caracola ha localizado a la curiosa ave, estaba en la rama de un árbol caído cerca del agua y ahora se nos acerca. Es un hermoso ejemplar y además el sol brilla sobre su plumaje y parece que su color sea plateado, por lo que me cuenta mi compañera debe ser un ser muy especial.
El bello animal se dirige a mí y me pregunta sin preámbulos si estoy interesado en descubrir el Corazón mágico. Nada más escucharle doy un salto de alegría, abrazo a mi compañera y seguidamente le respondo a él con un sí rotundo y le digo que sueño con toda mi alma por descubrir el misterioso corazón. El cuervo me cuenta que a través de sus ojos puedo llegar a ver lo que deseo, que con su magia puede hacer que su mirada sea la mía. Luego me dice que acuda a este mismo lugar al amanecer del primer día después de la próxima tormenta. Le digo que estoy de acuerdo y le doy las gracias de antemano. Seguidamente la hermosa criatura de la naturaleza se marcha sin despedirse perdiéndose en el horizonte y haciendo piruetas mientras vuela a ras del lago, dejando a Mujer-Caracola maravillada por el fantástico espectáculo.

HOMBRE-CARACOLA.

HOMBRE-CARACOLA EN LA ISLA DEL CORAZÓN MÁGICO. CAPÍTULO V.

HOMBRE-CARACOLA EN LA ISLA DEL CORAZÓN MÁGICO.

Capítulo IV.

LA LIBRETA DEL LOCO DE LAS MONTAÑAS.

Ha nacido un día nuevo, maravilloso e irrepetible como todos. Mujer-Caracola ha paseado por el jardín y ha encontrado bajo una baldosa cubierta de pinaza, una libreta bastante deteriorada con escritos de un tal, Loco de las montañas, con ese nombre al menos están firmados. Por lo que deducimos, él fue el último visitante de la isla que no quiso aceptar las injusticias del hombre y soñó con el corazón por un mundo mejor. Él cuenta que tampoco aceptó el mundo de los sueños y que por negarse a todo acabó viviendo en el universo de la locura. Según él, las palabras de su libreta pueden ayudar a acceder a la realidad. Eso nos alegra, tenemos ganas de dar noticias a nuestros seres queridos.

En uno de los escritos, el Loco de las montañas revela unos acertijos para descubrir el corazón mágico ya que dice que es la única forma de encontrarse con el mundo real y lograr nuestro deseo. Y así nos habla del misterioso corazón el autor:

Por la noche se oscurece.
Nunca esconde su belleza.
De cerca no se deja ver.
Si lo ambicionas desaparece.
La lluvia lo moja.
El sol lo ilumina.
La magia lo protege.
El sueño es su patria.
No tiene dueños ni reyes.
A nadie pertenece.
Si lo buscas lo encuentras.
Si lo descubres lo premia.
Si lo amas lo agradece.

La verdad es que nos va a resultar difícil encontrar el corazón mágico. El Loco de las montañas no lo pone fácil, aunque tratamos de descifrar sus palabras.
Pasamos toda la tarde intentando aclarar algo pero sin ningún éxito.

Se despide el sol, saludan las estrellas, se levanta el viento y nos refugiamos en la casa que por ahora es nuestro acogedor hogar.

HOMBRE-CARACOLA.

HOMBRE-CARACOLA EN LA ISLA DEL CORAZÓN MÁGICO. Capítulo IV.

HOMBRE-CARACOLA EN LA ISLA DEL CORAZÓN MÁGICO.

Capítulo IV.

LOS SUSURROS DE LAS CHUMBERAS.

Nos hemos levantado tarde, por suerte en la Isla del Corazón Mágico no existen los despertadores ni las sirenas de las fábricas…, nuestros cuerpos lo han agradecido. Ahora tan solo se escucha el canto de los ruiseñores.
Hemos salido de la casa para buscar algo de alimento para Mujer-Caracola, como algunos sabéis yo no pruebo bocado desde que me convertí en Hombre-Caracola, me alimento del amor que recibo, eso me llena. Comprended que desde hace unos años no sea del todo humano, aunque he de reconocer que a veces sueño con las migas que hace mi madre o con la sopa de galets de mi suegra…

Nos dirigimos a unas chumberas con la esperanza de poder recolectar algún higo chumbo. Son cuatro opuntias ficus-indicas, lo digo con su nombre científico para que el hijo de Benancio el herrero me entienda, y viven en el mismo espacio como si fueran familia. Aunque bien sé que todos los seres vivos somos hermanos, todos somos hijos de la Tierra, a pesar de que el hombre no lo entienda.

Yo diría que escucho susurros provenientes de las chumberas, eso me ha hecho recordar las palabras que un día me reveló mi Maestro chamán. Me dijo que esas plantas hablan y sobre todo cuando florecen. Me acerco más a ellas con cuidado de no pincharme. Una se dirige a mí y me habla con la voz de mi abuela paterna Francisca, que como todos mis abuelos, hace una eternidad que descansa en paz. Al principio he sentido un escalofrío que me ha recorrido todo el cuerpo y luego me ha dado por llorar, no sé si de alegría o de tristeza, aunque a veces la risa y el llanto me parecen la misma cosa.
El cactus con voz de mi abuela, se alegra porque dice que sabe que me va bien en la vida ya que no me falta amor. Me aconseja que me ame siempre y me declara que me quiere como nunca. Esas palabras me emocionan de nuevo y entre llantos le digo a la planta o a lo que sea, que yo también la quiero, acariciando con suma delicadeza sus pinchos con la yema de los dedos por no abrazarle con fuerza y quedarme como un colador.
Otra de las plantas se dirige a mí con la voz de mi abuelo paterno Diego. Me susurra al orificio de mi concha que sea siempre valiente hasta el día de mi muerte, también me dice que me ama como siempre. Me emociono una vez más y le lloro al cactus como un niño sin juguetes de Navidad.
La tercera planta que me habla lo hace con la voz de mi abuela materna Juana. Me muestra su infinito amor y me aconseja que siempre sea yo mismo, que no haga caso de lo que piense de mí los demás. Y seguidamente le muestro las perlas de mis ojos como respuesta.
La cuarta chumbera se dirige a mí con voz de mi abuelo materno Juan Diego. También me confiesa que me sigue amando y me aconseja que no deje que nadie corte mis alas, que el viento de mi libertad sea siempre mi bandera. Le regalo sin palabras lo que queda del producto de mis glándulas lagrimales.

Seguimos frente a las chumberas esperando más palabras pero no se escucha ni un susurro. Nos aprovisionamos de sus frutos, les damos las gracias y nos alejamos de aquel lugar sin dejar de pensar en lo ocurrido. Yo sé que mis seres queridos habitan en mi corazón, lo que encuentro extraño es que esos enigmáticos cactus me hablaran con las voces de mis abuelos, lo he sentido todo tan claro…
Pienso en lo que dijo Merlín el Guardián de los sueños, que no debería fiarme de las palabras. Aunque tengo claro que he sentido en el alma que aquellas plantas eran mi familia y siempre he pensado que nunca mienten los sentimientos.
El caso es que no puedo aseguraros nada, todo puede pertenecer a la realidad, a la imaginación o al mundo de los sueños… En las chumberas podrían habitar los espíritus de mis abuelos o quizás son solo unos simples cactus arraigados en el suelo sin ningún misterio. Es una verdadera locura y me es complicado saber la verdad. He de reconocer que soy un ignorante de la vida, nunca seré sabio ni tendré aprendiz, aunque si os digo la verdad eso me importa un champiñón con ajo y perejil. Mi Maestro chamán una vez me comentó que ningún sabio no sabe nada más allá de lo que fantasea sobre el enigma de la vida y yo prefiero sentir antes que saber. Aunque siempre es bueno tener conocimientos como la hija de Bonifacio el carnicero de Palafrugell.

La Luna se presenta, el viento se levanta, regresamos a la casa, danzamos, damos gracias a los espíritus por seguir respirando, dormimos y soñamos.

HOMBRE-CARACOLA.

HOMBRE-CARACOLA EN LA ISLA DEL CORAZÓN MÁGICO. CAPÍTULO III.

HOMBRE-CARACOLA EN LA ISLA DEL CORAZÓN MÁGICO.

Capítulo III

EL GUARDIÁN DE LOS SUEÑOS Y LA REINA DE LA NATURALEZA.

Nos levantamos cansados y con agujetas, la danza de la noche fue necesaria pero el cuerpo ya no es lo que era y por mucho que seamos niños de corazón, no lo somos tanto de rodillas ni de caderas… Sabemos que no hay nada eterno pero vivimos como si nuestra existencia no tuviera fin, aunque tenemos claro que después del último atardecer no subiremos a los cielos ni nada de eso. Por eso el tiempo es un tesoro para nosotros, saboreamos cada instante, cada abrazo, cada beso…

Salimos a inspeccionar la zona acompañados de un agradable sol que alegra nuestras almas. Y al cabo de veinte minutos de no ver nada extraño por los alrededores, aparecen entre la vegetación un gato de unos cinco meses con manchas negras y blancas y una gata de unos dos años con manchas grises y blancas. Nos están observando. Y al cabo de un rato el más pequeño se nos acerca y se nos presenta. Me habla a mí a través de mis pensamientos, cosa que poco me extraña después de todo lo irracional que me ha pasado en estos últimos años. Se llama Merlín y su madre que le acompaña se llama Mixeta, ella es la Reina de la naturaleza y él es el Guardián de los sueños, según cuenta el pequeño. Nacieron en La Isla del Corazón Mágico, por lo visto así se llama este bello paraje. Le entiendo tan claro como el agua y ahora estoy convencido del todo que por estos mundos de Dios la magia está más que asegurada.
El gatito me cuenta que nosotros somos los únicos humanos que hay en la isla y que solo se puede acceder aquí a través del mundo de los sueños, y que una vez entras, la isla desaparece del mapa y vives solamente en el reino de la imaginación. Me confiesa que el mundo sigue igual, que somos nosotros los que ahora vivimos apartados de la realidad. Dice que nosotros soñamos con el corazón encontrar un lugar donde vivir en paz, donde reine la madre naturaleza, lejos de la destrucción… Y que soñando como lo hicimos accedimos a la isla y se cumplieron nuestros sueños.
Todo resulta tan extraño, inquietante y mágico a la vez… Escucho maravillado todo lo que me desvela Merlín mientras Mixeta no dice nada, tan solo presiento su presencia.
A pesar de la alegría y la suerte por encontrar nuestro paraíso, me preocupa la humanidad y mi deseo es ayudarla en lo que humildemente pueda. Y además me pregunto qué pensarán de nosotros nuestros seres queridos, quizás creen que hemos muerto o desaparecido para siempre.
Me gustaría saber si hay alguna manera de acceder a la realidad para no perder el contacto con los humanos, así que me decido a preguntárselo al Guardián de los sueños. Y antes de acabar mi pregunta, con ganas de no hacer muchos amigos, me corta la palabra y me dice el lindo gatito que él no piensa contestar a nada, que todas las respuestas las puedo hallar en la naturaleza o me las puede ofrecer su madre, que es la reina. Al instante ríe y me advierte que Mixeta, la flora y toda la fauna solo responden con el silencio y de nuevo vuelve a reír como un niño travieso. Me aconseja que no me fie nunca de las palabras, ni tan siquiera de las mías y que aprenda a descifrar la verdad de las briznas de hierba, la del susurro de las chumberas, la del canto de los ruiseñores o la del zumbido de las abejas… Me sugiere que si quiero escucharle otra vez debería hacerle una ofrenda, y luego tajantemente me dice que por hoy no piensa decirme nada más.

Los misteriosos gatos han desaparecido entre los arbustos y ahora nuestras vidas navegan en un mar de dudas perdidas en la incertidumbre. Ya no sabemos si el Guardián de los sueños nos ha revelado la verdad, él mismo me ha dicho que no creamos en las palabras. Dudamos de todo, no sabemos ciertamente si vivimos en la realidad o en nuestros sueños.

La noche se acerca y hemos regresado a la casa donde Chancho y Frida nos esperan con ganas de mimos. No hay nada más puro que el amor incondicional de los animales, son nuestros maestros. El camino a la sabiduría es el amor y ellos tienen mucho que enseñarnos, son nuestro ejemplo.

Encendemos la hoguera, trabo la puerta de entrada, me cuelgo del cuello los amuletos de plumas de chova piquigualda y esqueletos de rana y a pesar de todos los problemas, damos las gracias a los espíritus danzando como niños cerca del fuego, sin darle importancia al dolor de nuestros huesos.

El universo gira entorno a nosotros, las estrellas siguen iluminando, al menos ellas no han desaparecido, eso nos da aliento. Nuestras vidas no son una mentira, sentimos alegrías, tristezas, el sol…, y sobre todo amor, del que bien sabemos que es tan real como los cuatro elementos.

HOMBRE-CARACOLA.

HOMBRE-CARACOLA EN LA ISLA DEL CORAZÓN MÁGICO. CAPÍTULO II

HOMBRE-CARACOLA EN LA ISLA DEL CORAZÓN MÁGICO.

Capítulo II

LA CASA DE LA ISLA DEL CORAZÓN MÁGICO.

Nos levantamos con los primeros rayos de sol que invadieron la entrada de la cueva donde hemos dormido. Afuera hace un día soleado, el cielo está despejado y se escucha todo tipo de cantos de pajaritos… Todo parece idílico pero creemos que tenemos un grave problema. Mujer-Caracola le ha echado la vista al horizonte buscando el lugar de donde partimos, pero solo ha podido apreciar el agua del lago, que ahora le parece un océano. Sorprendidos e inquietados, no dejamos de darle vueltas a lo que está pasando pero no encontramos ninguna explicación razonable.

Hemos tardado unas tres horas en alcanzar con apuros una cima de la isla, para tratar de divisar tierra desde más flancos. Pero los valiosos ojos de mi compañera tan solo siguen apreciando agua allá donde miran. Parece como si el mundo hubiera desaparecido a excepción de la misteriosa isla y nosotros.

El cansancio y la noche que acecha nos obliga a buscar un lugar donde refugiarnos. Seguimos un pequeño sendero que bordea la parte más alta de la montaña. Y al cabo de media hora, hemos topado con una casa situada en todo lo alto de la isla en un bosque de encinas y pinos. Según me cuenta Mujer-caracola, parece una casa abandonada. Saltamos de alegría. Hay un trozo de muro en la entrada del recinto y en él hay anclado un corazón de hierro oxidado por el tiempo, que contiene una espiral dibujada con el vaciado del metal. No hay ninguna valla ni puerta que nos impida adentrarnos en aquel bello lugar.
El jardín está cubierto de pinaza y en él hay una mesa de obra donde en el sobre, algún o alguna artista, había creado un bello trencadís. Y en el centro de este hay dibujada una paloma con trozos de azulejos blancos, dedujimos que era la de la paz. La cornisa de la fachada está deteriorada, el resto es de ladrillo visto y cemento. La casa es consistente. El tejado requiere de un buen arreglo y a la mayoría de persianas les hace falta un milagro para que funcionen. La puerta medio rota de la casa está abierta y nadie hay por los alrededores, ni ningún alma nos contesta, así que nos decidimos a entrar en la casa.
Es una edificación de principios de los ochenta, conozco bien los interruptores Simon de esa época, para algo me sirvieron los años que trabajé como electricista en Salou. Aunque la casa no tiene luz ni agua corriente. Tampoco hay muebles, ni tan siquiera una triste silla, aunque comparada con nuestra cabaña esto un palacio. Hay un fuego a tierra que nos vendrá de perlas, ya que aquí hace más frío que en la costa, así que luego iré a buscar leña. En la buhardilla tan solo hay un póster del Guernica que estaba enrollado, tirado en el suelo y lleno de polvo. Es del año 1981 y lo daba La Caixa de Pensions a sus clientes, por entonces se celebraba el cien aniversario del nacimiento de Pablo Picasso. Yo tenía uno igual cuando era niño. Me ha traído tan buenos recuerdos esa imagen… Recuerdo que ese año participé en un concurso infantil del colegio que se hizo para conmemorar al genio. Disfruté mucho creando mi versión del Guernica a lápiz, aunque tenía diez años y no sabía ni tan siquiera lo que significaba las figuras ni de lo que iba el tema tan cruel. Yo me dediqué a copiar al Maestro y a perderme entre las líneas y las formas…, disfrutaba del sonido de mis lápices sobre el papel. Me enamoré de mi dibujo pero más enamorado estaba de mi profesora Maria Dolors Benet, que fue quien me lo pidió cuando acabó el concurso. Así que se lo regalé sin pedir nada a cambio, a pesar de que yo deseaba aquel trabajo con todas mis ganas. Cosas del puro amor de los niños.

Después de disfrutar un buen rato con mis recuerdos, entre el toro y el caballo picassiano, he salido al bosque a coger leña para calentarnos. También he recogido hojas y briznas de hierba con la intención de construir un lecho donde dormir. El sol se está despidiendo y la oscuridad poco a poco se va adueñando de todos y cada uno de los rincones. El viento entra sin ningún permiso por la puerta y las ventanas rotas apoderándose de nuestros huesos. Enciendo la hoguera, nos situamos frente al fuego y nos recomponemos. Damos gracias a la vida por seguir vivos a pesar de nuestros problemas y danzamos hasta acabar rendidos. Nos acomodamos en aquella humilde cama y acariciamos a Chancho y a Frida que estaban algo nerviosos, a tantos cambios no están acostumbrados. Luego nos abrazamos, y al besarnos…, automáticamente nos dormimos como un lirón, los cuerpos no dan para nada más. Y además, si necesitáis emociones fuertes buscadlas en otro cuento, yo me dirijo también a los niños, y no pienso contar mis intimidades, faltaría más.

La luna brilla más que nunca, los astros nos son favorables, nos sentimos protegidos por nuestros antepasados que habitan en nuestros corazones… Y seguimos vivitos y coleando, eso es lo que realmente importa.

HOMBRE-CARACOLA.

HOMBRE-CARACOLA EN LA ISLA DEL CORAZÓN MÁGICO. CAPÍTULO I.


HOMBRE-CARACOLA EN LA ISLA DEL CORAZÓN MÁGICO.

Capítulo I

CUANDO MUJER-CARACOLA Y EL NUEVO SER DESCUBRIERON LA ISLA DEL CORAZÓN MÁGICO.

Cuando partimos de Almoster para buscar un nuevo hogar en la naturaleza, no pretendíamos vivir en un palacio, no aspirábamos a tener una piscina, un jacuzzi, una televisión de 65 pulgadas…, no le pedimos a la vida tener tres cuartos de baño… Tampoco son de nuestro interés los trajes caros, los vestidos de marca ni los bolsos de cocodrilo…, ni ningún cuento chino para hallar nuestra felicidad. No seguimos las modas ni somos de presumir. No son de nuestro interés ningún lujo, ni tan siquiera pedíamos tener agua corriente ni electricidad en el hogar. Rechazamos todo lo que era innecesario, así que Mujer-Caracola pudo prescindir de su trabajo, por suerte para ella ya nadie puede mandar sobre su vida. Tan solo deseábamos tener un techo para refugiarnos de las tormentas, vivir rodeados de flores, pinos, encinas…, y tener agua cerca y una huerta propia para abastecernos de fruta y hortalizas…
Lo primero que hicimos fue buscar un lugar en las montañas cerca de un río y construir como pudimos nuestro refugio. Así lo hicimos y conseguimos nuestro deseo.
Encontramos lo que pensamos que era el sitio idóneo para nosotros y buscamos el material necesario para construir. Creamos una cabaña con una estructura de cañas recubierta básicamente de una pasta hecha de paja, arcilla y estiércol de vaca, que era lo que teníamos más a mano. Comíamos lo que nos ofrecía la tierra ganado con nuestro esfuerzo.
Fuimos muy felices hasta que una empresa papelera se instaló en el bosque donde vivíamos, que por lo visto eran los dueños del lugar, y nosotros, sin saberlo, hacíamos vida en su propiedad. Todo tiene dueño. La fábrica se dedica, entre otras cosas, a talar árboles para hacerse de materia prima y de paso contaminar el cielo… El ruido de las máquinas era insoportable, no podíamos hallar nuestra paz. Temíamos por la naturaleza y por lo que nos podría pasar. También instalaron en la parte alta del rio unas bombas que abastecían de agua a una fábrica de la empresa, Krocacola, que elabora refrescos gasificados. Y sin ninguna compasión poco a poco nos iban dejando sin agua, a nosotros y a las pequeñas poblaciones de nuestro alrededor. Estábamos desamparados así que teníamos que buscar una solución.

Mujer-Cararacola y yo hemos paseado mucho por la montaña estos dos últimos años, conocemos perfectamente todos los parajes de alrededor. Nos gusta sobre todo un zona, donde ahora mismo estamos, porque desde aquí se divisa un enorme y precioso lago. Solíamos sentarnos en este bello lugar para ver la puesta de sol. La semana pasada, mi compañera desde aquí vio por primera vez la isla que tenemos ahora justo enfrente. Es de un tamaño considerable y está en el centro del lago. Cuando la vio quedó anonadada, más que nada porque a pesar de haber estado aquí cientos de veces, jamás logró ver más que agua y patos. Cerró los ojos y los volvió a abrir, y la isla como por arte de magia despareció. Así que pensó que tan solo era una ilusión, y que quizás las ganas de encontrar un nuevo hogar le ayudaron a soñar. El caso es que yo también vi la isla pero con mi imaginación, ya que como algunos sabéis, hace años que mi vista me abandonó y no podía hacerlo de otra manera, y al momento de verla se esfumó. Por mucho que la quise ver de nuevo, no apareció.
Al día siguiente regresamos de nuevo al lago muertos de curiosidad. Mujer-caracola volvió a ver la enigmática isla, luego cerró los ojos con miedo a no verla más, y al volverlos a abrir, descubrió con mucho agrado que la isla continuaba allí, imponente y majestuosa, exactamente como la vio el día anterior. Yo la volví a imaginar, y aquel paisaje ya no se borraba de mi imaginación, me pareció que era tan real…
Regresamos a nuestra cabaña y estuvimos reflexionando toda la noche. Sabíamos que no podíamos seguir viviendo mucho tiempo cerca de los que se dedican a la destrucción. La isla nos enamoró y os aseguro que tiene un gran poder de atracción, pero no estábamos del todo seguros si es real o un sueño. Aunque teníamos claro que vivir en ella nos hacía mucha ilusión. Pensamos que no teníamos porqué preocuparnos por adentrarnos en una nueva aventura, y además no habían muchas opciones. Bien sabíamos que no hay nada peor ni más triste que ver en primera fila la deforestación y la contaminación. Así que decidimos ir a conquistar aquellas maravillosas tierras y lanzarnos al vació de la vida, con la esperanza de vivir en un entorno donde hallar la belleza y nuestra paz.
No teníamos nada que perder, y nuestros miedos estaban enterrados en Varsovia, en nuestros corazones reina el amor.

Construimos una balsa con troncos de árboles caídos y cuerdas que hacíamos con tiras de las cortezas todavía verdes de algunos arbustos. Tardamos tres días en finalizar nuestro trabajo, acabamos rendidos pero felices por el resultado. Lo celebramos danzando alrededor del fuego y luego, hice un ritual donde pedí a los espíritus del bosque que nos protegieran en el viaje y nos dieran las fuerzas suficientes para alcanzar nuestro objetivo.

Y aquí estamos, en la orilla del lago, con la isla al frente y con todo preparado para partir. Nuestros gatos, Chancho y Frida están acurrucados en la cesta de mimbre, Mujer-Caracola canta una bella cancion de amor y yo me he preparado para la ocasión. Llevo colgando del cuello un collar de flores de estepa blanca y amuletos de huesos de cuervo con cráneos de gorrión. Hace una noche perfecta, la temperatura es ideal, y parece que no hay nadie alrededor que nos pueda ver.

Ya estamos navegando, la luna nos acompaña y su luz se refleja en el agua creando destellos que parecen estrellitas parpadeantes. Un grupo de percas saltan alrededor de la balsa, como si quisieran jugar o bailar con nosotros. Parece que el cielo nos sonríe, reina la calma en nosotros, todo es tan mágico y tan bello… Nuestra cabaña y la anterior vida se desvanecen al echar la vista atrás, el pasado ya no importa y el futuro es incierto, lo único que tenemos es el presente. Todo momento es importante y saboreamos cada minuto del viaje de nuestros sueños.

Después de remar durante tres horas, por fin hemos llegado a la orilla de la isla. Los dos besamos el suelo y mostramos a la vida todo tipo de agradecimientos. Les guiño y les sonrío a los espíritus porque el viaje ha sido un éxito.
Estamos agotados del cansancio. Con la luz de la luna buscamos un refugio cercano y hemos hallado una pequeña cueva que hay en un acantilado, que nos protegerá provisionalmente de la intemperie. Mañana, una vez comidos y descansados saldremos a investigar. Nuestros huesos, nuestras mentes y nuestras almas no dan hoy para más.

Continuará…

Hombre-Caracola.

La vida de Hombre-Caracola. XCVII

Hola querida Humanidad. Han pasado cuatro años desde que deje de ser Diego Latorre Roldán, desde que me convertí en lo que ahora soy. He aprendido mucho sobre mí, de la vida, de los seres humanos, de la naturaleza y de la magia…, mi Maestro Chamán estaría orgulloso de mí por mis progresos, aunque creo que siempre seré un aprendiz.

Después de mi recorrido por este loco pero fascinante mundo he llegado a una conclusión. Entre otras cosas, ya no espero que reine la Paz y el Amor en nuestro planeta, ese ya no es mi sueño. La Tierra ya vive en armonía con el universo, la luna ya nos sonríe y el sol no deja iluminarlo todo… Sí, queridas amigas y amigos, ¡el Amor y la Paz ya reinan!, y aunque no se pueden palpar, son tan verdaderos como la calva y la soberbia de Donald Trump, lo he podido comprobar.

Pude despertar de mi sueño y ahora vivo en la realidad, sí querida humanidad, el Amor es mi única patria y mi única bandera la Paz. Aunque he de deciros, que no dejaré de soñar por el día en que todas y todos cambiéis también vuestro mundo y las leyes de los hombres, claro está, las mismas que os esclavizan, os separan y os impiden sentir la verdadera realidad.

Os aconsejo una vez más que seáis siempre vosotros mismos, que escuchéis vuestra propia voz, no dejéis que nadie os coma la cabeza, ni tan siquiera yo. He de deciros que las palabras están llenas de mentiras y que el silencio nunca me mintió. Aunque os agradezco de corazón el cariño y la atención que habéis tenido conmigo todos estos años, cuando lo pienso se me eriza el bello de la emoción. Pero he de deciros que yo básicamente me divierto con mis colores y con las teclas de mi ordenador, eso sí, os he contado siempre mis sentimientos con la mano en el corazón.

Como os he dicho en alguna ocasión, no necesitáis ningún líder…, vosotros sois vuestros mejores maestros, no permitáis que nadie dirija vuestras vidas, que nadie se apodere de vuestro timón.

Buscaros y hallaréis el más bello tesoro, miraros al espejo ¡leñes!, ¡sois vuestro mejor regalo!, ¿es que no lo veis?, disfrutadlo porque vuestros sentidos no son eternos, aprovechad cada instante para amaros. No perdáis más el tiempo en guerras ni conflictos, quien juega con odio, venganza y rencor… no puede vivir en la realidad, ni despertar del sueño, ni sentir la Paz ni el Amor.

Como sabéis, gracias a Mujer-Caracola he conocido poblaciones, países y continentes, sé de lo que van muchas religiones y conozco muchas maneras de vivir, que son tantas como personas. Y después de mis experiencias, sigo pensando y ahora os puedo asegurar, que el Amor os une, lo que os separa básicamente, entre otros inconvenientes, son vuestros miedos y vuestras creencias. Ahora sé con certeza que todos sentís del mismo modo la ternura, el odio, la felicidad, el dolor, la música o el sol… Y aunque no lo parezca, sé que todos tenéis un bello y generoso corazón, desde el pacifista al dictador, aunque unos llegáis a él y otros no.

Está claro que los poderosos os tienen divididos, entre otras cosas, con la política, unos sois de izquierdas y otros de derechas, ¿no?. A los señores que gobiernan el sistema les invadiría el miedo si el pueblo perdiera el suyo y se uniera, aunque solo lo hiciera con el corazón. La unión del pueblo es el arma más poderosa contra la tiranía, acabaría con las injusticias; la esclavitud, la desigualdad, los fascismos, el hambre, las guerras y la ambición… Aunque para vencer a todo eso no harían falta balas, ni misiles ni más terror…, bastaría con un ejercito de artistas, con más poesía, colores, guitarras, violines y un tambor… Sí amigas y amigos, el arte pudo cambiar mi mundo, y es capaz de cambiar el de cualquiera, él también es Amor.

Sois los únicos responsables de vuestras vidas, os lo he dicho muchas veces, dejad de esperar a que baje algún mesías para que lo solucione todo, siento deciros que el último que queda disponible sigue en el Hospital Psiquiátrico Militar de Barcelona, hoy le han suministrado, mezclado con un café con leche con magdalenas, ochenta gotas de Haroperidol. Siento deciros que mi Doctor Beltrán pronto le convertirá en una persona normal. Yo tuve suerte, logré escapar, y sigo loco, sí, pero no tanto como para morir en la cruz.

Y ahora, sin el permiso de nadie, Mujer-Caracola, Frida, Chancho y un servidor, viviremos alejados para siempre de la civilización, en un bosque de Riudecanyes, que si lo miráis desde el cielo veréis que tiene forma de corazón, será nuestro paraíso, en ningún otro lugar podríamos vivir mejor. Allí estaremos en armonía con las estrellas, los planetas…, nos sentiremos parte del universo, eso es de lo mejor. Gozaremos de los amaneceres y de la puesta de sol, de la sombra del pino y de la encina en verano, del cantar del jilguero, la avutarda y el ruiseñor… Por fin pisaremos sobre la Tierra con los pies descalzos, dejaremos atrás el cemento y el hormigón. Por fin cultivaremos tomates, pepinos y pimientos… para hacer un buen gazpacho, y plantaremos árboles para agradecer a los espíritus del bosque su hospitalidad y su protección. Respetaremos cada rincón, cada árbol y cada flor…, bien sabemos que la naturaleza no le pertenece a nadie, tan solo seremos los invitados durante un tiempo, bien sé que tarde o temprano acabará la función. De lo que viene después poco sabemos y poco me importa, me dedico a vivir el presente, que es lo único que siento, mi pasado huyó y desapareció, y mi futuro tan solo es una ilusión. Sí, amigas y amigos, dejad de torturaros con el tic-tac, pensad que las agujas de mi reloj están de nuevo en La Habana, ya sabéis que se vuelven locas por el Son y el Ron. De verdad os lo digo, tratad de divertiros y no penséis demasiado en el calendario, a todos nos llegará el final pero mientras tanto, tratad de celebrar cada momento de vuestra vida con ilusión, a pesar de la tristeza porque ella también es Amor. Bien sé que estamos aquí básicamente para dar y recibir amor, por favor, ¡abrid la jaula de vuestro corazón!.

Vuelvo a repetiros por última vez, que vuestra libertad depende de vosotros, si lo deseáis podéis volar tan alto como el cóndor, si queréis podéis ser tan libres como el halcón.

A lo largo de mi instancia en la Tierra siempre os he contado lo mismo pero con diferentes palabras, mi mensaje lo he dejado siempre bien claro. Como Hombre-Caracola he pronunciado mil veces las palabras, Paz, Respeto y Amor. Creo que no es necesario repetirlas mil y una vez, no queda más sitio en la pizarra. Y además, he dibujado miles de corazones que he colgado por todas las paredes de la clase, no quiero que me regañe el profesor, por eso, entre otras cosas, he tomado una determinación.

Ya no os voy a dar más la paliza, desapareceré de vuestras vidas, aunque bien saben los espíritus que todas y todos viviréis para siempre en mi corazón. Aunque podéis estar seguros que nunca abandonaré a la Humanidad, seguiré trabajando para ella, seguiré cumpliendo con mis funciones como chamán, esa es mi condición.

Lo he pasado genial todo este tiempo con vosotras y vosotros, me he divertido y he reído muchísimo, aunque también sabéis que necesito llorar, y también lo he hecho. He de deciros que muchas veces he llorado por la Humanidad, más que nada porque soy medio humano y tengo mi sensibilidad.

Ojalá que algún día todos despertéis y podáis sentir la Paz y el Amor que reina en la Tierra y en el universo, no es de mi agrado veros atascados en en camino de la destrucción. La Humanidad necesita amar para seguir caminando, no hay otra opción, el camino es el Amor.

Hasta siempre queridas amigas y amigos.

No lo pongáis en duda, ¡¡¡os quiero con locura!!!.

Hombre-Caracola

La vida de Hombre-Caracola. XCVI

Hola de nuevo querida Humanidad. Mujer-Caracola y yo seguimos muy ilusionados por haber encontrado un nuevo hogar en la naturaleza, el universo ha sido tan generoso… Estamos tan contentos que incluso los inconvenientes del cambio nos parecen maravillosos. Cuando uno se enamora de alguien o de algo, es incapaz de ver los fallos, todo es tan hermoso… Sí, queridas amigas y amigos, el amor puede convertir las verrugas en planetas y los lunares en estrellas que reinan en la piel e iluminan nuestro más personal universo. Aunque si las verrugas tienen pelos, no cuesta nada recortarlos un poquito, digo yo que no hace falta ser tan romántico. Pero cada una o cada uno debe hacer lo que crea más conveniente, yo solo doy un consejo, que nadie os imponga lo que tenéis que hacer con vuestra vida y vuestro cuerpo.

Estamos preparando la mudanza, es una locura, tenemos todas nuestras pertenencias, si es que algo nos pertenece, metidas en ni más ni menos que en noventa cajas, y todavía harán falta más. Por no hablar de las miles de obras, muchas de gran formato, esculturas, instalaciones… Pero como algunos y algunas sabéis, soy optimista y mis problemas los convierto en retos. Y además soy soñador, por eso consigo casi todo lo que quiero, como es natural, solo aquel que sueña puede alcanzar el sueño.

Y mientras os cuento cómo va mi vida, la de Manuel no va nada bien. Él trabaja de sol a sol en Menjamal, una gran empresa de catering de Palafrugell, reparten pedidos por varias provincias, y os puedo asegurar que hacen los mejores canapés. Pero Manuel está indignado porque le explotan y no gana lo suficiente para vivir con dignidad, a pesar que no descansa ni por Navidad. Antes de ayer le pidió un aumento a su jefe, aunque éste no le hizo caso y tuvieron una discusión que casi le hace perder el trabajo. El empresario le llegó a decir que si no es por él, Manuel se moriría de asco. He conocido a algunos empresarios que están convencidos que son ellos los únicos que ayudan, por dar al obrero trabajo. Algunos no se dan cuenta quién les mantiene los chalets, los BMW o los barcos… Yo entiendo que, si por las dos partes se cumplen las condiciones del contrato, tanto el empresario como el obrero, por igual se están ayudando. El caso es que en todas las empresas en las que he trabajado mi jefe nunca cumplió el contrato, he hecho más horas extras que el tiempo que tarda un jubilado en tomarse un cortado en el Casal del pueblo y sin ser recompensado. Aunque se puede decir que he sido afortunado, demasiadas personas ni siquiera tienen trabajo, no todos nacemos con el pan bajo el brazo.

Por desgracia mientras muchos pasan hambre, algunos nadan en la abundancia y lo de “no habría ricos sin pobres” es bien cierto, que el rico necesita al pobre me queda bien claro. Ojalá que encuentre una varita mágica para arreglarlo, aunque de todos dependen los problemas de la humanidad, para cambiar este loco mundo bastaría que la mayoría se empeñara en desearlo. Os lo digo en serio, depende de nosotros la justicia en la Tierra, porque algo me dice que no bajará ningún Mesías para solucionar nuestros problemas, nuestros conflictos ni nuestros calvarios…

Y mientras Manuel se come las uñas pensando en cómo llegar a fin de mes, Lucia, con toda la libertad del universo vierte color sobre un lienzo en blanco, no tiene miedo a equivocarse, eso siempre le enseñó. No es una artista reconocida, ni quiere serlo, pinta por pasión, no se presentaría nunca a un concurso y no pretende llegar a ningún lugar. Ella se siente feliz donde está, consiguió su éxito personal, todo lo demás le da absolutamente igual. No gana ni un céntimo por pintar, su mayor recompensa es el resultado de su trabajo, su arte es altruista y generoso, nunca pretende beneficiarse económicamente de él. Lucia cree que muchas y muchos artistas dejarían de serlo si supieran con certeza que nunca encontrarán el reconocimiento, dinero ni éxito mediático… Ella pasa de todo eso, tú dale un pincel y tela, y solo con eso la tienes contenta. Aunque he de deciros que Lucia está casada con un distinguido abogado, no necesita ayudas, no le falta en la nevera los Petit Suisses, las Cocacolas, las gambas frescas ni el ternasco…

He de deciros, que sería justo que todas y todos los artistas tuvieran nómina o que al menos se ganaran la vida con sus trabajos, al igual que lo hace el carpintero, el notario o el diputado…, solo unos pocos creadores son privilegiados. Pienso que el esfuerzo de cualquier trabajo debería ser recompensado.

El arte y la cultura entre otras cosas nos unen y nos libran de la ignorancia, por eso son de mayor importancia para la Humanidad. Por eso los gobiernos hacen la vida difícil a los que viven en ese mundo, a los artistas que crean sueños, ilusiones…, a los que te hacen pensar, reflexionar…, a los que ofrecen sabiduría… Sí amigas y amigos, los poderosos se lo ponen complicado a los que con dos versos te hacen sentir la libertad, a los que te apasionan y te hacen sentir vivo en el teatro o el cine, a los que te provocan reír y bailar…, a quienes llenan con música las calles para que tengas un feliz día… Se lo ponen crudo a los que con su arte te despiertan el corazón o te impregnan el espíritu de rebeldía…

 

La vida de Hombre-Caracola. XCV

No he venido a este maravilloso planeta para pasar sed o hambre…, no quiero que os engañen, os lo digo en serio, la Tierra es muy generosa nos ofrece agua y alimentos para que no les falte a nadie. No vine de otros mundos para dormir en la calle, todos merecemos un techo para refugiarnos de la lluvia, y he visto vacías demasiadas casas, hoteles, iglesias y catedrales…, no entiendo porqué algunos duermen entre cartones. No estoy aquí para sufrir, de verdad, y no he nacido para ser esclavo de nadie, ni para que me maltraten, me violen o me peguen… No me envió nadie a la Tierra para enfundar un arma, ni para matar ni para que me maten.

Os lo digo de corazón, entre otras cosas vine a este mundo a dar y a recibir amor, esa es básicamente mi función. Sé que soy un bicho raro pero por suerte no estoy solo, hay muchas locas y locos que piensan como yo. Entre otras cosas aparecí en nuestro planeta para reír y hacer reír, eso ensancha el alma, es de lo mejor, os lo aseguro, me da una gran satisfacción. Aunque como sabéis, mis lágrimas me sientan genial, las necesito para compensar, y además, la tristeza también es amor, y reír y llorar forma parte de mi condición, desde bien pequeño aprendí la lección. Llegué aquí para disfrutar del amanecer y de la puesta del sol, para soñar, danzar, cantar y pintar…, para celebrar mi existencia a pesar de las guerras, mi enfermedad y mi dolor… Aunque también estoy en la Tierra para ganarme el pan con mi esfuerzo, claro. No entiendo a los que se hacen ricos aprovechándose de los demás, a los que están arriba de la pirámide tan solo por tener más que los demás. No comprendo las jerarquías, ni el capitalismo, no creo que nadie sea más que nadie, no logro asimilar porqué una vida vale menos que el dinero, ni porqué la ambición está por encima de la solidaridad.

Como os he dicho, básicamente estoy aquí para dar y recibir amor, y he de deciros que no puedo ser más dichoso, recibo afecto de Mujer-Caracola, de mi familia y de los amigos, que para mí también lo sois todas vosotras y vosotros. Ya sabéis que amo a toda la Humanidad sin excepciones. No vine a este mundo a marginar a nadie, os quiero por igual, a pesar que algunos necesitan lecciones, no entiendo a los que matan por matar, ni a los dictadores. Aunque no esté contento con algunos, os trato a todos del mismo modo, en eso me parezco al sol, que ilumina sin preferencias a todo hijo de vecino, desde el monje al asesino. Y además, poca diferencia veo entre vuestros corazones, tan solo que algunos lo tienen olvidado, enjaulado y pequeñito, aunque he pasado por eso, a veces no me he amado ni a mí mismo. Pero otros liberan su corazón para que se haga tan grande como el infinito, para que lo sea todo, para que vuele sin ningún miedo, como lo hacen la golondrinas, los vencejos y los mirlos.

Y mientras os revelo mis sentimientos, la brisa del mar acaricia mi rostro y el sol agradable de invierno calma todas mis penas y lamentos, os aseguro que para eso, el Astro Rey es de mis mejores medicamentos. Desde la lejanía se escuchan el sonido de los motores de los barcos pesqueros y las voces de unos niños que juegan en la playa con sus perros. Y al mismo tiempo, Mujer-Caracola me espera en casa mientras canta de alegría porque hemos encontrado el próximo hogar de nuestros sueños. Si amigas y amigos, seremos vecinos de Riudecanyes, aunque estaremos algo apartados del pueblo. Rodeados de naturaleza, escuchando el canto de las águilas y los graznidos de los cuervos…, viviremos entre pinos, limoneros y cerezos, entre lechugas, tomates y pimientos…, estamos tan contentos…, no sabemos cómo agradecerlo a la vida y al universo.

Sé que no es nada fácil que se cumplan los sueños, aunque lo más normal es que si luchas por ellos, es fácil que puedas conseguirlos, no los esperéis nunca, id a por ellos. Pero por favor, no soñéis con el poder, ya hay demasiados dictadores, políticos y banqueros… Os recuerdo que a este mundo le hace falta artistas; pintoras, poetas, cantantes de opera, flautistas, escultores, ceramistas, actrices…, ¡necesitamos con urgencia más guitarristas meleneros!…

Sí, querida humanidad, necesito más el arte que la política, las monarquías, las religiones o el ejercito… Prefiero pintar nubes en el lienzo, que escuchar el zumbido de las balas y los lamentos… Necesito dibujar antes que hacerme camino entre los muertos, necesito dar color antes que dejar morir en el mar y en las guerras a niños indefensos.

La vida de Hombre-Caracola. XCIV.

  Vuelo alto, por encima de las estrellas sin moverme de mi sillón, aunque no piensen lo mismo los que me suministran la medicación. No lo puedo evitar, es algo natural en mí, y no lo hago para que me observéis ni me admiréis desde abajo, no es para nada mi intención. Ni mucho menos os exijo obediencia, no marcho tan lejos de la Tierra para juzgaros y controlaros, ni para castigaros… No necesito alabanzas ni que me dediquéis ninguna oración… Os aseguro que no soy ni pretendo ser ningún dios.
  Cuando era joven me encantaba conquistar las cumbres más altas, entre otras cosas amaba a las montañas, era alpinista y escalador, y ahora que no tengo los músculos de mi juventud, utilizo para elevarme por encima de la luna, entre otras cosas, el arte y mi imaginación. Cuando viajo por estos mundos tan lejanos de nuestro planeta y tan apartados de las leyes de los hombres, de mi piel, mi oreja izquierda y de mi esternón…, soy tan solo una esencia, 100% amor. Sí, sé que es difícil de entender, no lo comprendo ni yo ni mi Doctor, poco pienso cuando estoy entre Venus y Plutón, tan solo siento el latido mi corazón.
  No creo que solo los locos o chamanes puedan practicar mis experiencias, si os empeñáis y os dedicáis algo de tiempo, cualquiera puede sentirse como un servidor. Os aconsejo que nadie os arrebate vuestra oscuridad, vuestra soledad y vuestra tristeza, son necesarias para sentir la luz de la que gozo yo.
  Os aseguro que no quiero ser ni soy ningún ser superior, nadie es más ni menos que yo, todos somos hijos de la tierra y el sol, poca diferencia existen entre los de Murcia y los de New York. Entiendo vuestras creencias y vuestra razón, pero de poco sirven aquí y en el estado que me encuentro yo.
  Soy tan libre como lo era cuando nací y sospecho que también lo seré en el momento de mi último adiós, aunque también he conocido muchas veces la prisión. La libertad me hace dichoso, no hay nada mejor que un corazón sin cadenas, y no tengo porque sentir esclavitud, yo soy mi propio carcelero, quien tiene la llave de la puerta de mi jaula soy yo. Y además tengo un buen par de alas a mi disposición, me resulta difícil no emprender el vuelo, sed compresivos, por decirlo de alguna manera, tengo alma de gorrión.
  De verdad, no soy en absoluto más especial que vosotras y vosotros, un poco raro, sí, pero como todos, no me digáis que no.
  Y os aseguro que no soy Michael Landon ni ningún otro ángel, por el hecho de poder volar, tan solo soy un ser humano, aunque tenga por cabeza una caracola hueca sin cerebro en su interior. Por eso os ruego que no me hagáis demasiado caso, y además, viendo mi historial médico hasta yo dudaría de mi opinión.
  Si verdaderamente queréis aprender algo de la vida, vosotras y vosotros

sois los mejores maestros, cómo no. Yo tan solo cuento mis experiencias y puedo dar algún consejo, aunque sé que a pocos nos gustan, solemos defender nuestra razón, y como os he dicho antes, de poco me sirve ésta en este lugar y en mi situación.
  Lo que os aseguro es que mis obras y mis palabras, esté equivocado o no, surgen del corazón, que es lo único que tengo en estos momentos, lo demás lo dejé en el sillón de mi habitación.
  Y mientras os cuento mi vida, si eso sirve de algo, la vida pasa para Manuela, la recepcionista del Hotel Mocverd de Reus, que en estos momentos baila borracha la conga en la boda de su hermana Marisol. Tiene esperanzas por encontrar pronto novio, no sabe estar sola. Luchó a muerte por el ramo de la novia, incluso se le fracturó la muñeca y se le rompió el vestido pero al final lo consiguió. Cree que la suerte estuvo de su lado a pesar del grandísimo dolor. Manuela espera que las flores le traigan a su chico para sentir el amor, también quiere que le haga feliz su príncipe azul. Ella no quiere quedar soltera como su tía Asunción, quiere cumplir como su hermana con la tradición. No sabe que la felicidad depende de uno mismo y que para amar no es necesario que hayan dos. El novio canta en el karaoke una de Mecano, sí, seguro que la sabéis, pero no recuerdo el título, es la que dice algo así; Allí me colé y en tu fiesta me planté, Cocacola para todos y algo de comer, mucha niña mona pero ninguna sola, luces de colores, lo pasaré bien… La verdad es que el chico lo hace fatal, aunque que a él le sienta genial su actuación, el alcohol le ha desinhibido por completo, se ha quitado la corbata, la camisa y el pantalón. No puede dejar de cantar y bailar, de besar y a abrazar a todo dios…, parece que es el que lo pasa mejor.
  Bueno, llegó la hora de ir a dormir, hoy poco más os puedo contar, me cansé de jugar con las teclas de mi ordenador. He de deciros que os quiero con locura, mi querida Humanidad, y os recuerdo que no olvidéis nunca las tres palabras mágicas para que el mundo vaya a mejor: paz, respeto y amor.

La vida de Hombre-Caracola. XCIII.

Hola queridísima Humanidad. Mujer-Caracola y yo nos estamos despidiendo de nuestros vecinos, aunque siempre estaremos unidos con el corazón. Aprovecho desde aquí para despedirnos de todos, aunque si no encontramos antes nuestro destino, tenemos tres meses y medio para abandonar nuestro hogar, lo podemos hacer con tranquilidad. Decimos también adiós a nuestro querido Almoster, a sus montañas, a todas sus calles y rincones… Hemos sido muy dichosos en este pueblo, se puede hallar la paz y escuchar el silencio, se nos encoje el alma, creedme, no resulta fácil largarse de aquí. También nos despedimos del hogar donde hemos pasado los quince años más felices de nuestras vidas, cada día que pasa le digo ciao y le doy gracias a mi estudio y a la luz que lo ilumina, entre alguna lagrimilla.

Hemos vendido a la primera nuestro hogar, la suerte nos acompaña y el arte nos ha ayudado, aunque los espíritus de nuestros antepasados, que siempre nos protegen, seguro que han tenido algo que ver.

Como es habitual en la venta de inmuebles, los nuevos propietarios, si es que las casas son de alguien, hicieron una contra oferta y nos pidieron un descuento de una cantidad considerable, que encontramos razonable. Aunque vieron mi obra colgada en las paredes y prefirieron arte en vez de dinero, eso nos hace enormemente felices. Tienen la intención de vivir en la casa tal y como está, eso nos dijeron, con las obras que tenemos expuestas que no piensan nunca vender, aunque si lo hacen, bien les comprenderé. Incluso nuestros muebles y electrodomésticos quedarán en la misma posición, no quieren cambiar nada, y tal como está se quedará. Tienen la intención de vivir en una casa-museo, aunque privado, entre las creativas decoraciones de Emi y las obras del tal Diego Latorre Roldán, y eso nos llena el alma de júbilo, quedará una buena parte de nuestra esencia en Almoster, nos sentimos tan afortunados… Personas como ellos no se encuentran fácilmente, los amantes del arte aunque no toquen pincel son tan importantes como los creadores, sin ellos no existirían los museos ni las galerías, ni muchos de los artistas… Les estamos inmensamente agradecidos y estoy seguro que seremos buenos amigos.

Ahora estamos en el aire, no sabemos dónde nos llevará el destino. Buscamos un hogar más introducido en la naturaleza, esa es la intención, queremos despertar con el canto de los pájaros y estar rodeados de encinas o pinos, estamos tan ilusionados… Deseamos plantar árboles, tocar la tierra con los pies descalzos y sembrar, para hacer un buen gazpacho, cuatro pimientos, cuatro tomates y cuatro pepinos…, la verdura que venden en los supermercados brilla y es muy bonita pero no sabe a nada y la piel es de plástico fino. Y además, como seguro que diría mi amigo Álvaro Zamora, el huerto puede ser la revolución, la autosuficiencia nos puede librar entre otras cosas, del consumismo. Plantar un árbol es el mayor acto de rebeldía, por suerte no soy el único que lo pienso.

Por supuesto, antes que en ningún otro sitio hemos buscado nuestro próximo hogar en el territorio de Almoster, pero no hemos encontrado nada que pueda cumplir nuestro sueño. No queremos salir del Baix Camp, a esa comarca le tenemos mucho afecto, hemos buscado en casi todos sus pueblos; Alforja, Vilaplana, Les Borges del Camp, L´Aleixar, La Selva del Camp, Castellvell, Botarell…, y de momento no hemos hallado nada, pero seguimos buscando. No sabemos dónde pero estamos seguros que nuestro hogar nos espera, ya estoy imaginando donde irá el estudio… Aunque bien sé que mi verdadero hogar es Mujer-Caracola, mi familia, mis gatos y mis amigos, estando cerca de ellos no me importa donde viva. Lo más importante en este loco pero maravilloso mundo es el afecto y el cariño… Y además, el amor es lo único que nos pertenece, las casas, las tierras y todos los bienes son de alquiler. Sí amigas y amigos, ni tan siquiera son de nuestra propiedad nuestros huesos ni punta de la nariz ni la piel…

Sabemos que estamos locos y que es toda una aventura dejarlo todo y empezar una nueva vida, pero los cambios que he tenido en mi vida siempre han sido buenos y necesarios. No tenemos miedo absolutamente a nada, entregamos al amor nuestras vidas.

Aunque he deciros que no vamos a vivir como monos en las cuevas, ni como los monjes del Priorato, el humano necesita estar acompañado. No nos vamos a la selva, tendremos Internet y comeremos sobre una mesa, habrá agua caliente en la cocina y en el lavabo…, simplemente nos acercaremos con respeto a la naturaleza. Nuestra intención no es construir, las flores no necesitan más cemento y hay miles de casas vacías, buscaremos un trozo de tierra y una casa ya hecha, trataremos de dañar lo menos posible a nuestra madre Tierra.

 

 

La vida de Hombre-Caracola. XCII

  Hola querida Humanidad. Como ya os he dicho alguna vez pero con diferentes palabras, a pesar de estar bien rodeado de mi familia, de Mujer-Caracola, mis gatos, mis amigos y mis vecinos…, a veces siento que vivo más solo que Andrés Pajares en Los Bingueros sin Fernando Esteso. Sí, queridas amigas y amigos, a pesar de estar acompañado de mis seres más queridos, deambulo en soledad por el maravilloso universo, y más allá de la Tierra no han hallado vida hasta el momento.
  Nací solo, acompañado de mi piel y mis huesos, a pesar que mi madre me ayudó mucho con su amor y gran esfuerzo, y me iré al otro mundo solo, con lo puesto. A veces, al pensar en eso me ha dado miedo pero ya no me importa, me he hecho fuerte con el tiempo. Y además, el amor que siento me protege de todos los abismos y hace más agradable mi instancia entre las estrellas del firmamento.
  Mi vida se consume como la leña de mi hoguera, soy consciente de ello y no puedo hacer nada por eso, pero me deja claro que no he de perder el tiempo, el tesoro más preciado, mucho más que todo el dinero. No pienso perder ni un segundo en lamentos y quiero sentirme vivo en todo momento, aunque sé que a muchos eso no les resulta fácil, los poderosos ríen y el resto sufre las injustas leyes del hombre moderno. Las mismas leyes que permiten que todos nos hayamos vuelto locos, las mismas que se están cargando el planeta, y eso no deberíamos consentirlo.
  La Tierra es la casa de todos y a nadie pertenece, el decir, esto es mío y esto es tuyo, pienso que son idioteces, ni los pelos del sobaco nos pertenecen. Nuestra madre no entiende nada de patrias ni banderas…, me quedó bien claro que ni piensa en eso, y le importa bien poco las fronteras, he hablado con ella muchas veces.
  Estoy seguro que las montañas y los mares no entienden de fascismos, de dictadores, ni de niños muertos en la guerra… Estoy convencido que los árboles no conocen la esclavitud, que para mí es la gran pena del mundo, en eso estoy de acuerdo con Compay Segundo. Lo más probable es que las flores no conozcan la violencia ni el machismo, eso es cosa nuestra, y entre todas y todos deberíamos prohibirlo. Los ríos no nos diferencian entre Gays, transexuales y heterosexuales…, ante todo somos personas, ¡leñes!, y a nadie le debería importar lo que haga el vecino con su cuerpo, eso solo les importa a los cotillas, a los intolerables y los que no se miran al espejo…
  Sueño con un pueblo más civilizado, comprensible y solidario, ya lo sabéis pero de momento me he de conformar con el que tenemos, aunque como os he dicho alguna vez, confío en las personas pero no en los gobiernos, los mismos que tratan de convertir nuestro Paraíso en el infierno.
 
  Y mientras os revelo mis pensamientos, las agujas de mi reloj comen papas con mojo picón y bailan rica salsa canaria en Barlovento. Que bonito es Santa Cruz, de joven tuve el privilegio de conocerlo. He tenido una gran suerte, he visto muchos países, he pisado casi todos los continentes, aunque es Mujer-Caracola la que me ayuda y se encarga de ello. He conocido casi todas las religiones y he aprendido que hay muchas maneras de vivir, por eso tengo criterio para entender que poca diferencia hay entre los seres humanos, el problema como sabéis es que no nos ponemos de acuerdo. Y además, a muchos les importa más la vida del vecino que las suyas, y eso trae envidias, rencores y conflictos… Si cada uno se centrara en su vida respetando a los demás, el mundo sería más masticable, nos sonreiría un poco más, no dudéis de eso.
 
  Bueno, llegó la hora de marchar, no os quiero hacer perder más el tiempo, sé que mis palabras para algunos son bien recibidas, eso me pone muy contento, pero también sé que para otros son un tormento, y les entiendo. Aunque he de deciros que todos tenemos derecho a decir, esta boca es mía, y yo no voy a ser menos. Me divierte jugar con las palabras, lo siento por los que no estén conmigo de acuerdo, aunque les comprendo, he de decir que para ser amigos no es necesario tener los mismos pensamientos.
Lo que tengo claro es que, haga frio o calor, esté nevando o haga sol…, lo tenéis grave conmigo, hasta el último aliento seguiré creando, pintando y escribiendo…, necesito sentir y expresar al mundo mi arte en todo momento.

La vida de Hombre-Caracola. XCI

No soy un súper héroe de ciencia ficción, aunque a veces pienso, como ya os dije una vez, que mi vida está en manos de un travieso escritor, que tecla a tecla de su ordenador inventa mi vida, mis éxitos y mis fracasos, mi alegría, mi pena, mi placer y mi dolor…

No tengo más poder que nadie y nadie tiene más poder que el amor, yo tan solo vuelo alto y puedo inventar nuevos mundos con la imaginación, aunque cualquiera puede hacerlo como yo. No soy ni quiero ser el number one si para ello he de desprestigiar a los demás, tampoco deseo ser el último de la fila, sueño con un mundo donde todos tengan las mismas condiciones, la misma posición. No soy el chico de nadie, aunque lo fui para el Director cuando trabajaba de botones en el hotel Cap Salou, allí aprendí que unos mandaban y otros obedecían, como yo. No soy ningún poeta, mis palabras están repletas de faltas de ortografía, a pesar de utilizar continuamente el corrector. No tuve la oportunidad de posar con el birrete para que mi madre pusiera con orgullo la foto encima del televisor. Bien sabéis que no soy intelectual, tengo como medallas galletas María Fontaneda y soy diplomado en nada, aunque no estoy nada orgulloso por eso pero tampoco voy a coger una depresión. Admiro al músico que llena los conciertos sin tener todos los grados de piano, eso me parece maravilloso, no es necesario pertenecer a la clase alta ni a la burguesía, ni hace falta ser un Vivaldi para que el público estalle de emoción. El talento no se compra con dinero, hasta el más pobre puede dominar la trompeta o el saxofón. Aunque también admiro a todos los artistas de cualquier condición, nadie elige el lugar de nacimiento, nadie es culpable de nacer en la familia que le tocó. El éxito de cualquier artista debería ser el éxito de todos los que se dedican a la creación, al menos es el mío, cómo no.

Y mientras os revelo mis pensamientos, la vida sigue corriendo como el contador de la luz para José Manuel, el jefe de mantenimiento del Carrefour. Sufre porque no se ama, y por consiguiente, ni el mundo ni nadie le ama, se siente tan infeliz… y a veces furioso, la paga con cualquiera, ya le han bloqueado cinco veces la cuenta de Facebook por incitación al odio. Espero que encuentre cuanto antes alguna solución, el pobre chico odia al mundo entero cuando se levanta, en el trabajo, durante la siesta y frente al televisor… Nadie merece ni debería sufrir esa situación, el mal de amor no es nada agradable, alguna vez lo he padecido yo.

Y al mismo tiempo Zareb trata de superar las vallas, y no os hablo de un atleta, es un ser humano que lucha, como cualquiera lo haría, por su libertad y por su familia. Huye de una guerra y prefiere dejarse la piel en las alambradas con la esperanza de encontrar un mundo mejor. Aunque todos sabemos que lo tiene crudo, en este injusto mundo la insolidaridad gobierna por encima de la hospitalidad, la humanidad y la compasión…

Todos somos inmigrantes amigas y amigos, algunos no se acuerdan de sus orígenes pero he de deciros que todo quisqui tiene sangre africana, lo siento por los racistas pero estamos todos mezcladitos como la leche con el Nesquik, os lo pueden demostrar los científicos. Y sí, somos diferentes, unos tienen la piel oscura y otros la tienen clara, otros creen en Alá y otros en San Pedro, en el niño Jesús o en la Virgen Santa… Pero todos somos hijos de la Tierra y del sol, tan hermanos como Estopa o Pimpinela…, es bueno que queden las cosas claras.

Bien sé que gran parte de la sociedad padece aporofobia, no se le tiene miedo a nadie por ser de Ghana, ni se construyen murallas para los que tienen el color de la piel diferente o para los que vengan de cualquier país ajeno al nuestro, se le tiene miedo al pobre. Algunos piensan que los más necesitados que buscan ayuda nos quieren robar el pan y el trabajo. Y bien sabemos muchos que los que verdaderamente nos roban son los que llevan traje y maletín, los políticos que solo se dedican a calentar con el trasero el sillón del parlamento…, las ambiciosas multinacionales, las farmacéuticas y los bancos… Por desgracia para la mayoría, demasiada gente no sabe quien es su enemigo y quien es su hermano.

Bueno, os he dejar, ya he hablado demasiado, sin el permiso de nadie marcharé al planeta Democracia, es el nombre que le he puesto al lugar del universo más lejano de la Tierra. Donde las arenas de las playas son de caobina, como algunos sabéis, es también el taller donde últimamente creo, me siento tan bien allí… Aunque, a pesar que en ningún rincón de nuestro planeta exista la democracia, prefiero vivir con los humanos. Tengo la esperanza de ver sonreír a la humanidad, de oír la música por las calles, de escuchar el fin de las guerras por la radio, sé que sueño muy alto, a veces creo que puedo alcanzar la luna con las manos.

«La vida de Hombre-Caracola. XC».

Hoy estoy triste y no sé porqué. Tengo a mi alrededor muchas personas que me aprecian y me quieren, en nuestra despensa hay para comer…, aunque ya sabéis que no pruebo bocado por mi condición de ser. Y en nuestra habitación hay un buen colchón donde descansar…, incluso tengo luz, agua corriente e Internet… Mujer-Caracola continuamente me abraza y me besa, me da el calor, la ternura y su piel…, y los amigos siempre se dejan ver… Puedo dedicar mi tiempo y mi esfuerzo al arte, aunque creo por pasión, para mí es un gran placer. Sí amigas y amigos, mi vida es lo que de pequeño soñé pero como ya os he dicho, hoy estoy triste y no sé porqué.
No todos los días son domingo y hoy no puedo disfrutar de la luz del sol ni de su amanecer…, no puedo sentir las estrellas en mi ser. Hoy mi vida no tiene sentido, me ha abandonado mi ilusión y mis esperanzas, mi libertad, mis sueños y mi fe…, no siempre se despierta uno como desea, y hoy por lo visto me levanté con mal pie.
Mi Maestro Chamán me dijo con palabras parecidas, que nosotros somos los responsables de las barcas de nuestras vidas pero no sabemos bien cómo navegar. Yo pienso que cuando perdemos el timón poco hay que hacer contras las corrientes del mar, solo dejarse llevar. Cuando hay fuerte tempestad no puedo hacer otra cosa que aceptarla, porque lo haga o no, me mojaré. Bien sé que después de la lluvia y las nubes negras siempre sale el sol, es matemático, lo he comprobado miles de veces, en naufragios soy experto de alto nivel. Y os he de decir que cuanto más temibles son las tormentas, el astro rey calienta con más fuerza, aunque a nadie le gusta perder el norte y que el viento rompa su mástil y su vela, se puede perfectamente comprender.
A pesar de mi tristeza, la vida sin culpa alguna continúa y la luna sigue emitiendo sus influencias a todos por igual, no se libra ni el Quico aunque se envuelva como un bocadillo de chorizo en papel Albal. Saturno sigue siendo como un niño chico, continua moviendo las caderas con su Hula Hoop, y las estrellas fugaces siguen ofreciendo deseos a los que creen en la magia del universo, como yo. Ramón, el conserje de los apartamentos Pitosol de Salou, ensaya en su casa frente al espejo de qué manera le dirá a Manoli, te quiero, es tan tímido…, aunque se muere por abrir la jaula de su corazón. Maribel, la hija pequeña del señor Gil, el más respetable empresario de Vilaseca, sueña con el chalet de su vida. Pronto se casará con Nicolás, a pesar que sus padres no aceptan del todo al chico, poco le gusta trabajar en la empresa familiar y su única pasión es el Punk, es el bajista de Los Cojones de Satanás, no suenan nada mal. Y al mismo tiempo María del Carmen sueña con montar un huerto ecológico, quiere comprar un pequeño terreno en Pradell. Desea huir del caos de la ciudad y de su trabajo, su jefe no le trata nada bien. Y ella no puede soportarlo más, está hasta el gorro de que le mire el escote, de limpiarle la oficina, de ordenar millones de archivos, de atender a los clientes y de hacerle el café… Sé perfectamente que no es nada fácil trabajar en lo que no nos gusta, comprendo la decisión de esa mujer, espero que le vaya bien.
Sí, querida humanidad, la vida continúa a pesar de mi pena, mientras la paso, otros se comen bien a gusto unos calamares con all i oli con vino y casera…, mientras me lamento, otros se zampan unas porras con chocolate y bailan con unos finos de más en la verbena…
Y siempre queremos estar bien, claro, pero bien sabemos que la vida es reír y llorar, lo saben hasta los bebés. No se entiende la risa sin el llanto, nadie se libra de la felicidad ni de la tristeza, ya seas pobre o adinerado, de Oklahoma o Antequera… Algunos sufren más que otros, cómo no, mientras yo paso este mal día desde mi sillón, otros escuchan el zumbido de las balas en la guerra.
La humanidad podría ser más feliz, no entiendo qué narices hacen los líderes de la Tierra, no comprendo porqué permitimos que unos locos de remate dirijan nuestro planeta. Ellos son los que deberían tomar unas gotitas de Haroperidol, ellos son los que necesitan camisa de fuerza.

La vida de Hombre-Caracola. LXXXIX.

El mar y yo gozamos del sol y la plena calma, es una maravilla, se está tan bien… Barcas de pescadores se pierden en el horizonte, se escucha en la lejanía las guitarras de unos jóvenes que hacen vida en la playa, los muchachos alegran el alma, no tocan nada mal… Los cangrejos, las nécoras y las lapas son los dueños de las rocas, y el sonido que provoca el revoloteo de una bandada de pardelas, me despierta y me hace volver a la realidad.
Me desprendo de mi báculo, mi margarita, mi piel, mi odio y mi bondad… Me olvido de la trilogía de Regreso al Futuro, del estribillo de la Macarena y del ridículo flequillo de Trump… Me libero de mi placer y mi dolor, de mis sueños y de mi bolígrafo Bic multicolor… Me deshago de mi sombra, del vecino que siempre ronca, de las pistolas de Clint Eastwood, de las bellotas de Banner y Flappy…, y con mucho agrado, me desprendo por completo de todos los programas de televisión de Sánchez Dragó.
No sé realmente lo que soy ahora, quizás nadie nunca lo sepa, solo sé que siento amor.
Sí, amigas y amigos, marcho de nuevo al universo, y ahora me dirijo hacia él a tropecientos mil millones de kilómetros por hora, es algo inhumano, lo sé, soy un privilegiado. Permitidme ese lujo, vosotros también tenéis los vuestros, sois tan especiales como yo, cada cual con su locura y profesión. Hay tantas vidas como personas y muy pocas, por no decir ninguna, nacen con la misma condición.
La Tierra se pierde de mi vista en un santiamén, Venus y Júpiter me saludan, yo a ellos también, no hay nada como ser amable y cortés. Me basta con un guiño vuestro, un hola, un adiós…, o un, qué te vaya bien, para sentirme humano como vosotros, a veces no es nada fácil ser un nuevo ser.
Las estrellas indican e iluminan mi camino, yo me dejo llevar como barca de náufrago en alta mar, poco más puedo hacer, esa es la verdad. La velocidad aminora progresivamente, me acerco a un planeta desconocido por la inteligencia del hombre moderno. En media hora y tres segundos llego hasta él, aunque hablar del tiempo aquí es absurdo, no tiene ningún sentido razonable, es como querer besarte tu propio codo o hablar con un huevo duro en la boca en portugués. En el cielo hay algo parecido al sol y los mares son como los de la Tierra. En las playas en vez de arena hay caobina, aunque parezca extraño, bien me podéis creer. Es un lugar idóneo para la creación, hay material de sobra y buena luz, los paisajes son alucinantes… Parece que vivo en una novela de ciencia ficción, aunque por mucho que quiera explicarlo todo, es de difícil comprensión, para ello deberíais abandonar entre otras cosas la razón.
Trataré de pintar con caobina a la vida, me refiero, a todo; un país, una persona, una flor, una estación del año, mi taller, los ojos de Mujer-Caracola, las rocas, el viento… Aunque he de deciros que desde aquí todo parece lo mismo, desde un mosquito a una vaca o a una roca, desde Abdul a Manolo… Por eso posiblemente las obras serán parecidas, tendrán más o menos los mismos tonos, una mancha de menos o una mancha de más, poco variamos los que existimos en el mismo meollo. De verdad, desde este planeta apenas logro diferenciar un berberecho de mi vecina María del Mar, ni un calamar de mi amigo Bartolo. Sí, habitantes de la Tierra, apenas puedo distinguir desde este paraje a mi madre de una rosa, a Abascal de un percebe, al Papa de Roma de un boniato, o a Felipe VI de un mono.
Definitivamente, éste es el lugar donde crearé mi nueva serie de pinturas que se llamará, La Vida, ya está decidido. Viajaré a este planeta siempre que tenga la necesidad de crear en estos inhóspitos paisajes. Aunque prefiero vivir en la Tierra, claro, amo sus montañas, sus ríos y sus mares… Y como sabéis, lo que más me ata a nuestro querido planeta es el amor que siento por la Humanidad, por Mujer-Caracola, mi familia y mis amigos… Sin todos vosotros no sería nadie, os llevo en el alma allá donde vaya, en todos los lugares os siento conmigo, sin todos vosotros mi vida no tendría sentido.

 

La vida de Hombre-Caracola. LXXXVIII.

Tengo la capacidad de hablar con la naturaleza; con el viento, las tormentas, las plantas, los árboles, las rocas y los animales, desde el caballo al cienpiés… Sí, sé que resulta extraño pero esa es mi condición de ser, desde que dejé de ser Diego Latorre Roldán y tengo una concha hueca de caracola por cabeza, desde que desapareció mi cerebro, mis ojos, mi nariz y mi boca.., bien lo podéis creer. Y si quisiera volver a ser lo que era, ya no tengo nada que hacer.

Yo también soy la naturaleza aunque para muchos resulte difícil de entender. No soy ni más ni menos que un berberecho del Delta, que un mono de Tailandia, que las rocas, los sauces, las briznas de hierba o una hoja de laurel…

El sol calienta con la misma intensidad a las piedras, los bosques, las larvas de las mariposas, los rinocerontes y a mi primo Miguel…. Y la luna, emite sus influencias sin preferencias, a la vecina del ático, a la mosca de la tele, a la flor de las aceras y a los rovellones del Pirineo aragonés… Por no hablar del universo, él no hace distinciones entre la naturaleza de la Tierra, Saturno, Marte o Kepler-22b… Todo eso me lleva a la conclusión que todo lo que pertenezca a la existencia forma parte de una misma pieza o de un mismo ser. Sí, queridas amigas y amigos, ¡es maravilloso!, ¡todos somos lo mismo!, desde un grano de arena de la playa a una estrella…, desde Pepi, la churrera de la esquina, a mi amigo Abdul de Marrakech…, aunque entiendo que muchos no lo podáis comprender. Quizás solo lo puedan entender los chamanes, o todo aquel o aquella que vea más allá de lo que a simple vista se ve.

Sí, querida humanidad, poca diferencia hay entre los humanos, solo que algunos tienen la nariz o las orejas más grandes, el trasero más ancho o diferente color de piel… Pero todos mastican, beben y sueltan sus caquitas del mismo modo…, todos sienten de la misma manera el amor, el odio, el dolor o el placer… Muy pocas diferencias hay entre un alemán, un español, un italiano, un sirio o un senegalés… La vida es justa, nos trata a todos por igual, creedme, son las leyes de los hombres las que con urgencia debemos cambiar. Las mismas leyes que crean la desigualdad, las guerras, el hambre y la sed…, las mismas que permiten que luchemos entre hermanos y tiñen de sangre la blanca bandera y la paloma de Picasso con su laurel.

El poder de los hombres solo sirve para para crear desgracias, parece que con eso no hay nada que hacer, aunque bien sé que el amor es el máximo poder. Para vivir en paz, bastaría con darnos cuenta que todos somos como un chorizo de Cantinpalos embutido en la misma piel.

Mientras reflexiono y trato de aclarar mis ideas en la naturaleza, entre animales y plantas, Oriol, el joven violinista de Hospitalet, del cuarto segunda número diez, trata de cautivar con su música a la vecindad. Y aunque más de un vecino le ha mandado callar, Oriol no puede dejar de tocar, su música es su agua y su pan. Espero que la humanidad algún día se dé cuenta que el arte para los humanos es una necesidad.

Sí, querida humanidad, el arte es tan fascinante…, y nos une, en parte porque es un lenguaje universal. La Macarena, el Son de Compay o las canciones del verano de Georgie Dann, por ejemplo, nos hacen mover el culito a todos por igual, ya seas de Manresa, de Burgos, del Congo o de Gibraltar…

Os lo digo de corazón, el arte solo trae cositas buenas, no mata, nos alegra y mejora nuestras vidas…, y puede cambiar el mundo, cómo no. No lo dudéis ni un segundo, cambiad el odio por unas buenas maracas, las pistolas por pinceles, las balas por teclas de piano y el sonido macabro de los misiles por un Do, un Si bemol o un Re… Cambiad también las heridas por versos de poetas y los gritos de los niños por películas de amor o ciencia ficción… Os doy mi palabra que de esa manera el mundo será mucho mejor, dónde va a parar…, pasaríamos del blanco y negro al color.

Y al mismo tiempo, mientras el joven músico afina su violín, Marta, su vecina del tercero primera se compra un Iphone de última generación, está tan contenta… Mientras José Andrés, un anciano que sufre una enfermedad mental, en la misma Rambla de Barcelona se refugia entre sus cartones en el cajero del Banco de Sabadell. Hoy ha sido un día malo para él, solo ha conseguido noventa céntimos de caridad en todo el día, con eso no le ha llegado ni para el café. Por la Rambla pasean miles de personas pero la gran mayoría no le ha querido ni ver.

LA VIDA DE HOMBRE-CARACOLA. LXXXVII

No soy el hijo de ningún Dios, no soy el mesías de los cristianos tan esperado, al pobre hombre le dieron la vida eterna y eso debe ser muy aburrido y cansado. Yo quiero morir y ser enterrado, deseo la mortalidad de los humanos, más que nada porque lo del cielo no lo tengo muy claro, prefiero convertirme en ceniza o en barro. Por suerte tampoco soy Barrabás, a nadie he robado ni matado, trato de respetar a los demás y si puedo les ayudo en algo. Aunque tampoco soy ningún santo, no quiero que nadie me rece, nunca me gustaron ni los cirios ni las velas, que se las pongan a Santa Rita o a San Pancracio. Tampoco soy ningún cura ni trato de daros ningún sermón, mis palabras son consejos de amigo y a nadie impongo ni a nadie engaño. Soy el hijo de Francisco Latorre, un humilde y honrado trabajador que dio la vida por su familia, trabajando como un mulo en los trabajos más cansados, sus manos siempre estaban repletas de cayos. Él me enseñó que en esta vida todo hay que ganárselo, con esfuerzo y trabajo. De nada sirve el éxito ni las riquezas si para ello te aprovechas del sudor del vecino de al lado o de los más necesitados.
Sigo sembrando las tierras con semillas de amor y esperanzas, como bien sabéis, deseo con locura un mundo mejor, por eso trabajo tanto. No espero ningún rayo de luz que a todos os ilumine, no creo en milagros, el futuro entre todos hemos de crearlo. Y es bien sencillo, se trata de plantar, regar y cosechar, creo yo que no es tan complicado. Aunque comprendo que muchos no creáis en un futuro mejor, sé que os parece imposible, en Facebook dicen que no hay solución y lo afirman en la televisión y en los diarios, entiendo que os sintáis resignados.
Sí, amigas y amigos, es tan fácil cambiar el mundo…, aunque para ello antes deberíais cambiar el vuestro, claro. Ante todo deberíais amaros a vosotros mismos y a los vuestros, no me canso de explicarlo. Como ya he os he comentado alguna vez, si en vuestras casas se respira amor, lo habrá en las calles, las ciudades y en los países…, y me atrevería a decir, que el universo también recibiría algo. Si hay paz en el hogar es muy complicado que vuestros hijos salgan dictadores, cuando uno planta tomates no cosecha rábanos, mi padre tenía huerto y eso me quedó siempre claro.
El futuro de la humanidad son vuestros hijos, ellos son vuestras semillas, no deberíais preocuparos demasiado por que tengan una buena carrera, cinco masters y dominen a la perfección la gaita escocesa o el piano… No os empeñéis en que sean personas muy respetadas en sus empresas, el amor no entiende de jerarquías, nadie está por encima ni por debajo… Es más importante que a vuestros hijos, cuando sus amigos les vean, se alegren y les surja una sonrisa en los labios, ese debería ser vuestro trabajo. Se trata de crear personas con calidad humana, que entiendan de bondad, solidaridad, respeto y amabilidad…, para eso no hace falta estar diplomado. Sois los únicos responsables de vuestros pequeños, lo dejo en vuestras manos.

Mientras sueño en el universo, a tropecientos mil años luz de distancia de nuestro planeta, mi vida en la Tierra pasa sin prisa y sin pausa, como hoja de sauce llorón por el Pisuerga. Almoster duerme a pata suelta, se escuchan los ronquidos y las ventosidades que, esporádicamente emite el vecino de al lado en el silencio de la noche, mientras su esposa trata de ahogarle la fiesta. Chancho y Frida vigilan la calle Mayor desde el balcón, y sobre la cama de nuestra habitación, Mujer-Caracola descansa del duro día de trabajo, sufro tanto por ella… La luna manda sobre las estrellas, son las cuatro y media. Apago las luces del taller, cierro la puerta y me dirijo a la terraza para desearle una vez más las buenas noches a la humanidad. Creo un ritual, le pido a los espíritus mis deseos y bajo las escaleras. Llamo a mis pequeños felinos y juego, como uno gato más, con la entrañable peluda pareja. Entro a la habitación, beso a la musa dormida y caigo abatido por el cansancio en el colchón, hoy he tenido mucha faena. Me olvido de la realidad durante un tiempo, dejo mi vida en manos de Morfeo, hasta que suene el despertador, claro, sobre las once y media.

La vida de Hombre-Caracola. LXXXVI

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El reloj de la cocina marca las doce y media, aunque eso me importa un carpaccio de acelga. Como bien sabéis, las agujas de mi reloj no obedecen ni por asomo al tiempo, en estos momentos se están comiendo una paella de cangrejo azul en el Delta, saben más que los ratones de biblioteca.

Mientras, la luna sigue girando en armonía alrededor del sol, los planetas y las estrellas continúan cumpliendo su misión…, sin duda alguna la ley del universo funciona a la perfección. Y al mismo tiempo, Otto, el camarero del restaurante chino sigue enamorado de Chinpún, aunque éste no le hace ni caso, a él le hace tilín Chinawa, aunque ella está loca por Chinlú. A veces el amor no es correspondido y eso se sufre en lo más profundo del alma, os lo digo yo, no siempre en mi morada floreció el amor, he sentido en la piel la soledad, el olvido y el desamor. Y al otro lado del charco, María Teresa, una chica argentina que vive con su perrita, sueña desde la cama de su habitación con un mundo mejor, al igual que yo, sufre las injusticias de las leyes de los hombres, bien sabemos que éstas no funcionan a la perfección. Aunque bien sabéis que soy un soñador, confío en la humanidad. Pienso que no me vais a fallar, que en algún momento de vuestras vidas os dará por danzar, cantar, soñar… Por unos días lo hicisteis desde vuestro balcón, ¡os acordáis?, a pesar de las distancias se respiraba convivencia, solidaridad y unión…, incluso la naturaleza sonrió, lástima que luego todo se nos olvidó. Estoy convencido que os cansaréis de odiar, que la gran mayoría desearéis a la hora de brindar, aunque quede cursi, la paz mundial y el amor. Que me perdonen los realistas y los pesimistas, no puedo evitar soñar, sé que no tengo solución.

Sí queridísimas amigas y amigos, necesito sueños, ilusiones y esperanzas, eso me hace luchar, y la lucha me hace sentir vivo, da sentido a mi vida, podéis estar seguro de eso. Y si he de morir, lo haré luchando, ya no tengo ningún miedo, me enfrento con valentía a ellos, entre otras cosas soy chamán guerrero. Y aunque los seres humanos hagan caso omiso de mis consejos y duden de mi magia, igualmente yo velaré por ellos.

Sí, querida humanidad soy muy optimista, a pesar de todos los problemas del mundo y a pesar que a veces se apodera de mí la tristeza, siempre ofrezco mi sonrisa en lugar de mi pena. No sé cómo lo hago, aunque domino el tema, siempre admiré a los payasos, ellos pintan sus lágrimas con rojo y blanco para que no se vean. Busco entre la basura la belleza, convierto en retos mis problemas, creo obras de arte en vez de buscar conflictos o romperme con alguien la cabeza… Amo con locura a la vida, bien lo saben los espíritus, y quiero a la humanidad como el Ebro a la mar o como el cielo a la Tierra…, por eso dedico mi vida a ella. Solo ruego que me dejen vivir en paz, como yo quiera, defenderé con mi vida mi libertad, la esclavitud no la merece nadie, todos deberíamos tenerlo en cuenta. Os prometo que no tengo ninguna maldad, Adolf solo habita en mi mundo onírico, no podría hacer a nadie ningún mal, allí siempre está de borrachera. Aunque he de deciros que tendré que cambiar la formula del brebaje, creo que la pizca de romero hace estragos en mi estómago, ya solucionaré ese problema.

Nunca por nada del mundo os cobraría por mis servicios como chamán, claro, yo solo quiero ayudaros en lo que pueda, no me interesa para nada vuestras carteras. Jamás os exigiré nada, solo faltaría…, estoy en contra de todas las dictaduras, nunca se me ocurriría pediros obediencia…

De verdad, no quiero ser el líder de nadie, no quiero aprovecharme de la sociedad, lo mío no es la política, solo quiero ser vuestro amigo, quiero veros felices, esa es mi recompensa. Porque un pueblo feliz no crea ningún problema, ninguna víctima, ningún miserable grito de guerra.

La vida de Hombre-Caracola. LXXXV

oas-

Vivo entre el suelo y las estrellas. Puedo volar más alto que el cóndor y tocar con las manos el sol que nos ilumina y nos calienta. Sí querida humanidad, a veces logro ser el dueño de la luna y los planetas…, me resulta muy fácil cruzar la estratosfera. Y aunque mi psiquiatra no lo ve así, que cada uno piense lo que quiera. Soy capaz de sobrevolar la Tierra sin azafatas, sin queroseno y sin duty free, aunque para ello he de desprenderme de mi cuerpo y viajar solo con lo que queda. Tengo el lujo de superar todas la barreras y fronteras, a veces soy tan libre que puedo romper todas las cadenas, como si yo fuera el mismísimo Mazinger-Z. Puedo permanecer en las más altas cumbres y tener un ojo en el cielo y otro en la Tierra, desde allí logro veros a todas y a todos, parecéis hormiguitas. Resulta grato alejarse por momentos de la locura de esta vida, para eso hay que estar muy cuerdo, no lo hace cualquiera. A veces soy el ser más feliz del universo, mi condición de ser me permite sentir la euforia que provoca la luz más intensa, aunque mi Doctor piense que estoy desequilibrado y que necesito más Ziprexa.

También puedo ser el gusano que se arrastra por la tierra, el único náufrago en la tormenta, la herida que no se cierra… Estoy preparado para soportar todos los males del planeta, como podéis entender, eso no resulta nada grato, puedes llegar a sufrir más de lo que te pertenece y romperte en mil pedazos, no sale nada a cuenta. Tengo la capacidad de lograr vivir en las profundidades de los océanos, allá donde solo hay sitio para uno, donde reinan entre las lágrimas más negras, las más crueles tristezas. Estoy capacitado para llorar a mares, lo he demostrado demasiadas veces en mi vida.

Como bien sabéis amigas y amigos, mi condición de ser me permite sentir la máxima oscuridad, aunque desde allí puedo alcanzar la luz más intensa, y esa, es la mayor de las recompensas.

Me acepto tal como soy, con mis alegrías y por supuesto con todas mis tristezas. Sí querida humanidad, por muy duro que sea, necesito mis lágrimas aunque me duelan. Ruego que no le contéis nada a mi Doctor cuando me veáis llorar, necesito reír mucho, claro, pero que nadie ni nada se atreva a robarme mis penas. Quiero sentirme vivo y apreciar en mi alma todas las emociones, y la tristeza es una de ellas.

No quiero ser menos que nadie, quiero llorar como todos, deseo que mis lágrimas invadan mis mejillas, necesito escuchar a Chavela o José Luís Perales pero solo las más lentas… Deseo que mis ojos se conviertan en nubes y que no dejen de llover durante un tiempo, necesito ver toda la serie de “Autopista al Cielo”, o la de “La Casa de la Pradera”… Quiero llorar como lo hicisteis todos en el último capítulo de “Verano Azul”, quiero sentir en lo más profundo de mi alma la muerte de Chanquete…, hace tanto que no lloro que se me olvidó mi pena. Necesito ver con urgencia “Bambi” y desahogarme como dios manda, tampoco pido las estrellas.

Sí, querida humanidad, no es nada malo llorar lo que nos corresponde, y si nos ayuda el arte, el cine y la música…, mucho mejor. Lo injusto es, que los verdaderos locos, los que dirigen el mundo y parte de la sociedad que le sigue el juego, nos hacen sacar las lágrimas por sus errores; Las guerras, el hambre, la esclavitud, la insolidaridad, la desigualdad, la violencia… Lloro injustamente viendo como almas inocentes se dejan los dedos y la piel en las vallas de Melilla, o por los inacabables conflictos de los hombres de Oriente Medio y los llantos de sus niños y niñas… Brotan mis lágrimas por ver como un sistema tiene a media sociedad enferma, depresiva, sin amor a la vida, sin esperanzas, sin ni tan siquiera ganas por un futuro mejor…, la consulta de mi Doctor suele estar llena de gente sin ilusión. No es justo llorar por ver como sufre mi querida humanidad y por ver cómo convierten a mi amado planeta, en un gran montón de mierda, con perdón por la expresión.

La vida de Hombre-Caracola. LXXXIV.

par-

Amo ante todo a la vida, a mi madre Tierra y mi padre Sol, y a todos los seres vivos. Y evidentemente, amo a todos los humanos sin excepción, empezando por Mujer-Caracola, como no. Unos andan perdidos en el camino equivocado y otros tienen claro quienes son.

Sé que no es fácil saltar al vacío, sin saber si hay o no protección. Aunque al principio sentí miedo, me lancé de pleno sin saber si había alguna red o algún colchón. Pero mereció la pena el salto, ahora reboso de júbilo, de luz y satisfacción. Pero sé que no es fácil, queridas amigas y amigos, antes tuve que vivir en las tinieblas, sin ni un solo rayito de sol… Tuve que aceptar la locura, las ventanas blindadas, los gritos de mis compañeros de hospital…

Bien sé que la vida nos pone a prueba y que los más fuertes son los que sufren las injusticias; las guerras, la pobreza, el hambre, los maltratos, los abusos…, o los que sufren una enfermedad, como yo. Y también somos los más afortunados. Cuanto más grande es mi oscuridad, y lo digo por experiencia, cuando logro librarme de ella, más grande puedo sentir la luz.

Recomiendo a los que más tienen que repartan sus riquezas, la avaricia crea oscuridad, y de poco sirven los bienes si no los compartimos con los demás. Sé que es más fácil pedir que dar pero quien da es el que gana más. Hay gente que sufre la miseria mientras otros nadan en la abundancia, eso entre todos lo tenemos que solucionar. La generosidad es una verdadera fortuna, que aunque no se pueda introducir en una probeta, se lleva en el corazón y ayuda a sentirse mejor. Sé que entre todos podemos hacer un mundo mejor. Pienso que no bajará ningún mesías más, los dos que quedaban en el hospital ya los han convertido en personas normales, era de esperar. Así que de todos depende la justicia en la Tierra, como ya he dicho en alguna ocasión, la humanidad es responsable de la humanidad.

Olvidaros de ningún Dios, no vais a encontrar absolutamente nada, ni fuera de nuestro planeta; ni en Marte, ni en GJ357-b, ni en Júpiter, ni en la Andrómeda, ni en Plutón… Sí querida humanidad, la Tierra es nuestra casa, olvidaros del Paraíso celestial, en los mares y las montañas de nuestra madre se vive mucho mejor, donde va a parar…. Centraros sobre todo en disfrutar de la Tierra y el Sol, y sobre todo respetad a la naturaleza porque también lo sois, tanto como yo. Ningún animal come donde deja la mierda, no vemos que estamos demostrando que somos una raza inferior. A ver cuando nos ponemos a la altura del gato, del gusano o del ruiseñor…

Si os hacéis demasiadas preguntas acabaréis tan locos como yo, aunque he de deciros que la locura también es amor. Tened curiosidad por la vida, es mucho mejor que hacer los deberes que te manda el profesor. Como os he dicho alguna vez, lo que somos no se haya en los libros, ni en Google y ni mucho menos en el televisor.

Amaros y respetaros, como no. Disfrutad de vuestras vidas que es un regalo, deberíais estar agradecidos.

No os perdáis la belleza del planeta, los amaneceres, atardeceres y la puesta de sol…

La humanidad debe unirse contra la tiranía, se debe expandir con urgencia el amor. No os conforméis con la felicidad que os venden, merecéis lo mejor.

La vida de Hombre-Caracola. LXXXIII

kj-

Hola mi querida humanidad. Llevo más de tres años deambulando por este loco pero maravilloso mundo como hombre-caracola, he visitado diferentes pueblos, ciudades, países… Y por supuesto he conocido a muchos seres humanos de todas las condiciones, eso es lo que más me fascina, todos tan iguales y tan diferentes… Ya no me importa ser el centro de atención por mi aspecto o mi conducta, por mis calcetines o mi bastón… Sí, amigas y amigos, no esconderé mi locura, ahora bien sé que todas las personas que hasta ahora he conocido, como nuevo ser, están tan locas o más, que un servidor, me atrevería a decir que no se salva ni Dios. Por no hablar de los que gobiernan el mundo, ellos más que yo necesitan una buena dosis de Haroperidol.

No me importa que piensen mal de mí, hace tiempo que envié a la provincia de Murcia a coger melones a mi reputación, desde entonces me permito el lujo de ser yo mismo, eso me hace sentir tan libre como el gorrión. Tampoco es de mi interés que me clasifiquen, aunque no me importa. Algunas personas me ven como dibujante, otros creen que formo parte de una performance, como si yo fuera una obra de arte… Otros creen que soy un aprendiz de Chamán, que estoy todo el santo día pidiendo mis deseos a los espíritus o que tengo un poder sobrenatural… Hay personas que creen que el mensaje de mis obras ayudará a salvar el mundo… Algunos piensan que tan solo soy un enfermo mental que depende de su medicación para vivir en el mundo de la razón… Otros me ven ridículo y se avergüenzan de mí, incluso personas a las que siempre he apreciado, aunque siempre apreciaré. Los que hace tiempo que no me ven piensan que soy fontanero o electricista, entre otras cosas a eso me he dedicado durante mucho tiempo, todavía me piden presupuesto. Mi madre piensa que soy el sol, cómo no, como toda mi familia, algo parecido es lo que también pienso de ellos… Mis amigos creen que soy el payaso de sus sonrisas y los abrazos cuando reina en ellos la pena, en la amistad hay que estar para las malas y para las buenas. El dueño de un bar de Bilbao cree que soy un cara dura porque me fui sin pagar, aunque os juro que fue sin darme cuenta. Más de una y de uno me ve como el amigo que les traicionó, todos directa o indirectamente a alguien hemos traicionado, desde aquí pido disculpas. Aunque no somos culpables por vivir y la vida conlleva errores, los míos trato de aceptarlos, y os puedo asegurar que no soy ningún santo. También he de deciros que los que me traicionan siempre me enseñan. Mis gatos me ven como uno más, juego con ellos, imito sus gestos, sus pasos…, y a través de mi concha, emito un sonido muy parecido al ronroneo de mis seres peludos queridos, mutuamente nos adoramos. Para las niñas y los niños, los de mis familiares y amigos…, fui y soy con orgullo, El Robot, básicamente porque imito gestos de un robot humanoide, me sale  bastante bien, al principio se asustan pero luego me piden más juego. Me encanta jugar con los pequeños, siempre me pongo a la altura de ellos. Cuando pasa el tiempo y crecen aun son casi inevitables sus sonrisas cuando me ven, a pesar de ser mayores. Para Mujer-Caracola, puedo ser lo que ella quiera que sea, si lo desea con el corazón, puedo ser las estrellas…

 

La vida de Hombre-Caracola. LXXXII.

ya-

No me pertenece ningún río, ninguna montaña, ni el cielo ni el mar…, no es mío ningún país, no soy ni el dueño del hogar donde vivo, de ningún lugar. Como bien sabéis, me deshice de mi documento nacional de identidad, del número de la seguridad social, de toda la burocracia…, ya nadie jamás me puede controlar. Dejé en el olvido las fronteras, las patrias y las banderas… Pude librarme de todas las leyes de los hombres, de sus gobiernos, sus mentiras y sus falsas democracias, de la jerarquía, la monarquía y los mandamases… Me abstuve de todos los dictadores, que solo sirven para estorbar y frenar el paso de la humanidad, que ante todo le conviene caminar.

No es de mi propiedad Mujer-Caracola, y ninguna mujer debería pertenecer a nadie, el machismo es una lacra que nos hace avanzar. Por supuesto ninguna persona debe ser de nadie, todos deberíamos ser libres y yo, como sabéis, no soy nada partidario del verbo esclavizar, es muy injusto que solo unos pocos sean los propietarios de todos los demás

No soy el amo de Chancho ni de Frida, ni de un mosquito o un águila imperial…, de ningún ser vivo del reino animal. No entiendo porqué se les tortura por placer, es un gesto de inferioridad, una humanidad que no respeta a las almas de los animales no puede evolucionar.

No son míos los brazos que me cuelgan de los hombros, ni el cabello que me surge de la cabeza, ni la piel que me cubre los huesos, ni las uñas de los pies… Sí, querida humanidad, solo podemos disfrutar de nuestro cuerpo unos años, porque hasta las arrugas son de alquiler.

Sé que me puedo hacer pesado porque os cuento cientos de veces el mismo mensaje pero con diferentes palabras o frases. Pero no lo puedo evitar, de otra manera sería escribir el verbo amar miles de veces. Mientras exista la ambición, el odio y el rencor… seguiré deseando que el amor reine en vuestras vidas, si conseguimos eso todas las guerras y conflictos de la humanidad desaparecen.

Llevo dos horas esperando a Mujer-Caracola en este hermoso paraje, ha ido a hablar con los paletas, queremos hacer unas pequeñas reformas en el hogar. Por suerte para ella no salió princesa, se puede encargar de cualquier gestión, hace cualquier cosa que pueda hacer un hombre incluso mejor. Aunque todo lo hacemos a medias, es lo más justo para los dos. Ella es responsable de su felicidad, en eso somos autosuficientes, aunque la compartimos siempre. Y lo mejor de todo es que no necesita protección, eso me libra de ser perro guardián, bien se sabe defender. Ni San Pedro la puede comprar con flores o joyas… y además no necesita que nadie la mantenga, bien lo podéis creer. Todo lo que os he contado sobre ella le hace ser libre y eso es lo que más admiro de toda mujer.

La vida de Hombre-Caracola. LXXXI

dl-

Hola querida humanidad. Ha llovido mucho desde que no tengo orejas, desde que dejé de ser Diego Latorre Roldán transformándome en un nuevo ser. He creado cientos de obras con mucho amor y he pensado qué hacer con ellas, con tanto color. He dibujado mi horizonte, he buscado mí propósito como creador y he tomado, junto con Mujer-Caracola, una sabia determinación. Y digo sabia, porque en el mismo momento que la hemos tomado, de nuestros corazones una sonrisa surgió.

Trabajaré al servicio de los más necesitados, aunque daré prioridad a las niñas y a los niños, son los más vulnerables, el futuro de la humanidad y además, los quiero a todos como si fueran míos, para qué os voy a contar más… Mis exposiciones serán 100% solidarias, todo el dinero recaudado en ellas, mucho o poco, deseo que se convierta en alimentos y en agua para el que sufra hambre o sed… Lucharé para que mis Pierre Noire y mis tizas de pastel se transformen en mantas y medicamentos…, trataré de ayudar a los que sufren las guerras, a los que malviven en los campos de refugiados…, aunque por desgracia, para todos no tengo tanto lápiz y papel. Al menos trataré de aportar mi granito de arena. Lucharé por un mundo altruista y solidario, donde reine el amor y la generosidad, ante el egoísmo y la ambición, ya me conocéis. La solidaridad debería ser el futuro de la humanidad, lo demás es caminar hacia atrás.

La vida continúa y las agujas de mi reloj, en estos mismos instantes bailan como posesas y se inflan de mojitos en La Bodeguita del Medio. Como sabéis les vuelve locas el son cubano, bien lo sabe media Habana, para ellas Compay es su único dios. Mientras, en Castellvell, al otro lado del planeta, la joven cajera del supermercado sueña con ser la princesa del rubio de ojos saltones que reparte el pescado. Y aunque el chico no le hace ni caso porque prefiere que las chicas sean guerreras, ella solo tiene ojos para él. Y dos aceras más arriba, la anciana del segundo primera espera con ansiedad la telenovela, hoy se besan los protagonistas, aunque ni él ni ella saben que son hermanos, se conocieron en una fiesta sin saber quién era quién. Y al mismo tiempo, a unas horas de vuelo, estalla un misil en Siria dejando sin vida a dos hombres, tres mujeres y cuatro niños que jugaban entre los escombros, mientras Donald Trump se arregla el tupé.

El cielo huele a podrido, los mares están contaminados, no cesan las guerras, aumenta el fascismo, la vida para muchos es muy injusta y reina ante todo el dinero…, bien lo sabéis amigas y amigos, parece que nada se pueda cambiar ni mover. Por eso puedo comprender a los que lo dais todo por perdido, aunque pienso que el amor es el máximo poder, puede cambiar nuestras vidas en un santiamén. Y además, regresé del universo para ayudar a la humanidad, esa es mi condición de ser.

 

 

La vida de Hombre-Caracola. LXXX

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El mar está encabronado, las olas se estampan con más fuerza que nunca contra las rocas. Se escuchan las impertinentes bocinas de los petroleros, el revoloteo de cientos de gaviotas y alcatraces que buscan alimento para desayunar…, y los gritos de auxilio de las personas que luchan por su vida en el mar.

No hace falta tener el oído muy fino para sentir los ladridos de odio de Donald Trump, y de todos los que tienen por bandera el racismo o la insolidaridad, creo que lo ha escuchado toda la humanidad, me sabe tan mal… Es lamentable que unos pocos infelices rompan con el bienestar de la sociedad. Pero el odio no se combate con odio, y a mi Adolf lo puedo controlar, hay personas que no pueden hacerlo, no conocen el amor y ni por asomo, la bondad…, en el alma de un racista solo puede aflorar el mal.

Huele a tomillo, romero y a flor de retama…, el sol calienta con dulzura mi cuerpo y alegra mi alma, pero como bien sabéis, estoy condenado a escuchar el sonido del mar, y a veces, no me gusta lo que oigo y la tristeza no la puedo evitar. Por eso siempre estoy en la búsqueda de la luz y la belleza, del amor y la amistad…, ya me conocéis, es mi mejor manera de luchar.

Hace más de dos horas que permanezco en este paraje, Mujer-Caracola me dijo que vendría en seguida pero tarda más de lo normal. Aunque no estoy preocupado, confío en ella, y mientras espero, disfruto de mi vida y la naturaleza…, y me pongo a soñar. Imagino un mundo digno, una humanidad que prefiere caminar a quedarse estancada en el camino de la destrucción, la ambición y la desigualdad… Sueño con el día que el racista, el insolidario y el dictador…, sueñe como yo, faltaría más. Y en mis sueños no puede faltar el arte y la creatividad, e imagino un planeta donde la música brota por cualquier lugar… Parece que ese mundo lo pueda ver y tocar, aunque sé que habita en mi universo, y seguro que en el de muchas y muchos más.

Y sueño porque no acepto la normalidad y la realidad impuesta por un sistema donde solo por tener dinero te llaman Don Tomás.

La vida de Hombre-Caracola. LXXIX

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El arte es mi vida, querida humanidad, no puedo pasar ni un solo día sin crear, cuando no lo hago me siento malhumorado, me invade la tristeza…, nací así de especial, por eso no suelo abandonar mis lápices y mis colores, ni tan siquiera en días festivos, ni por Navidad… Ruego a los espíritus de los cuatro vientos cada noche, que nada ni nadie me impida crear y soñar, que ningún ser de la Tierra me niegue mi libertad, sería un mal para mí y también para la humanidad. Y no es que vaya a matar a nadie si me arrebatan mis tizas de pastel y mis Pierre Noire, pero sí voy a ser más infeliz, y eso bien sabéis que puede afectar a la sociedad. No voy a ser yo quien propague el virus de la infelicidad.

Siempre he creado como he querido, lo hago todo a mi manera, supongo que como muchos creadores y creadoras lo harán. No sigo las últimas tendencias del arte, aunque por supuesto, entiendo a los artistas que las siguen, para sentirse integrado en ese mundo es lo más correcto. Cuando creo busco la belleza y ante todo trato de sorprenderme y divertirme. Y por supuesto, me dirijo a toda a la humanidad, desde el campesino sin estudios, al intelectual…, necesito que todos entiendan mi mensaje. Así lo hago desde que era niño y creo que nunca voy a cambiar. Cuando era joven aprendiz de pintor, estaba convencido que pintando podía alterar los hechos de la realidad, que con unas pinceladas el mundo podía mejorar, así que hasta ahora no he dejado de pintar. Esa lucha da sentido a mi vida.

No he hallado nada más gratificante que mis momentos creativos, excepto los besos que Mujer-Caracola me da, claro está. No vendo ni unos huevos fritos con chorizo, aunque la venta nunca fue la finalidad, bien lo saben las estrellas, aunque me siento muy recompensado por el arte. Sé que vivo en otro mundo mientras practico mi oficio, quizás sea porque no me gusta la realidad, así que me invento otra, y allí, querida humanidad, soy tan libre como el águila imperial.

Son las cuatro y media de la madrugada, se me ha hecho tarde. Apago las luces del taller, cierro la puerta y bajo las escaleras hasta el distribuidor. Juego con Chancho y con Frida un rato y entro a la habitación. Seguidamente beso a la musa dormida y me dirijo al otro lado del colchón. Me autoanalizo en media hora, planifico en mi mente mi próxima creación…, y finalmente, ingiero a través del orificio de mi caracola la mágica poción.

La vida de Hombre-Caracola. LXXVIII

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Hola queridas amigas y amigos. La única condición que pedí a los espíritus, a los que Mujer-Caracola invocó para que yo pudiera regresar a la Tierra, fue que me pudiera librar de Adolf mientras yo viva en nuestro planeta. Como os conté más de una vez, la ira, el odio y el rencor son lo que provocan los conflictos. Y Adolf es demasiado poderoso, como os dije puede crear un infierno en cualquier momento, es capaz de usar su poder, su bastón y sus fauces contra dictadores, nazis y fascistas… Como os he dicho alguna vez, y pido a la vida que nunca lo permita, Adolf está capacitado para crear las más temibles guerras.

La verdad es que los espíritus no pudieron concederme mi deseo, nunca podré escapar de mi odio, mi ira y mi rencor, forma parte de mi naturaleza. Pero me decidí a regresar porque encontré la fórmula para calmar y dominar a mi bestia. Aunque he de luchar diariamente por hacerlo, está en juego mi vida, mi bienestar y el del resto del planeta.

Ahora suelo dormir veinte minutos diarios, aunque toda la noche permanezco con Mujer-Caracola en nuestra nave de los sueños, mientras ella duerme o jugamos con nuestras pieles, entre estrellas y miles de besos… Y he observado y experimentado, querida humanidad, que como he dicho cientos de veces, el amor es lo único que puede anular a Adolf. Mientras amo, me es muy complicado odiar al mismo momento. Él ya no podrá salir nunca a la realidad, como lo hizo, permanecerá siempre en mis sueños, aun así, es posible que allí la pueda liar, no me puedo fiar de él, yo no llevo el timón mientras duermo.

Cuando vivo en la realidad no dejo ni un solo segundo de amar, aunque sé que para eso todavía no está preparada la humanidad, y para tratar de dominar a Adolf en mis sueños, creé un remedio que seguidamente os cuento. Aunque recomiendo que nadie lo intente probar en sus casas, solo yo estoy capacitado para hacerlo.

Ingiero a través del orificio de mi concha, medio litro de Aromas de Montserrat, una copa de Veterano y un chupito de ron negro. Todo ello mezclado con; ocho gramos de laurel en polvo, seis gotas de Haroperidol, doscientos miligramos de litio, una docena de alas de mosquito, una cucharada de aceite de ricino, once Lacasitos de color azul y una pizca de romero.

La formula funciona de momento, a Adolf se le podría acariciar y darle besos, es como un perro manso, obedecería todo lo que le mandaran, es feliz mirando un pimiento, es cariñoso, a veces tanto que se hace empalagoso… Adolf siempre está alegre, eso me da tranquilidad, más vale verle así que buscando guerra, y da gusto verlo, se lo toma todo a cachondeo. Aunque yo me levanto con la cabeza algo turbia, tendré que investigar otra formula, seguro que hay otro remedio.

Noto como el sol deja de calentar mi rostro, el atardecer se despide de todos y cada uno de mis huesos, ya no habrá otro sol igual, nunca volveré a vivir bajo las mismas nubes, ni el mismo cielo… Jamás volveré a sentir este momento, por eso, por nada del mundo quiero perdérmelo. Se está tan bien en la naturaleza…, me estaría toda la noche, aunque prefiero volver al pueblo, con mis seres queridos, a disfrutar de mi hogar, de los abrazos y los besos…

La vida de Hombre-Caracola. LXXVII.

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Hola mi querida humanidad, he de deciros hoy que todas y todos somos necesarios, excepto los que no entienden de respeto por los demás, aunque todos estamos a tiempo de cambiar y mejorar. Tiene que haber de todo en este mundo amigas y amigos; pesimistas, realistas, soñadores, optimistas…, incluso hay lugar para los fatalistas, entre todos construimos el mundo, faltaría más. Hay millones de maneras de vivir y pensar, tantas como personas, y la mía es una más.

Cuando estudiaba en la escuela de arte, aprendí que la realidad se puede interpretar de muchas maneras, el mismo bodegón, ningún alumno lo dibujábamos igual, y todos teníamos una manera distinta de crear. Deberíamos entender que no solo existe nuestra realidad, que hay miles de miradas y voces, que todas dicen su verdad, que antes de emprender cualquier batalla, es aconsejable al menos escuchar y tratar de entender los demás.

Nadie pasa por las mismas experiencias, ni nacemos con las mismas condiciones, ni tenemos el mismo sexo ni el mismo color de piel… No puede interpretar del mismo modo la realidad los que viven en el barrio de Salamanca, que los que habitan en Bangladesh o Madagascar… No son los mismos ojos los del jornalero que los del burgués…, no puede ver la misma realidad al que le van a arrebatar la vida que su verdugo o su juez.

La desigualdad no favorece en absoluto al entendimiento entre los seres humanos, y es un veneno para la Paz, y además crea la esclavitud. Todos nacemos y morimos libres, aunque todos deberíamos vivir toda nuestra vida en libertad, es nuestra condición de ser. Os lo he dicho más de una vez, no pertenecemos a nadie y nadie nos pertenece, esa es mi manera de interpretar la realidad. Y esa es mi batalla, quiero veros a todas y todos libres como el águila imperial, en eso los animales nos llevan mucha ventaja. Se que es un sueño que parece imposible de lograr, pero no puedo evitarlo, siempre aspiro a lo más alto, cuando era joven y montañero buscaba las cumbres más altas, las más difíciles de escalar.

No os puedo asegurar que la humanidad algún día sea libre, pero permaneceré siempre en la lucha, esa es una de mis funciones como chamán.

La vida de Hombre-Caracola. LXXVII

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Hola mi querida humanidad. Pronto podréis salir de vuestras casas, no lo dudéis, sed creativos y tened paciencia, todo llega. Como he dicho alguna vez, siento tristeza por los que han quedado en el camino y entrego mi corazón, a los que se juegan la vida por los demás. Pero no entiendo a los que egoístamente, lejos de la solidaridad y del respeto por los demás, han pasado por completo de la ley, aunque posiblemente la vida pondrá a todos en su lugar.

Como os dije, mi parte animal me libra de toda pandemia, no pongo en riesgo la vida de ningún ciudadano. Paso la mayoría de mi tiempo en casa, con Mujer-Caracola y mis gatos pero tengo la obligación, como chamán, de ir a la naturaleza de vez en cuando, he de escuchar la voz de nuestro planeta. Y para eso, he de estar cerca de los árboles, de los cuervos…, lejos de las leyes de los hombres, entre saltamontes y escarabajos, en contacto con la tierra…

Nuestro planeta me habla sin palabras, sin conjunciones ni verbos…, aunque perfectamente le entiendo. Me dice que estamos solos en el universo, que de nada sirve pedir a los dioses compasión ni misericordia, siempre buscamos culpables y responsables, la Tierra me asegura que ellos no tienen nada que ver con esto. Nuestra madre me explica que la mejor manera de luchar contra el virus es con amor, solidaridad, generosidad, altruismo…, y sobre todo, respetando el confinamiento. Ella me pide que os diga, que de nada vale poner una vela a la Virgen si nos saltamos la ley de estado de alarma, que por la seguridad de todos se ha impuesto. Como os he dicho en alguna ocasión, solo la humanidad es responsable de la humanidad, ya me gustaría a mí que alguien nos ayudara desde el cielo… Queridas y queridos amigos, los verdaderos ángeles son entre otros, los que se juegan la piel en los hospitales, son doctoras y doctores, enfermeras y enfermeros…

La Tierra tiene ganas de veros libres, aunque teme que volvamos a la normalidad, a volver a tirar la botella de plástico al mar, a arrojar sin piedad la colilla al suelo… Teme al aire acondicionado de agosto y a la calefacción de gasoil de enero… Jugamos a ser dioses y quisimos convertir los inviernos en verano y los veranos en inviernos…, y el confort, querida humanidad, tiene un alto precio.

La Tierra espera con ganas la revolución de la humanidad, pide cambio, necesita y nos ruega que comencemos un mundo nuevo. No hace falta ser chamán para ver que el camino que llevamos, no nos lleva a buen puerto.

 

Pronto el sol se irá a hacer puñetas, perdonad la expresión, todavía soy aprendiz de poeta, aunque no tengo ninguna prisa en marchar, se está tan bien en la naturaleza… Y además, como bien sabéis vivo lejos de la tiranía del tiempo, las agujas de mi reloj beben cerveza y bailan la polca en la República Checa, aunque esta vez lo celebran con las vuestras. Disfrutad, porque esa libertad no tiene precio, el tiempo es el mayor de los tesoros, os lo digo con toda certeza.

La vida de Hombre-Caracola. LXXVI.

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Hola mi queridísima humanidad. Como muchas y muchos sabéis he regresado a la Tierra, la madre que me dio la vida y me ayudó a crecer, la misma que me ofreció sus frutos cuando sentía hambre y agua para calmar mi sed. De nuevo estoy en el lugar donde las flores regalan su belleza sin pedir nada a cambio. Incluso las que brotan en las autopistas entre las grietas del asfalto, o las de las aceras que sobreviven a los sulfatos…, eso es un ejemplo de lucha digno de ver.

Sé que, en cuanto a respeto por la naturaleza, habéis hecho bien vuestro deber, os agradezco de corazón vuestro enorme esfuerzo. Aunque queda muchísimo que hacer, deseo una Tierra bien guapa, con una amplia sonrisa, limpia, de aguas cristalinas…, donde imperen los árboles y las flores, donde la hierba brote por doquier…

Sé que la humanidad está pasando un mal momento, he vuelto por ese motivo, y porque Mujer-Caracola pidió ayuda a los espíritus, aunque en un principio no era mi intención volver.

Soy feliz porque vivo de nuevo con mi seres más queridos y por volver a formar parte de la humanidad, aunque como algunos sabéis, mi alma es libre, vive muy lejos de la leyes de los hombres. Las mismas que permiten que unos naden en la abundancia mientras otros duermen, con el estómago vació, en la calle. Las mismas leyes que no amparan a la mujer del machismo, el maltrato y la misoginia…, en un sistema patriarcal, capitalista, donde entre todos los jueces pocas mujeres se ven. Y que decir de la Santa madre Iglesia, con la mujer es sabido que nunca se portó nada bien, no hay monja superior a ningún fraile y nunca permitirán que ningún Papa se llame Josefa, Judit o Maribel… Deben tenerles miedo, saben que las mujeres son seres inteligentes y extraordinarios, de gran poder… Desde aquí os animo a todas y a todos los hombres que crean en un mundo justo, a luchar entre todos por los derechos de nuestras madres, hijas, hermanas y amigas…, sería algo digno de ver. Las almas no tienen sexo queridas amigas y amigos, estoy seguro que algún día no apreciaréis la diferencia entre Manolito e Isabel…

Respecto a la pandemia que ahora sufre la humanidad, me duele en el alma las perdidas de vuestros seres queridos, y tienen mi admiración los que trabajan y luchan por el bienestar de todos jugándose la piel. Siento deciros que no puedo hacer nada por acabar con el dichoso virus. Personalmente soy inmune a él, soy mitad hombre pero mitad animal, eso me libra del peligro, y no soy portador, soy de los más afortunados, cualquiera me puede abrazar y besar a tutiplén.

Si no se me ocurre nada más, yo solo os puedo ayudar con mis colores y mi palabras…, a escaparos de vuestros balcones y vuestras casas, aunque solo sea por momentos os puedo hacer sentir libres. El arte libera, os lo puedo asegurar, no dejéis de practicar la creatividad. Y no olvidéis que en cuestión de libertad soy una autoridad, fui tan libre como el cuervo o el águila imperial, encerrado, sin balcón donde respirar, durante un tiempo considerable, con las puertas y las ventanas brindadas…, en el Hospital Psiquiátrico Militar.

«La vida de Hombre-Caracola. LXXV». El último adiós.

EL ÚLTIMO ADIÓS

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Hoy es el día más amargo y alegre de mi vida, el más umbrío y luminoso de mi existencia, que no os quepa la menor duda. Siento una inmensa tristeza, bien sabéis que a nadie le gusta las despedidas, y os lo digo entre miles de lágrimas, hace demasiado que no lloraba como un niño, lo necesitaba tanto…, ese fue mi último deseo como Chamán. Y siento a la vez euforia, como la del bipolar que no aceptó la normalidad y alcanzó la lucidez en la locura, el mismo que gozó como pocos de la luz y de las flores más bellas del jardín de la realidad. Vivo ese júbilo porque la muerte es otra fiesta más donde bailar, y porque he muerto con entereza, valentía y dignidad.

Hoy he tenido que afrontar una muy difícil determinación, no he tenido más remedio, os lo puedo asegurar. Adolf, surgió de mis sueños y logró aparecer en la realidad. Quería vengarse y acabar con sus enemigos, su poder era tan inmenso que iba a crear la más temible de las guerras, no lo pude tolerar. Como os he dicho muchas veces, la única arma que puede acabar con la tiranía es el amor, bien lo sabe Júpiter y Plutón. Y Adolf, ya sabéis que solo entiende de odio, venganza y rencor, eso solo le crea a la humanidad más dolor.

La única manera de combatir con Adolf era alejándome de mi amada madre Tierra, abandonando para siempre mi cuerpo, mi familia y mis amigos…, tuve que elegir entre vivir como él y crear la guerra, o acabar con mi vida en la Tierra. Él no era libre y mi libertad es el segundo tesoro más preciado, mi única patria y bandera, no quise la guerra ni verme enjaulado así que preferí luchar contra él y morir por mi libertad, a pesar de mi tristeza.

He podido comprobar con mi muerte que no hay ninguna diferencia entre la luz y la oscuridad, ente el vacío y la materia, lo debí imaginar. No me convertiré en  hoja ni en rama ni en ningún animal, lo seré todo, desde la Luna o la cumbres más altas de las montañas, hasta el fuego o el agua que baja del río para morir en la mar, era de esperar. También formaré parte de todos los seres, de todas las pieles, de todas las almas, incluso la de cualquier planta o animal. Estaré en la vecina aburrida del cuarto, que nunca sale de casa por no gastar, en el pescador que madruga para adentrarse en la mar, en el crítico de arte que nunca me quiso aceptar, en la anciana que baila en Benidorm con unas copas de más… Permaneceré en la joven estudiante que sueña con conquistar el corazón de su compañera de universidad, en el emigrante que se deja la piel en las vallas, en el niño que injustamente no tiene para comer ni para cenar… Formaré parte de Miguel, el amable y paciente taxista del parlamento, que tantas gilipolleces tuvo que escuchar…

Lo que más voy ha añorar en la soledad de mi universo serán los besos, los consejos, la piel y la sonrisa de Mujer-Caracola. Ella es mi tesoro más preciado amigas y amigos, y en gran parte lo seguirá siendo. Ella es una flor sincera y verdadera, con espinas, como las que tenía yo, pero así me gusta y me gustó. Es mucho más bondadosa que yo, rebosa de ternura y cariño, bien lo saben los cometas, aunque no lo diga Google ni la televisión. Echaré en falta su voz y su mirada, pero bien sabe que nunca la dejaré sola, siempre me dolieron sus lágrimas, la haré feliz mientras pueda, me duele su tristeza en mi interior. Y aunque no pueda abrazarla nunca más, podremos sentir juntos el atardecer, como siempre lo hemos hecho, y seguir admirando el universo bajo las estrellas o bajo el sol. Eso es fácil de hacer para un chamán, que podría cambiar incluso el dibujo de la constelación Orión.

Me voy de la Tierra sin haber realizado mi sueño, aunque estoy seguro que se cumplirá, cuando la sociedad avance y entienda mi mensaje, y la importancia de las tres palabras que no dejé de nombrar, AMOR, RESPETO Y PAZ. No esperéis un milagro, ni que baje del cielo ningún mesías, los dos que quedan no lograron salir del Hospital Psiquiátrico Militar, para que cambie el mundo dependerá solo de vuestro esfuerzo, solo la humanidad es responsable de la humanidad, nadie más, así que ya podéis espabilar.

Soy muy feliz porque no he podido ver mi sueño pero he cumplido mi misión, canté a la vida mis versos del alma, creé cientos de obras para que mis huellas y mi mensaje quedaran para siempre en vuestros corazones. Me voy con la cabeza bien alta, con el alma llena de cariño y comprensión de mi familia, mis de amigas y amigos, con el querer eterno de Mujer-Caracola… A pesar de mi dolor, estoy más que contento que una abeja en una flor.

Y ya no os hablaré más, aprendí de mi Maestro Chamán, que las palabras son mentira y el silencio es la única verdad. No os preocupéis por mí, solo tengo amor pero es lo único que necesito, todo lo demás está demás. ¡Hasta la eternidad, mi querida humanidad!.

 

Hombre-Caracola, 11 de Marzo de 2020

La vida de Hombre-Caracola. LXXIV.

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Que fascinante es el mundo cuando descubres que la luna habla. También lo hace la Tierra, claro, el mar y las montañas, las rocas, las flores, incluso las de las aceras… Aprendí a escuchar la luna en mi silencio, pongo mucha atención, si no, no me entero de ninguna información. Siempre es ella la que habla, siento su voz en mi universo interior, y aunque nunca lo hace con palabras, la entiendo a la perfección, lo saben los curiosos planetas de alrededor.

La luna esta noche goza de su máximo esplendor, irradia con enorme energía sus influencias hacia todas las direcciones del universo, hasta llegar a nuestro planeta. No se escapa de ella ni el portero de la discoteca, ni la vecina ciclista del ático, ni los miserables que venden las malditas metralletas…

El poder y la magia de la luna nos afecta, entra dentro de nuestra naturaleza, puede alterar nuestras vidas al igual que lo hace con las mareas, mientras compramos las acelgas o compartimos con un amigo inmigrante una buena jarra de cerveza.

La luna llora de tristeza porque bien sabe que andamos por el camino equivocado, es consciente que no nos amamos ni respetamos a la naturaleza, que la humanidad está mucho más desequilibrada que un bipolar sin litio ni Ziprexa. Ella es consciente que el único camino es el amor, piensa que deberíamos tomar ejemplo de las estrellas, ellas no se medican ni tienen visita con el Doctor Beltrán, no conocen la ansiedad, la depresión, el estrés ni las camisas de fuerza…, eso es cosa nuestra.

La luna se siente abandonada, pocos la observan y prácticamente ninguno la escucha, estamos tan atareados con nuestros problemas…, que no tenemos tiempo ni para cantar en la ducha. Ella tiene celos de Facebook, Instagram, la televisión y los blogs de cocina Turca… Aunque no pierde las esperanzas, sabe que no nos quedará otra, que algún día miraremos al cielo para pedir ayuda.

Adolf no escucha su voz interior, no tiene disponible ni un segundo para la Luna, su odio, rencor y venganza le impide disfrutar de ella, de su grandeza. Él no cumple la ley del universo, amar es nuestra única misión, sufre porque no alcanza su objetivo, porque no conoce el respeto, los abrazos, los besos ni el perdón.

La vida de Hombre-Caracola. LXXIII.

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No es nada fácil convivir con Adolf, como he dicho en alguna ocasión, el odio duele mucho os lo puedo asegurar y de la ira, el rencor y la venganza prefiero no hablar. Yo lo llevo mejor que otros porque esos malestares, de momento, solo habitan en mis sueños. Hay personas que por la noche son angelitos pero por el día tienen que convivir con su bestia, algunas le dan permiso para que haga lo que quiera en las calles, en sus casas, en el parlamento o en el bar… El Adolf de algunos seres crean las guerras y conflictos porque no lo saben gestionar ni dominar, sufriendo ellos y complicándoles la vida a los demás.
Por las noches no conozco el perdón ni la compasión…, se cumplen mis deseos y tengo el poder supremo, siento que estoy por encima de los demás, mi único objetivo es la derrota de mis enemigos. Eso, tristemente, conlleva a perder a la familia o los amigos. Adolf vive en la más profunda soledad, de momento nadie aparece en mi mundo onírico, ni tan siquiera Emi, Chancho o Frida, a no ser que invoque a los espíritus, esa es mi triste realidad.
Mi odio es mi peor enemigo, os lo puedo confirmar, y que yo sepa, solo se combate con amor. Cuando amo a la vida aparece la luz más intensa que ciega cualquier oscuridad, desaparece de mi todo mal…, y nunca me siento solo, aunque Mujer-Caracola esté de viaje en Gibraltar.
Ojalá fuéramos bebés, a los que todavía no les han enseñado a odiar, pero hemos crecido y aprendimos demasiado en el colegio, la televisión, las calles o en nuestro propio hogar…, ni los monjes tibetanos se pudieron librar. No os sintáis culpables por vuestro Adolf, aceptadlo y dominadlo cuanto antes, todos éramos inocentes niños, la culpa en gran parte la tiene el sistema establecido. Nos dicen desde bien pequeños que no somos iguales, que Jaimito es superior a Manolito porque es más rico, o que Nasha es inferior a Josefita, que tiene la piel más blanquita… Nos tratan de convencer que Carla es menos que Javier por el hecho de ser mujer…

  No lo deberíamos olvidar, el amor es el antídoto y el odio es el veneno de la humanidad.

La vida de Hombre-Caracola. LXXII.

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No soy una estrella de Broadway, no bailo ni muevo mi trasero en ninguna coreografía, no formo parte de ningún espectáculo de Nueva York. Lo que podréis ver desde nuestra terraza, si pasáis por nuestra casa-taller, no es Manhatan. aunque lo parece, sobre todo por la noche cuando soy Adolf.

Desde nuestro balcón podréis apreciar desde lejos, prácticamente todas las fábricas de la provincia, refinerías, químicas… Aunque puedan parecer grandes rascacielos, son nuestros depredadores, monstruos que contaminan el cielo con puro veneno. Y la verdad, los vecinos que vivimos cerca de la Gran Manzana corremos peligro, hace bien poco estalló el reactor de una planta química, hubo tres muertos y ocho heridos. No es la primera desgracia que hemos sufrido, la del año mil novecientos ochenta y siete, fue sonada, Tarragona tembló de terror. Aunque todo queda pronto en el olvido. De la nuclear prefiero no hablar, solo deciros que con ella corremos un enorme peligro.

Pero muchos ayuntamientos de la provincia están tranquilos, las empresas les ofrecen buenos servicios, les subvencionan el alumbrado público, o les montan bonitos polideportivos… A pesar del aumento de las clínicas de fertilidad, muchos habitantes no ven ningún peligro. Les dicen que el mal olor que a veces sentimos y el vómito negro de sus chimeneas, están dentro del límite permitido.

A pesar de la contaminación, amo profundamente a Tarragona, no marcharé de aquí aunque estalle en mil pedazos. A parte de las fábricas, esta tierra es el paraíso, y la contaminación, la podréis encontrar en cualquier lado, en Barcelona, Madrid, Minas de Riotinto o en Bilbao… Por favor, no dejéis de visitarnos, los habitantes de mi querida tierra os aseguro que son hospitalarios. Y además, entre otras maravillas, tenemos de las mejores arenas de playa del mercado, la bella sierra de Prades, las huellas del imperio romano…Gozamos de los Puertos de Tortosa, de la magia del Delta, de sus grullas y flamencos…, no marcharía a otro lado. Nuestra tierra produce de los mejores vinos y aceites…, y además, el sol está de nuestro lado, por algo se instalaron aquí los romanos.

No entiendo a los que convierten los paraísos en lugares grises. Espero que los espíritus hagan justicia, por las noches como sabéis, no puedo controlar mi ira, ya conocéis a Adolf.

La vida de Hombre-Caracola. LXXI

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El reloj de la cocina marca las cuatro de la mañana, aunque como sabéis, a las agujas del mío el tiempo les importa un torrezno, viven el presente disfrutando cada momento.

Por el día sabéis que me alimento de amistad pero cuando reina Adolf, tengo un apetito atroz. Adolf, es el nombre que me he puesto cuando reina la luna y siento venganza, odio o rencor… He abierto la nevera, he arrasado con toda la comida que había en su interior, me he zampado incluso el apio, la lechuga y la coliflor.

Ya sabéis que paso la noche odiando, probando mis poderes, invocando… El caso es que de tanto investigar surgió la magia, apareció ante mí el espíritu de un dictador. Me llamó la atención que su alma fuera la de un niño. Me contó entre lágrimas que murió cara a la oscuridad, como todos los dictadores, que lleva demasiados años angustiado y deambulando por la Tierra, y mientras le recuerden, no podrá alcanzar su lugar. Me dijo que entre los que le odian y los que le adoran, le impiden continuar su camino, me rogó que os suplicara que nadie siga sus pasos y que le olvidemos para siempre. Se disculpó, con enorme tristeza, por todas sus barbaridades y asesinatos. Me contó que nació bueno, como todos los niños, pero tuvo una nefasta educación, su padre fue maltratador. Eso ayudó a convertirlo en dictador, nadie lo pudo evitar, dijo que ese fue su destino. Comentó que el fascismo es una lacra que debe desaparecer de la faz de la Tierra. Me pidió que olvidemos el pasado, que lo único que necesita el humano es amar y tener amigos. Luego desapareció.

Creé un fuego en mi maceta con tomillo, y estuve una hora danzando alrededor, perdí la consciencia… Pedí a los espíritus de los cuatro vientos, que aquel niño marchara muy lejos de la humanidad, lejos de los recuerdos de los demás. Ahora, quien adore o odie a ese niño, de nada le servirá, será como adorar o odiar a un pimiento frito, o a una butifarra del Empordà.

Ayudé a ese espíritu, porque a los niños los respeto de día y de noche, esa es mi condición. Mi familia no mereció una dictadura pero ningún niño merece ser dictador.

La vida de Hombre-Caracola. LXX.

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Emi ha llegado a casa y le he explicado, con toda delicadeza, lo que me ocurre últimamente por las noches. Ha quedado muy asombrada, y en un principio, el miedo se ha apoderado de ella pero ha tratado de buscar una explicación razonable. Hemos decidido enfrentarnos a la bestia en la que me convierto por las noches. Le he pedido a Emi, antes que desaparezca la luz del día, que me ate de pies y manos a la cama, lo ha hecho como ha podido. Luego le he dicho que bloquee la puerta de la habitación y me vigile desde la pequeña ventana del distribuidor que da al dormitorio. Cuando soy una fiera, mi furia va dirigida a los indeseables pero no puedo fiarme, podría crear una guerra. El poder que siento por las noches es incontrolable e indirectamente podría causar daños colaterales, incluso a la buena gente.
Se ha hecho la noche, me he deshecho de la ataduras con mis fauces y de nuevo me han surgido las alas… Siento odio, ira y rencor contra los responsables de las vidas de los niños que mueren en la guerras y en el mar. He creado un ritual y he pedido a los espíritus de los cuatro vientos, que esos asesinos vivan lo que tengan que vivir pero cuando mueran, que sea cara a la oscuridad. Lo he gritado con fuerza, en el silencio y la paz de la noche. Hasta que la primera luz del día, a través de las rejillas de las persianas ha comenzado, con delicadeza, a iluminar la habitación.
Emi ha apartado los muebles que bloquean la puerta, y al momento, ésta se abre. Me desata, ríe, me abraza y me cuenta que he permanecido toda la noche atado, roncando y durmiendo como un bebé. Es decir, lo que siento por las noches, para una persona razonable son pesadillas. Aunque el Maestro me advirtió que tuviera cuidado con la magia, que podría alterar mi vida, incluso acabar con ella. Y ha cambiado mis sueños y éstos, también forma parte de mi realidad. Mi bestia es mi lado oscuro, mi ira, mi odio, mi venganza y mi rencor… Tendré que convivir con ella, aunque ahora tengo más claro, que mi peor enemigo soy yo.

La vida de Hombre-Caracola. LXIX

BESTIA 2-

Demasiado tiempo en la oscuridad, aislado y escuchando un silencio eterno, me llevó a alcanzar la máxima luz, la enorme felicidad, me sentí tan vivo… Mi alma cantaba, danzaba, lloraba de euforia…, lo necesitaba. Aunque para lograr esa luz tuve que sentir de nuevo la plena oscuridad, las lágrimas más negras…, era necesario. No tratéis de imitarme si tenéis miedo a la locura, yo estoy preparado para esas experiencias, tengo papeles que lo demuestran. Ahora busco esa luz cuando me pierdo por el firmamento, si lo hiciera en la Tierra posiblemente acabaría en un hospital o en la consulta del Doctor Beltrán, prefiero alejarme de la humanidad.
Hace cuatro días que regresé. Al llegar a casa probé la magia que el Maestro me ayudó a conseguir. Utilicé sus métodos para elaborar un ritual, seguí paso a paso sus instrucciones…, busqué las hierbas, los bálsamos…, y otros elementos que me sugirió, que jamás podré desvelar. Hice un pequeño fuego en una maceta, con laurel y tomillo seco. Estuve demasiado tiempo danzando alrededor del humo, tanto, que perdí el sentido, caí redondo al suelo.
A la noche siguiente tuve la inmensa necesidad de dibujar, creé muchísimos dibujos… En las obras aparece una especie de monstruo, muchas veces alado y enfurecido, con cabeza de caballo, fauces de lobo…, un ser muy extraño… El caso es que de tanto dibujar ese personaje, supongo que la magia tuvo algo que ver…, en él me convertí, al menos por las noches. Ahora no duermo. Aunque de día soy el que era, mi cabeza es una caracola y sigo escuchando el sonido del mar… Pero por mucho que no quiera, cuando reina la luna, soy una fiera. No creáis que ha sido un castigo divino por traspasar el límite del universo, quizás las proporciones de los elementos del ritual eran incorrectas… Aunque me acepto, y me importa un café con leche y un croissant, hay tantas maneras de vivir como personas y la mía es una más.
Emi está en París con las amigas, no sabe nada, sé que me aceptará, está enamorada de mi alma, espero no asustarla…
Con la magia de la noche y mis dibujos, lucho con más fuerza que nunca, lo saben los cometas, utilizaré mi furia contra los miserables que gobiernan el planeta.

 

La vida del Hombre-Caracola.LXVIII

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Señoras y señores, Ladies and Gentleman, niños y niñas, monstruos y monstruas…, hace casi una semana marché de la Tierra y no puedo volver, nunca había permanecido tanto tiempo fuera. No sé si eso tiene algo que ver con la magia y el poder que el Maestro chaman me trasmitió, me dijo que aunque no sintiera nada, yo renacería como un auténtico chamán. Estoy tranquilo porque Emi sabe donde estoy, sino me buscará y además, por muy lejos que esté siempre estoy en su corazón. Y en el corazón, por supuesto, de mi familia, mis amigos, de mi Chancho y de mi Frida…, habitaré en el corazón de todos los que prefieran el amor, la paz y la libertad.

El silencio lo invade todo y a pesar de la eterna oscuridad, siento la luz más intensa, se está tan bien…, que me cuesta bajar. Pero os prometo que lo haré, sabéis que no podría vivir sin la humanidad. Ella está enferma, necesita Litio, está desequilibrada y eso lo causa la esclavitud, la insolidaridad, la ambición, el machismo, el fascismo, la desigualdad, las miserables guerras…. No quiero saber nada de dictadores que hacen la vida imposible a la humanidad, ellos la han enfermado sin piedad. Utilizaré mi poder si hace falta, los dejaré ciegos de amor cuando me vean pasar…, nada malo les pasará. Confío en el poder de mi báculo y en el viejo chamán, el me cedió todos los artilugios que hacen falta para luchar contra el mal.

Vivir solo y lejos del mundo es cansado queridos amigos, aunque merece la pena, trato de pasármelo bien. Me dedico básicamente a reír y llorar de tristeza o euforia, lo echaba tanto de menos… Aunque no dejo de cantar y bailar con Compay, claro está, me vuelve loco su son y eso se agradece. Soy fiel a las palabras que dicta mi silencio, me dice que he de trabajar duro y que soy el único responsable para lograr mi sueño.

Estoy orgulloso y soy privilegiado, y el único que puede ocupar mi puesto. Estoy preparado para soportarlo todo, sentiría mi libertad aunque me ingresaran de nuevo en el hospital. Y aunque todo el mundo me quisiera encerrar, ya nadie jamás me atrapará. Soy libre como el alma del águila imperial.

La vida de Hombre-Caracola. LXVII

(La obra de la imagen forma parte de un proyecto de Rufino Mesa, amigo y Maestro del Arte y de la vida).

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He salido del cascarón, no he sentido nada especial que me dijera que estuviera preparado para una nueva vida, el maestro chamán no ha aparecido desde que marchó. El frío caló en mis huesos y se me durmió la pierna izquierda, tenía muchas ganas de volver a casa y no pude esperar más. De todas maneras, no sé si uno puede convertirse en chamán de la noche a la mañana. Aunque poco sé sobre chamanismo, estoy en ello, pero comprendo y respeto todas las maneras de vivir, mientras se guarde respeto a los demás. Y además, a aquel hombre le hice muy feliz y yo nada perdí. Creo que el mundo necesita más chamanes que aman a la Tierra y miran por su tribu, que dictadores asesinos que nos dirigen al abismo. Amo a la Tierra, bien sé que es nuestra madre y me gustaría cambiar la realidad de este mundo de locura, ambición y destrucción, pero eso no me convierte en chamán, muchos tienen el mismo deseo que yo. He sentido momentos mágicos dentro de aquella escultura, no os digo que no pero también los siento cuando la brisa del mar acaricia mi concha, o cuando Mujer-Caracola me abraza, me mira o me besa. Creo que sigo siendo el que era, no os puedo mentir, tampoco quiero ser otro, me ha costado mucho llegar hasta aquí. Hace tiempo que me acepté, con mis fallos y mis aciertos, con mi luz y mi oscuridad, con mi bien y mi mal… Aunque recordaré siempre con cariño la experiencia y guardaré siempre a aquel anciano y su legado en mi corazón.
No me preguntéis cómo pero mi suerte y mis pasos me han llevado a mi hogar. Emi no está en casa, seguro que anda buscándome. Subo las escaleras, juego un rato con Chancho y Frida y me dirijo al taller. Para mí el arte también es magia, con un lápiz y papel pude cambiar mi mundo, de momento ese es mi auténtico poder que cultivé desde mi niñez.
Pongo una lámina en blanco sobre mi mesa de dibujo, me armo de pasteles, lápices…, y trato de dibujar con los recuerdos y la imaginación lo que me pasó. Y al poco tiempo, caigo rendido en el suelo del cansancio y del sueño.

La vida de Hombre-Caracola. LXVI

«Ha sido todo un lujo habitar dentro de la escultura que veis en la imagen del capítulo de hoy, es una pieza de Rufino Mesa, amigo y Maestro del arte y de la vida. La obra forma parte de un proyecto que creó, exclusivamente para Hombre-Caracola»

D.L.

 

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  He salido a pasear por la naturaleza, mi cuerpo y lo que habita en su interior lo necesitaban. Pensando en mis cosas me desorienté, no es nada extraño, bien lo sabéis… Fui tropezando entre la maleza contra grandes rocas, que al tacto parecían esculturas que apuntaban al cielo de miles de años de antigüedad. Pasaron las horas y bajó desorbitadamente la temperatura. Me aseguré que no hubieran cerca de mí árboles ni vegetación y por extrema necesidad encendí una hoguera. A pesar de estar perdido, era feliz por el simple hecho de vivir, comencé a danzar alrededor del fuego para agradecérselo a la vida. Fue entonces cuando conocí a un personaje peculiar, era un hombre de avanzada edad, vital, risueño, amable, bajito y de complexión fuerte. Se acercó, me estrechó las manos con energía e hizo un gesto de agradecimiento por mi visita. Vive solo y aislado del mundo en este lugar, aunque no se considera dueño de ninguna tierra. Es muy parlanchín, me habló de su vida y de un deseo. Deduje que era un artista chamán, aquellas esculturas eran suyas y me contó que podía comunicarse con los espíritus, aunque pensé por momentos que podría tener una enfermedad como la mía. Dijo que tenía que dejar en las manos de alguien sus conocimientos sobre un legado, que heredó de sus antepasados, y ese alguien por lo visto era yo. Me lo pidió y accedí, no sé si por adquirir conocimientos, por pena o porque no sé decir que no…, fue tan amable… Me dijo que yo tenía que morir para renacer como chamán. Comenzó a colocar piedras a mi alrededor hasta cubrirme por completo y ahora, me siento como un embrión dentro del huevo. El sonido de los pájaros y las rocas, el olor a tierra húmeda y la paz del atardecer mientras el Maestro trabajaba y tarareaba palabras inteligibles, al ritmo de una extraña jota aragonesa, formaron un ritual donde pude sentir la magia, eso me pareció. El maestro me ha dicho que cuando esté preparado rompa el cascarón. Me rogó mientras marchaba, que le explicara a la humanidad, que ella tiene la necesidad de volver a la naturaleza pero con respeto. Han pasado horas desde que el Maestro chamán desapareció, espero renacer pronto, seguro que Emi me echa de menos.
HC.

La vida de Hombre-Caracola. LXV.

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Mi vida, pasa sin pausa y sin prisa como un tren de mercancías, así pasó mi infancia y mi juventud, y espero que siga trascurriendo hasta que me haga muy mayor. La belleza sigue habitando en mi morada, a pesar de todas mis tristezas, brotan hermosas flores de colores de mis macetas. Me resulta complicado luchar por mi sueño, viendo como en medio mundo reina la violencia y las guerras, me duele en el alma todos vuestros llantos, sin olvidar los de mi tierra. Pero poco puedo hacer por vuestras penas, cada una o uno es responsable de su vida, bastante tengo yo con la mía, os aseguro que no es fácil ser bipolar en tiempos de guerra. Aunque si os sirve de consejo, ya sabéis que la felicidad y el amor es mi respuesta a cualquiera de mis guerras, apostaría mi vida a que es mucho mejor propuesta que la de rompernos la cabeza.
Dejando atrás las tristezas y cambiando de tema, os he de decir que busco un país donde no hay lugar para reyes, jefes, presidentes, militares, mandamases…, donde nadie es más que nadie. Quiero encontrar el país donde manda en las calles la música y el arte…, donde todos disfrutan de la calma del amanecer y el atardecer, donde no existen relojes ni prisas… Allí me han dicho, que no requieren de las fuerzas de seguridad, ni de las armas, ni de la cabra de la Legión…, por lo visto impera la paz, es algo insólito, tengo curiosidad por conocerlo. Debe resultar extraño que el sol allí sea el único canal de televisión, eso me han contado, y que sus habitantes prefieren reír y amar que buscarse problemas. Me han asegurado que existe, quizás es tan pequeño que no se puede ver a simple vista, no lo sé… Trato por todos los medios de localizarlo, he buscado por muchos lugares de la Tierra, pero todos los países que he visitado tienen amo y al pueblo lo tienen olvidado, maltratado o explotado. Quizás ese país habite en mí, tal vez mi utopía no está tan lejos, a lo mejor mi sueño siempre lo he llevado dentro. Tal vez circule por mi sangre, o quizás ha habitado siempre en mi corazón, a veces eso es lo que pienso.

La vida de Hombre-caracola. LXIV

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Desde que soy hombre-caracola me importa una berenjena de Almagro en vinagre mi reputación, me afecta bien poco lo que digan sobre mi. Superar mis complejos me ayudó a alcanzar mi libertad, ahora vuelo alto y me da igual que se rían de mi persona o aspecto. Aunque si os digo la verdad, eso más bien me gusta, por eso en payaso me convertí, porque no hay nada mejor que reír y hacer reír. Lo que importa es que soy feliz, para eso vine a este mundo, estoy seguro. Que se vayan a comer pipas al parque con los monos, los que nos dicen que para sentirse guay hay que conducir un BMW, lucir un Rolex, beber Coca-Cola o vestir de Prada como el maniquí… No quiero que nadie me mienta, la felicidad es una actitud y depende de mí, y para eso no necesito consumir, me basta con sentir la caricia de la brisa marina en mi concha o escuchar el revoloteo del colibrí.


Respecto a la felicidad os he de decir algo más. Pienso que no hay personas malas o buenas, y que todos nacimos inocentes, con la misma condición. Pero a veces actuamos bien y otras mal, según lo felices que seamos. He viajado por varios países, como nuevo ser, y os puedo asegurar que eso es más bien lo que nos diferencia. Los que sienten infelicidad son los que lo estropean todo, suelen sentir envidia, rencor, odio o venganza… Para mí, los infelices son los responsables de todos los conflictos, y a veces, lo he sido yo.


Vosotros me hacéis muy feliz, siento vuestro apoyo, y eso emociona, me da fuerzas para luchar, os estoy agradecido. Cada día tengo más amigos, eso me llena de orgullo y satisfacción, como diría el célebre cazador de elefantes Juan Carlos de Borbón.


Hoy no quiero marchar al universo, quiero estar con vosotros lo más cerca posible, quiero sentir el planeta en mis pies. Necesito el calor de las gentes de todos los países, de todo el universo. Me urge veros unidos de las manos, aunque sea por un minutito, quiero veros cantar y danzar por un mundo nuevo, bajo las estrellas. Deseo veros felices, porque una persona feliz no quiere peleas, ni balas, ni guerra, ni misil…

La vida del Hombre-Caracola. LXIII

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Mi vida es vino tinto entre las manos, el humo de la quema de los rastrojos, el globo que huye por encima de los tejados… Soy consciente que lo que ahora soy tiene los días contados, y que nada será lo mismo una vez que abandone para siempre mi piel, mis huesos, mis seres más queridos y al vecino de al lado… El fin de mis días en la Tierra parece que no puedo evitarlo, trato de asimilarlo, aunque como ya os he dicho en otra ocasión, liberarse de uno mismo no creo que sea nada malo. Para entender mi vida morir es necesario, no pretendo cumplir ciento setenta y siete años. Los miedos son inevitables y necesarios pero temer demasiado a la muerte, es vivir con miedo a la vida, y eso es inadmisible, me niego a aceptarlo. Y aunque la vida sea fugaz, como un brindis por la paz en el Congreso de los Diputados, pienso aprovechar cada momento, mientras pueda respirar seguiré luchando, soñando, amando…

Quiero volver a volar. Me desprendo de mi orgullo, mi sexo, mi odio, mi bondad, de mi bien y mi mal…. Quedan en el olvido las canciones de Jose Luis Perales, todas las interpretaciones sobre la Mona Lisa, mis multas de tráfico y las uñas de mis pies… Ya no siento las piernas como el compañero herido de Rambo, mi corazón deja de percibir el bello atardecer… Se borra de mi memoria todos los trenes que perdí, lo que no hice y tanto deseé, lo que soñé y no alcancé… Ya no recuerdo la sintonía de “Con ocho basta”, ni el nombre del abuelo de “Heidi”, ni la dirección de mi casa-taller de Almoster… Poco a poco olvido, con desahogo, toda la discografía de Bertín Osborne, los chistes que ahora nos cuenta Arévalo y la biografía de Leticia Sabater…

Ahora mi cuerpo yace en el suelo, el fin de mi vida es el principio de mi libertad, y aunque mis palabras parecen sacadas de un libro, esa es mi realidad y mi verdad. Aunque he de reconoceros que a veces pienso que soy un personaje de ficción, que mi vida es un cuento y que algún diablillo escritor se divierte creando mis pasos, mis palabras y mi pensamiento…

La vida del Hombre-caracola. LXII

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Como diría mi querido primo y maestro de la vida Miguel, todos estamos locos, unos más domesticados que otros. Pienso lo mismo que él, el mundo entero, el Congreso de los diputados, el Vaticano, el Palacio de la Zarzuela, los colegios, las casas de todas las gentes, el Pentágono…, son hospitales psiquiátricos. Al menos así lo parece, viendo como le va a la humanidad…, cualquiera que venga de otro planeta bien se percatará que hemos perdido la sensatez, el corazón y la cabeza. Quién no conoce a un amigo neurótico, o algún familiar que se medique para concebir el sueño,  o algún niño que espera su hora en el psicopedagogo, dejando atrás la ilusión y el juego… Quién no sabe de algún vecino que padezca de estrés, ansiedad, histeria, trastornos obsesivos compulsivos, esquizofrenia o complejos… Quién no ha visto a algún ser querido pasar por la consulta del Doctor Beltran, o en la farmacia comprando medicamento, como el que compra medio kilo de pimientos… La sociedad está enferma pero no por un desequilibrio psíquico, como el que sufro yo. Ha perdido la razón más bien por falta de amor y respeto, por la ambición, el racismo, las guerras, la insolidaridad…, no hace falta ser psicólogo o psiquiatra para verlo. Mis compañeros del Hospital Militar y yo íbamos a la nuestra, pasábamos de leyes, normas…, no conocíamos, ni por asomo, la palabra responsabilidad… Nos importaba bien poco la vida de los demás, es algo normal para los que sufren un trastorno mental, no es nada malo, estábamos en nuestro derecho. Lo que no es nada bueno es estar loco de atar y pretender gobernar la Tierra o un país, importándote una berenjena en vinagre tu propio pueblo, a no ser que sea para exprimirlo como a un limón para sacarle todo su jugo sin respetar sus derechos.

Cuando estuve ingresado en el hospital, pensaba que era el único cuerdo en el mundo, aunque nadie me comprendía. Estaba convencido que solo yo era el que razonaba, que mi lucidez era infinitamente mayor que la de cualquiera. En aquel pabellón psiquiátrico, mientras el mundo enfermaba, yo alcanzaba la luz más intensa, era como sentir en la piel el amor de todos los planetas, de todas las estrellas… Me enamoré profundamente del universo.

La vida del Hombre-Caracola. LXI

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Me siento libre, como el alma del cóndor que sobrevuela mi añorado Valle del Colca, como los niños a la hora del patio, lejos de maestros, padres y diccionarios…, como el Lute cuando era el Lute, como las flores de las aceras que riego a diario… Percibo la sensación de libertad que viví en el Hospital Psiquiátrico, allí crucé todas las puertas de seguridad y me burlé de los cristales brindados, tan solo dibujando. Aunque podría ser todavía más libre, el día que todos lo seamos, de esa manera el éxito estaría asegurado. Mi libertad depende de mí y temo que no puedo hacer nada por la de los demás. Me encantaría ver una humanidad libre, como no, nacimos todos con esa condición. Aunque, por mucho que nos enjaulen, podemos sentir la libertad, y eso, nadie te lo puede arrebatar. Puede gozarla todo el mundo, los presos, victimas de guerra, ricos, pobres, marginados…, no hay límite de sexo ni de edad… Al igual que la felicidad, la libertad también es un estado que busco en todo momento. Aunque os he de decir, que para entenderla, antes tuve que sentirme prisionero, reconozco que no me es fácil liberarme de mi propia jaula, de joven, entre otros oficios, trabajé en Salou de cerrajero.

La vida pasa y las agujas de mi reloj siguen disfrutando de su amor y sus vidas. Son envidiables, siempre juntas, dándose besitos y bromas…, les importa un pimiento frito lo que piensen de ellas los demás. La verdad es que son geniales, son la pareja perfecta y hacen lo que realmente les da la gana sin molestar a nadie, estoy orgulloso de ellas. Ahora vuelan rumbo a Nueva York, un amigo que conocieron en Facebook, Charles O´Clock, les quiere dar clases de hip hop. Como sabéis, cualquier música, fiesta o baile…, para ellas es el plan de cada día, pasan por completo del tiempo y de cualquier otra dictadura. Ellas deciden sus vidas, como todos deberíamos hacer con las nuestras, no hemos nacido ni para mandar ni para obedecer. Tengo claro que vine a este planeta para ser libre, tomar el sol, reír, cantar, bailar, amar, respetar…, para ganar lo justo para comer, para no perderme ni un solo amanecer, ni un solo atardecer…

La vida del Hombre-caracola. LX

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Mis obras son para toda la humanidad, porque necesito que todos me queráis como os quiero yo, soy muy ambicioso en ese aspecto, deseo superar a Chanquete, la madre de Bambi y a Papá Noel… El amor es el tema de mi proyecto, muchos lo conocéis. Para alcanzar mi sueño, no puedo dirigirme solo a las personas que están vinculadas a mi oficio, como los artistas, comisarios de arte, galeristas, coleccionistas, críticos… Ellos, por desgracia para todos son minoría, aunque también necesito, como no, sus corazones, más que su aprobación como pintor, quien se encarga de juzgar mis obras es mi silencio. He de hacerme con el amor de los que se lo curran en la hostelería, la metalúrgica o la construcción… Quiero conquistar a los pasteleros, banqueros, fontaneros, taxistas, ejecutivos, electricistas…, a los que no tienen trabajo, ni casa ni pan.., a los que viven en la miseria o la desesperación. Necesito el amor de los enfermos del riñón, el de los que van a operarse del corazón, el de los bipolares, el de los que sufren de la próstata o por depresión… No haré ninguna excepción, no se salvarán ni las llamas de mi querido y añorado Perú. Aspiro a que me quieran los musulmanes, los cristianos, los adoradores de Satanás, los budistas y los que no creen en ningún dios…, necesito del mundo todo su amor. Quiero alcanzar el corazón de los transexuales, heterosexuales, asexuales, el de todo el colectivo gay…, os advierto que soy muy cabezón. Quiero enamorar, con urgencia, a los dictadores, maltratadores, racistas, pederastas, violadores…, y a los que les importa un bledo que el mar se tiña de rojo o vista de azul. Creo que ellos necesitan el amor más que yo, deseo que encuentren pronto el camino, por el bien de la civilización. Aunque todos somos responsables que el mundo cambie o no. En demasiadas casas reinan los gritos, la falta de respeto, la desigualdad, los guantazos o los insultos…, y luego sale todo al exterior. Para que se produzca una verdadera revolución, o al menos podamos vivir mejor, empecemos por cambiar nuestro mundo,  en todos los hogares debería reinar la paz y el amor. Queda cursi pero el mundo se va al carajo, amigos, si queremos salvar el trasero, no conozco otra solución.

La vida del Hombre-caracola. LIX

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Comprendo a las personas que nacen, apareciendo de la nada, y al morir, desaparecen como paloma de chistera, y sin ninguna duda, no creen en la magia. Aunque para mí la vida sea una gran ilusionista, la mía poco tiene de racional, algunos conocen bien mi historial. Puedo entender a los que por la noche se desconectan de sí mismos, olvidando el DNI, las facturas del banco, su familia y a la vecina…, viviendo y sintiendo ser los protagonistas en otra película…, y no creen en la magia. Aunque me es difícil asimilar, a los que en su mundo onírico, pierden todos los dientes por momentos o pueden volar a Madagascar, sin moverse de la cama…, y no creen en la magia. Trato de ponerme en la piel de los enamorados que se miran a los ojos, y ven en ellos la poesía y el cielo, y aun así, no creen en la magia, aunque sus vidas dependan de la luna y todos los astros del insólito universo.

De nuevo, como por arte de magia me olvido de mí, y automáticamente mi cuerpo yace sin vida sobre la hierba, ni la música de mi acordeón ni la de mi guitarra podría resucitarme. Mi velocidad es abismal, mi amado planeta es un guisante, Venus engrandece, al igual que Marte… Busco un lugar apartado, donde no habiten ni siquiera las estrellas, necesito mi silencio, mi propio espacio, el lugar que me pertenece. Mientras, un niño muere en la Tierra intentando jugar con una metralleta, en muchos países están prohibidas las de juguete pero no las que matan o hieren. Al mismo tiempo, dictadores, mandamases y reyes se frotan las manos, lucrándose con las muertes, ignorando que algún día serán sus propios jueces. Y en el mismo momento, una mujer muere brutalmente asesinada por su exmarido, y un pez globo, enredado en una red de plástico para envolver patatas, también muere…

Me dirijo a casa a la velocidad del diablo, no puedo huir de mis problemas, mi madre sigue siendo mi planeta. La humanidad necesita mi amor con urgencia, tanto como yo el de ella. Me introduzco en mi cuerpo, enciendo un pequeño fuego y seguidamente, comienzo a danzar en círculo alrededor del humo, porque a pesar de las injusticias, celebro mi vida en la Tierra.

 

«La vida del Hombre-Caracola. LVIII»

Como ya os he comentado en alguna ocasión, yo soy el responsable de mi felicidad y mi tristeza, de mi odio y mi amor…, mis sentimientos y mi vida dependen de mí, me hago cargo. Me sería más fácil culpar a la vida o a los demás de mis fracasos, lo he probado y consuela por momentos pero de esa manera siento que me engaño. Triunfar o fracasar también dependen de mí, no de Sandokan, ni de mi enemigo, ni del cuñado de la vecina del cuarto…, aceptarlo es dar un gran paso. No sé si vosotros estáis diseñados de otra manera pero a mí, así me fabricaron.
La vida continúa, mi piel, mis órganos y mis huesos cumplen, sin prisa pero sin pausa, con la noble función del envejecimiento. Voy muriendo poco a poco, aunque no me importa porque amo y vivo el presente, de verdad os digo que lo demás me trae sin cuidado. Y además, no sé qué haría yo si pudiéramos vivir más de ciento cincuenta años…, ni yo ni nadie podría soportarme durante tanto. Yo quiero disfrutar de mi vida, claro está pero también deseo morir algún día, ¿quién soy yo para evitarlo?. Morir sin miedo y con dignidad es mi trabajo, desde que nací me estoy preparando. Cuando llegue el momento de mi despedida solo podré estar agradecido por el gran privilegio que he tenido, la vida no está al alcance de todos, debe tener una gran potra a quien le toca, como si del Gordo de la Lotería se tratase, cada día deberíamos celebrarlo.
Y ahora, sin el permiso del Rey, de nuevo me desprenderé de mi cuerpo, de mis sentidos, de toda mi información, de mis pensamientos…Olvido uno a uno todos los capítulos de Barrio Sésamo, el nombre del perro de La Casa de la pradera y mis apellidos… Me desprendo de todos los besos que no di, los que me dieron los llevaré siempre conmigo a cualquier parte del universo. Huyen de mí todas las fronteras, estoy preparado, se acerca el momento. Desaparece de mí mi razón y mi respiración, y al mismo tiempo deja de latir mi corazón. Ahora vuelo alto y libre, como el Cóndor, aunque no os preocupéis, volveré pronto, mi momento no ha llegado, seguiremos en conexión.

La vida del Hombre-Caracola. LVII

Espejo-

El sonido del mar sigue conmigo, soy consciente que parte de mí pertenece a la familia de los moluscos, doy gracias a la vida por ese privilegio y por todo lo que conlleva eso. Hoy las aguas están en calma, hace un día de cine, se escuchan las risas y el canto alegre de los pescadores que se dirigen, con energía y alegría, a alta mar, el sol y una bandada de gaviotas reidoras les escoltan. La paz reina en mí, la suave y cálida brisa acaricia mi rostro, soy afortunado, me siento tan dichoso… Bien sé que hay bocas que mueren de hambre y sed, y que a las aves carroñeras de las guerras, se les deja comer todo lo que deseen… Pero solo el amor de la humanidad puede solucionar esas miserias, por eso y para contrarrestar tanto mal, trato siempre de amar. Como ya os lo he dicho alguna vez, es la mejor manera de luchar, el amor es la auténtica revolución, la que merece la pena. Yo al menos, no puedo ni sé ayudar de otra manera.
Como os podéis imaginar, no sé que aspecto tiene mi cara, aunque solo me importa la belleza del ser que llevo dentro de mi piel y mis huesos. Mi aspecto exterior para mí es lo de menos, nunca quise ser Richard Gere, siempre me acepté, porque para ser feliz, uno no tiene más narices que hacerlo. Y además, mi espejo siempre fue un miserable embustero. Cuando yo era niño, él me decía que yo tenía la piel suave y un precioso flequillo rubio, y a los cuarenta y seis años, a la última edad que lo miré, me contaba todo lo contrario, que era medio calvo y tenía arrugas hasta en el cuello, a ver si se pone de acuerdo… La verdad es que no hay quien lo crea, estoy convencido que lo que aparece en el cristal es puro cuento, lo que realmente soy no sale reflejado en ningún momento.
Cuando me alejo de la Tierra y abandono mi cuerpo, no tengo edad, ni forma, ni peso, ni sexo…, mientras vuelo soy tan libre que sienten envidia de mí lo tornados, los relámpagos y los truenos. Perdonad mi ausencia amigos, volveré en unos momentos.

La vida del Hombre-Caracola. LVI

Reus-

No sé exactamente en qué lugar de las afueras de Reus estoy, espero a Emi, ha ido a una peluquería del centro con su madre, luego tomará un café con las amigas…, todos necesitamos nuestro tiempo, antes que familia o pareja somos individuos. Siempre que puedo, cuando voy a cualquier ciudad, busco un paraje donde pueda pisar tierra, donde haya un mínimo de naturaleza… Da pena pero a veces he de conformarme con las palmeras de las rotondas, las briznas de hierba de los alrededores de los polígonos, o con las escasas flores supervivientes y luchadoras de las aceras…, quién pudiera llorar tanta tristeza…. Mientras a la compañera de mi alma le retocan el flequillo, sigo vivo, y eso, es un gran privilegio que no puedo desaprovechar amigos. Trato de gozar cada instante, cada momento…, bien sé que mi vida y este atardecer son irrepetibles, eso no lo puedo ignorar. Mi tiempo sigue inmóvil, las agujas de mi reloj permanecen libres de su tic tac, en estos momentos, aunque no es carnaval, bailan como posesas la samba en Río de Janeiro, como bien sabéis, nadie les puede arrebatar su felicidad y su libertad. Escucho los grandes estallidos que provocan las enormes olas contra las rocas, el mar hoy parece que no está de buen humor. Pero me encanta de cualquier manera, cuando reina la más terrorífica de las tormentas del frio invierno, o cuando impera en él, la calma y el sol…, acepto todo lo que nos ofrece la madre Tierra, con gratitud. He andado demasiado y me he desorientado por completo pero estad tranquilos, confío en Emi. Por lo visto ha desarrollado el sentido del oído, al menos, puede escuchar mi bocina a algo más de kilómetro y medio de distancia. Eso me da margen de movilidad, aunque dependo de ella, más que nada para no acabar en Manresa o en Santa Coloma de Queralt… Se ha hecho tarde, mi compañera ha cumplido con sus quehaceres y yo con los míos, nos dirigimos a Almoster. Llegamos a casa, Frida y Chancho nos esperan en el recibidor, jugamos un rato con nuestros entrañables amigos…Subo a la terraza, y mientras Emi prepara su cena, a mí me da por tocar el acordeón, con torpeza pero con mucho amor.

La vida del Hombre-Caracola. LV.

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Crear mis obras no es tarea fácil, os lo aseguro, he de estar interpretando día y noche los mensajes que recibo de mi silencio, y eso, no es moco de pavo amigos. Continuamente resuelvo dificultades, lucho con la luz y la oscuridad, el dibujo y el color…, eso conlleva un gran esfuerzo, creedme. Y además, como sabéis, no veo tres en un burro, dependo mucho de la imaginación, perdonad si a veces he cambiado un verde por un rojo o un azul. Confío en mí y sigo lo que dicta mi corazón, sed compresivos y permitid que cometa de vez en cuando algún error. Mientras creo, disfruto como un niño con piruleta pero también estoy solucionando cientos de problemas, estoy acostumbrado a eso. Los métodos que utilizo en mi trabajo los aplico a cualquier conflicto de mi vida, y la verdad, de esa manera me es más fácil remediarlos. La creatividad es sumamente importante y necesaria para la sociedad, si nuestros líderes la practicaran y la fomentaran…, el planeta lo agradecería, eso no hay ni que dudarlo. Pero de momento no es así, por dar un ejemplo y no ir muy lejos, los artistas contemporáneos de Reus se sienten ignorados, no reciben ninguna ayuda, están indignados con algunas gestiones de su gobierno. Hasta el día de hoy, en esa bella ciudad, que tanto amo, no existe ningún espacio municipal permanente para que el colectivo pueda ejercer sus actividades, es como si no tuvieran hogar y eso es algo inconcebible, mi corazón y mi bastón está desde ahora con ellos. Tampoco hay premios beca para animar a los jóvenes que aman el noble oficio, sufran o no, necesidades económicas, para eso hay que ser torero. En definitiva, presupuesto para mis amigos, cero pelotero. Escucho el armonioso sonido que provoca el revoloteo de los zarcillos y los piqueros, eso no tiene precio. También puedo sentir las voces lejanas de los niños que juegan en la orilla del mar y el ladrido de sus perros. Desde aquí, le pido a la humanidad que cambie las armas por pinceles, la venganza por música, la ambición y el odio por pasteles de color… Y para acabar la función de hoy, os recuerdo que con el arte se vive muchísimo mejor, ¡ante todo es amor!.

La vida del Hombre-Caracola. LIV

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Respiro nitrógeno, oxígeno y argón, como cualquier cristiano, ateo, budista o  musulmán. Aposento mis caquitas en el inodoro como los miembros de la monarquía, como lo hace Aznar, Putin o Donald Trump. La música me pone la piel de gallina, exactamente como a cualquier lesbiana, transexual, heterosexual o homosexual…, la guitarra y la batería suenan para todos por igual, la arte es amor, no entiende de desigualdad. Mi corazón late como el del dictador más atroz, igual que el de los que sobreviven a los misiles o el de los que piden auxilio en el mar. Tengo un ombligo y uñas en los dedos de los pies, como el ambicioso empresario que roba a los trabajadores o como el obrero que vive honradamente y no llega a fin de mes. Cuando tenía boca, masticaba la comida como los franceses, los de Huelva o los del Barcelonés…, ya sabéis que ahora me conformo con vuestra amistad, se acabaron las fresas con nata, la butifarra y el paté. Siento una agradable sensación cuando el sol de invierno acaricia mi ser, eso también les pasa a los soldados de ambos lados de la guerra, el universo nos quiere a todos por igual. Río, lloro y odio del mismo modo que el asesino, el ermitaño, la vecina del quinto o Superman, aunque unos padecen menos y otros más. Tenemos los mismos sentidos, somos tan parecidos.., cualquiera diría que estamos creados con el mismo patrón. Físicamente hay personas de todo tipo; con orejas grandes, bajitos, con nariz de Cirano, con pies planos… pero el material del que estamos hechos es el mismo, los científicos lo han comprobado. Todos andamos en el mismo camino, la vida es larga, lo más sensato y justo, sería disfrutar de las vistas, no hacernos la zancadilla y compartir la cantimplora y el bocadillo con los demás, por el bien de todos, seamos amigos. Se hace tarde, no sé exactamente donde estoy, espero a Emi, ella lo sabe mejor que yo. Mientras, imagino que estoy en la playa, tocando una canción con el acordeón, la melodía choca contra las olas, los pelícanos parece que bailan al mismo son. Me siento agradecido por disfrutar de la belleza que se muestra a todas horas, llueva, truene o salga el sol.

La vida del Hombre-Caracola. LIII

Castillejos-

Me desprendo de los bellos recuerdos del verano de mil novecientos ochenta y seis, cuando con quince añitos trabajaba de botones en el hotel Cap Salou, a cien metros de la playa, sin Nivea y sin sol. Me despido de las maletas, de los eternos pasillos, del impertinente director y de las llaves de la recepción… Desaparecen de mi memoria quince hermosos años de mi pasado, cuando trabajaba para una empresa de chico para todo, eso me ayudó a sentirme humilde, a valorar la vida y el esfuerzo, a ser independiente y libre a pesar de trabajar más horas que un reloj. Poco a poco me olvido de las botellas de butano para el sexto sin ascensor, de los paquetes de sábanas sucias de los turistas, de la lavandería, de miles de quejas de clientes sin compasión… Huyen de mí las imágenes de inodoros atascados, de termos que gotean…, de las bombillas, los tornillos, las cisternas, el soplete y del tubo de cobre ya no me acuerdo, pronto diré adiós a todos mis pensamientos. Se escapan de mis sentidos las vivencias del año en el que, forzosamente, me obligaron a vivir en Melilla, para cumplir con el servicio militar. Eso solo me sirvió para hacer grandes amigos, que todavía, por suerte conservo. Marchan de mí, las armas, los gritos de los mandos, las botas limpias, la cara recién afeitada, la obediencia, la patria y su bandera… Me despido por un tiempo de todos los momentos de tristeza que tanto me ayudan a comprender la felicidad, no podría vivir sin ellos. Y por último, abandono todos los problemas que la vida me ha otorgado, aunque solo será un ratito, los necesito porque son los que me hacen luchar, con amor y gratitud los he aceptado. Ahora solo escucho el latir de mi corazón y mi respiración, me he liberado por completo de mis pensamientos. Me desprendo de mi concha, de mi ropa y de mis huesos y vuelo, a la velocidad del diablo, hacia los confines del firmamento. Reina el silencio. La Tierra se hace diminuta y al mismo tiempo se ensancha el dichoso agujero negro, que por suerte lo he esquivado a tiempo. Dejo atrás lo que entendemos por universo y me pierdo entre las estrellas, libre, sin ningún miedo.

La vida del Hombre-Caracola. LII

Fábricas-

Hace una tarde maravillosa, la temperatura es ideal, el sol acaricia hasta lo más profundo de mi ser con delicadeza, doy gracias a la vida por permitirme sentirme vivo un día más. Las químicas y refinerías de las comarcas cercanas continúan su labor, no descansan ni para comer, a plena luz del día y por la noche, haya sol o tormenta…. El aroma de las flores disimula el olor a metano, a benceno… y a saber qué otros venenos nos sueltan… Los habitantes de por aquí están acostumbrados y a penas lo aprecian, pero bien sabéis que tengo muy desarrollado el sentido del olfato, aunque depende para qué casos, no me sale a cuenta. Siempre nos dicen que los valores de contaminación están dentro de los límites permitidos para la salud, aunque eso a muchos no nos calma por más que traten de convencernos, el cielo no es puro ni saludable, se ve a leguas. Nadie es culpable pero todos sabemos que los tumores y las clínicas de fertilidad brotan como setas. Aunque sabéis que soy optimista, si en el pasado hemos vivido tanto tiempo sin plástico y sin gasolina, estoy seguro que en el futuro también lo haremos, os prometo que nos saldrá más a cuenta. Soy feliz porque la humanidad comienza a ser consciente de sus errores, y porque sé que hay tantas soluciones como problemas. Suena como una bella melodía el canto de las orcas y el mágico sonido que emite el revoloteo de las limícolas, que sobre las olas, vuelan y juegan… Regresaré a casa, Emi va ha finalizar su jornada, tengo muchas ganas de abrazarla y estar con ella…, le prepararé la cena. Como sabéis, desde que soy hombre-caracola no pruebo bocado pero todavía preparo mis buenas escudellas, sabrosos estofados y deliciosas paellas… A pesar de no ver ni un pimiento todo sabe divino, al menos eso dicen Emi y mis amigos. Regreso a casa, juego con Frida y Chancho mientras espero a la mujer de mis sueños…, seguidamente preparo sopa de verdura y huevos rellenos. Escucho sus llaves de casa por la calle, los gatos esperan en la puerta, está a punto de abrir… Llegó el momento por fin, ella es tan importante para mí…, es la flor más hermosa y preciada de mi jardín.

La vida del Hombre-Caracola. LI

zxyx-

Como Pedro por su casa, sigo deambulando de un lado al otro del universo, escuchando el sonido del mar o el más profundo de los silencios. Todavía poseo una concha hueca de caracola como cabeza y continúo esperando el despertar de mi querida bella durmiente, estoy seguro que la humanidad se liberará de su eterno sueño, perdonad la expresión pero ya nos llega la mierda al cuello. Desaparecieron de mi memoria mi buen par de orejas, mi nariz con sus correspondientes agujeros y lo que me quedaba de pelo. Sigo siendo hombre-caracola y estoy orgulloso de ello. Los últimos análisis médicos dicen que me mantengo correctamente en los niveles de litio, aunque he de deciros que ni me acuerdo de mi cerebro, aunque sigo tomándome los medicamentos. Del colesterol y los triglicéridos estoy perfecto, y no me extraña, hace dos años que olvidé por completo los Donuts, el chorizo y la panceta con pimientos… Ya sabéis que básicamente me nutro del amor que recibo de los amigos, que no es poco, me siento tan lleno… Ellos me ayudan a crecer, a conocerme, a definirme…, y además, es una ventaja ver la vida a través de sus miradas, abarcas más visión y el mundo se hace más pequeño. Ellos riegan las macetas de mi morada con consejos, abrazos y besos…, ensanchando mi alma y haciéndome tan grande que a veces creo que no quepo en el firmamento. Mi vida continúa aunque el tiempo no pasa. Las agujas de mi reloj siguen tan locas como siempre, en estos momentos son las reinas de Estambul, últimamente viajan con frecuencia a Turquía, les pirra el Raki y la danza del vientre, me tienen contento. Sigo luchando con las armas que me dieron, continúo dibujando lo que dicta mi silencio, permanezco libre como hoja de río, como el más temible de los vientos… Escucho los llantos de los niños de las guerras, demasiadas personas siguen muriendo de hambre, el fascismo crece como la mala hierba…, sigo consciente de todos los lamentos. Lo que menos soporto es que nos mientan y nos digan que el mundo está montado así, que no tiene remedio, eso a algunos les interesa pero no es cierto. El amor puede cambiar, incluso, el rumbo de los planetas de mi estimado universo.

 

La vida del Hombre- Caracola. L

Almendro-

Trato de ser yo mismo aprendiendo a escuchar, incluso me ilustro del sonido que emite el revoloteo de los flamencos, entre el rumor de las olas del mar. La primavera no espera, florecen los almendros en invierno, no sé si el hombre tiene algo que ver con eso, no sé si es buena señal… Aunque la naturaleza nos ama tanto…, que a pesar de no ser lo suficientemente comprendida por nosotros, perdona todos los errores de la humanidad. Hay niños, jóvenes y organizaciones…, que luchan y tratan de solucionar los desaciertos que hemos cometido con nosotros mismos y con La Tierra, esa labor es de admirar. Eso me reconforta y aumenta mis esperanzas por una mundo más digno, más respirable, más comestible…, soy dichoso porque sé que entre todos lo podemos lograr. Mientras, en Tarragona y a pocos metros del mar, a las agujas de mi reloj las han visto juntas, cuchicheando, disfrutando de sus vidas…, dicen que no dejan de sonreír. Pasean al atardecer libres de su tic tac por el anfiteatro romano, entre besos y bromas, sin miedo ni odio ni rencor…, estoy tan orgulloso de ellas… Y ahora, sin el permiso de nadie volveré a mis quehaceres, el arte puede cambiar el mundo y el mío, tengo muchísimo trabajo. Regreso a mi guitarra, mi acordeón, mis lápices…, me rodeo de todas mis armas libres de pólvora y metralla. He de deciros, aunque no siempre acierto, que disparo siempre a vuestro corazón, por favor, no me lo tengáis en cuenta, lo hago con toda la buena intención. El arte me hace sentir grandes momentos y es el primero que me premia por mi trabajo, francamente os digo que por él soy bien recompensado, no necesito más. Pero cuando comparto mis obras con vosotros, me hacéis sentir útil y me ayudáis a ser escuchado y comprendido, en el fondo es lo que necesitamos todos. Aunque para eso, también debemos cumplir con la ardua tarea humanitaria de escuchar y comprender a los demás. Seguiré trabajando hasta que mi cuerpo se desvanezca, mientras mi mano pueda sostener un Pierre Noire… El arte es mi manera de vivir, una necesidad que sobre todo me hace feliz, y eso es contagioso, por eso lo trasmito y lo comparto con los demás.

La vida del Hombre-Caracola. XLIX

Catalunya-

Para los que no me conocéis bien, os he de decir que nací en Jaén, con nueve meses me vine a vivir a Cataluña, no conozco a penas la tierra de mis padres, aunque le tengo muchísimo aprecio y admiración. Gracias a mi familia tengo parte de cultura andaluza y nunca olvido mis orígenes. Pero como bien sabéis, amo todo el suelo que piso y me maravilla, por supuesto, la tierra donde siempre he vivido, se está tan bien… De joven he sido escalador y alpinista, siempre andaba rodeado de cuerdas y mosquetones, entre La Riba, Montserrat y la Mussara…, de La Mola de Colldejou a La Pica d´Estats… Conozco infinidad de caminos y senderos, y amo cada rincón del lugar que me vio crecer. Y qué decir de sus gentes…, nunca he tenido ningún percance con el pueblo catalán, si no todo lo contrario, sobre todo son ciudadanos pacíficos, y los que vienen de fuera, aquí siempre son bien recibidos. Sabéis que no creo en banderas y fronteras pero mucho menos en la violencia. Tengo una considerable cantidad de amigos, familiares y vecinos, que desean formar un nuevo país, como comprenderéis, esté o no de acuerdo con ellos, nunca podría agredir a nadie que luche pacíficamente por su sueño, yo no haría daño ni a un mosquito, no entiendo para nada el artículo 155. Nadie debería enfrentar a los pueblos ni usar la violencia como diálogo, así no se soluciona ningún conflicto, si no todo lo contrario. Es bien fácil, los griegos sabían lo que hacían, la democracia es el mejor invento de la humanidad, usar las urnas debería ser motivo de celebración. Y además, en un estado democrático la voz del pueblo cuenta para algo, ¿no?. Y ahora, sin el permiso de nadie, me desprendo de todas y cada una de las malditas leyes de los hombres, y me alejo a diez mil cuatrocientos kilómetros por hora de mi querida esfera. Sé que soy afortunado, conozco tantas estrellas…, puedo ver tantos bellos planetas… pero bien sabéis que de todos ellos me quedo con La Tierra. A pesar de sus dictadores, sus injusticias y sus guerras…, la humanidad me vuelve loco pero le deseo todo el amor y confío plenamente en ella.

La vida del Hombre-Caracola. XLVIII

 

Mar esperanza-

La brisa y mi vida pasan sin prisa, me gusta saborear cada momento, bien sé que mi paso por este mundo es un regalo, sería un error rechazarlo. Pero no quiero cumplir doscientos años, comprendo y acepto que mi cuerpo no está diseñado para ser eterno. Tarde o temprano marcharé del planeta y olvidaré mi existencia pero de momento sigo vivo y pretendo disfrutar de la Tierra hasta mi último suspiro. Mi vida es una escalera y subiré hasta el último escalón con dignidad y valentía, quiero recibir a mi atardecer sin miedo, estoy trabajando en ello. A pesar de todos los lamentos, recibo esperanzas de las estrellas, cada día que pasa mi optimismo por un mundo mejor va creciendo. La vida me sonríe porque no dejo de hacerle cosquillas, no me importa ser el payaso de su sonrisa, me dedico practicante a eso. Y os puedo asegurar que uno recoge lo que siembra, en mi casa siempre hemos tenido huerto, y os prometo que las matas de las tomateras nunca nos dieron pimientos. Y ahora, sin el permiso de nadie, me liberaré de mis pensamientos, necesito plena libertad y hallarme a solas con mi silencio, quiero emprender de nuevo el vuelo y perderme por el firmamento. En un santiamén, me deshago de todos los capítulos de Mazinger Z y Orzowei, los versos de Neruda se desprenden de mí como hojas de otoño, al mismo tiempo. Ahora, La vida del Buscón la ignoro por completo y ha desaparecido la enorme nariz de Quevedo… Olvido con mucho agrado, la biografía de Sánchez Dragó, al que tanto le gusta ponerse cara al sol, en verano y en invierno. Ya no sé nada de La Vida de Bryan, creo que el pobre hombre no acabó bien, algo bueno habría hecho… Me desentiendo de las clases de arte contemporáneo y mis conocimientos sobre la ornitología…, pronto me desharé de mi piel y de mis huesos. No escucho el sonido macabro de los misiles y las bocinas de los petroleros… Ahora floto a dos metros por encima de mi cuerpo, solo escucho mi respiración y el latir de mi corazón, se acerca el momento… Por fin solo siento el rotundo silencio, nadie puede frenarme ni alcanzarme, vuelo libre, sin miedo, más allá de los límites del universo.

 

La vida del Hombre-caracola. XLVII

juguete-

No estoy compuesto de hojalata ni de plástico y de momento, no soy un juguete al alcance de cualquiera, aunque mi intención es confraternizar con toda la humanidad. Los que todavía no conocen el respeto y me zarandean como a un muñeco, no quiero que me utilicen, solo jugaré con los niños y con quien desee ser mi amiga o mi amigo. No necesito que me den cuerda para hallar mi felicidad y mi libertad, para eso yo soy el único responsable, no he de depender de nada ni de nadie, me las apaño solito. No soporto que ningún dictador me toque la bocina, como bien sabéis, nada me pertenece pero yo tampoco soy de nadie, que no me vengan con sandeces. Me indigno cuando pulsan sin mi permiso el botón de mi espalda, para que deje o no de hablar cuando a algunos les plazca, para mí no es nada divertido. No me importa que toquen mi corazón, está diseñado para que todos lo disfruten pero si se hace con cuidado y cariño, tengo sentimientos como todo ser vivo. Aunque la vida me ha enseñado que para ser fuerte, no es tan malo que sufras algún daño, tener el alma encerrada tampoco es de mi agrado. De todas maneras y afortunadamente, reparo con facilidad cualquier desperfecto que me ocasionen, aunque advierto que no tengo piezas de recambio. Almoster, arropado con un manto de estrellas duerme como un niño cansado, sus calles están desiertas, la luna no quiere salir de casa, dice que hace demasiado frío y no está para resfriados. Esta noche los planetas se encargan de proteger a mis vecinos, para que puedan soñar tranquilos y olviden por momentos sus problemas en sus mundos oníricos. Y ahora me toca a mí descansar, es muy tarde incluso para un Hombre-Caracola, he amado, reído y creado lo suficiente por hoy. Bajo las escaleras, juego un rato con Frida y Chancho y seguidamente entro a la habitación. Me acerco con sigilo a Emi, la beso con delicadeza para no despertarla y me dirijo al otro lado de la nave. Sin el permiso de nadie y después de más de media hora de analizarme y juzgarme, me libero de mi cuerpo a través de mis sueños, eso todavía me parece alucinante.

La vida del Hombre- caracola. XLVI

XLVI-

Cuando era más joven vivía entre dos realidades. En una de ellas, durante mi enfermedad, sentía en mí un inmenso bienestar, como una cálida e intensa luz que me llenaba de júbilo. La belleza se apoderaba de mí, de las calles, de cualquier rincón donde me hallase…Mi capacidad de asombro era la de un bebé, todo era nuevo para mí, mis manos, mi piel, el vuelo de una mosca…, era una gozada, estoy seguro que muchos pagarían un dineral por vivir aquella experiencia. En aquella época me olvidé por completo de mí, de mis pensamientos, de mi identidad, de mis responsabilidades…, era yo en estado puro, como un recién nacido. No podía dejar de tocar la guitarra, de cantar, de bailar, de gritarle al mundo con todas mis fuerzas, que estaba más vivo que nunca, bien lo saben mi familia, mis amigos y mis vecinos. Percibía entre mis huesos que yo era parte de todo, de las montañas, los ríos, los animales, las gentes…, todo formaba una sola pieza, comprendí que yo también era el universo. La paz era la protagonista de la película y en mí, reinaba la armonía de un mundo sin maldad, así lo veían mis ojos, solo apreciaba lo bueno de la vida. Por entonces, una euforia desbordante circulaba por mis venas y mi corazón acogía del mundo un amor tan descomunal y poderoso como desconocido, yo amaba en la misma proporción a la vida. Con la imaginación podía huir con facilidad de cualquiera que me impedía sentir de aquella manera, de cualquier centro psiquiátrico, incluso del Haroperidol, era tan libre…. De la otra realidad poco os voy a comentar porque es la que todos conocéis. Volver al mundo de las normas después de aquella libertad, era en parte la causa de mis crueles depresiones, era un cambio muy brusco, lejos de las leyes del hombre se está tan bien… Ahora veo como vosotros, que reinan las guerras, la insolidaridad, el odio, las fronteras, la desigualdad… Pero pienso que podemos variar el rumbo de la humanidad, algo me dice que cambiar la realidad depende de nosotros y es tan fácil como coser y cantar, de nuestros líderes poco podemos esperar. Las agujas de mi reloj tocan la zambomba en la estación de Sants, desde allí os desean una feliz Navidad.

La vida del hombre-caracola. XLV

HC VENEZIA.-

Mi vida en la Tierra es agua indomable de rio, que se dirige sin hospedarse en ningún lugar y sin pausa, hacia su destino, también son las nubes que aparecen y desaparecen, como el llanto de los niños, sería un grave error desperdiciarla. Mi existencia como ser vivo, se escapa mientras elijo en el supermercado mi marca preferida de gel con PH neutro, o cuando pregunto al dependiente el precio de los pomelos… Parte de mí  se pierde en las guerras, durante el tiempo que duran los gritos de auxilio… Lo que ahora soy, se fuga mientras elijo los colores de mis tizas de pastel o se marcha con las palabras que, con mucho agrado, en este momento os dedico. No me atemoriza la idea de abandonar mi piel y mis huesos, estoy más que acostumbrado, no sé cuantas veces lo habré hecho… El amor que siento no deja espacio para ningún miedo, lo eclipsa todo. Mi destino no me asusta, además, para entender la novela que protagonizo, en el más grande de los escenarios, conocer el final es fundamental y necesario, a pesar de amar con locura lo que toco, veo y respiro a diario. Ya sea en Almoster, en Perú o en Italia, sin miedo me siento libre, puedo jugar, cantar, bailar y crear como un niño, no me importa lo que digan o piensen de mí.  Eso lo aprendí en mi infancia, los más pequeños son un ejemplo a seguir, podrían cambiar el mundo si pudieran gobernar. El revoloteo de las gaviotas y el sonido que provocan las góndolas al cruzar el Gran Canal me dicen que estoy en Venecia. Como sabéis, Emi, la eterna viajera, se encarga de guiarme de maravilla por donde quiera que voy, sin ella, apenas saldría de casa, requiero de su ayuda como ella de la mía. No he nacido para vivir en soledad, necesito el calor de la gente, ser amado y amar a los demás, eso debería ser un producto de primera necesidad, es lo que más precisa la humanidad. Y ahora, sin el permiso de nadie, ocuparemos las plazas y las calles sin perder ni un solo instante, ni una sola coma de nuestras vidas, para llegar al punto y final queda toda la eternidad.

La vida del hombre-caracola. XLIV

Manzana.-

Los graznidos de una bandada de chorlitejos patinegros, me despiertan de un profundo sueño, el sonido del mar me dice que existo. Mi corazón no ha dejado de latir y bombear, y a pesar de no tener dos orificios nasales como los demás, sigo respirando a través de mi concha como el que más. El mar está en calma, en mi morada impera la paz, me siento tan bien…, me noto tan vivo y feliz… Mi propósito es amar y ser feliz, y eso es fácil de conseguir, nadie te lo impide y además, no te piden la cartera ni la edad… También deseo mi bien a los demás, si en eso nos pusiéramos de acuerdo, estallaría una revolución, solo hay que perder el miedo y dejarse llevar. Cometería un error si solo pensara en mí y en los míos, olvidándome del resto, si todos fuéramos felices no habrían guerras ni dictadores… Porque odiar y sentir felicidad a la vez es complicado, nunca he logrado conseguir tal proeza. Las agujas de mi reloj se embriagan y bailan la conga en Pachá, la marcha de Ibiza las vuelve locas pero mi vida continúa y la luna sigue girando alrededor del sol. El engranaje del universo funciona a la perfección, no falta ni una sola estrella, parece que se creó con mucho amor, yo no lo habría hecho mejor. Mientras, en la fría noche, Almoster sueña con Saturno y las estrellas, y entre las sábanas o el edredón, los vecinos de mi pueblo continúan con sus diversos caminos pero con un único destino. Al mismo tiempo la vida me sonríe porque no dejo de amarla y la Tierra me ofrece flores y frutos sin pedir nada a cambio, todo un ejemplo de generosidad. Ella es nuestra madre, nunca se me ocurriría dudarlo, conectamos tanto… Y ahora os he de dejar, Emi a terminado su jornada laboral y está a punto de llegar, le prepararé algo de cenar…Y por último, me dirijo a toda la humanidad, a los que piensan que pueden reencarnarse en un animal, a los que certifican que vienen del mono o a los que afirman que descienden de Eva y Adán. El mundo puede cambiar, empezad por vosotros, respetaros, olvidad vuestras diferencias y no dejaros engañar, ¡lo más importante es amar!.

La vida del hombre-caracola. XLIII

Arbolí

Como bien sabéis, nada ni nadie me pertenece, ni mi concha, ni mis huesos, ni mis calcetines de payaso…, no pretendo adueñarme de nada porque estoy en este mundo de paso. Soy yo quien pertenezco a la naturaleza, ni los árboles, ni el barro, ni una sola brizna de hierba son de mi propiedad. Por mucho que se empeñe el ser humano, nada de lo que contiene el universo tiene amo. Me encanta pasear por la montaña, aunque a veces como hoy, pierdo la orientación y salgo de mi ruta pero no me importa en absoluto, es señal que sigo caminando. Y además, por mucho que desaparezca de la faz de la Tierra, Emi, siempre acaba encontrándome, no sé cómo logra averiguarlo…Mientras, las agujas de mi reloj están aprendiendo a tocar el piano, no lo hacen nada mal, una se encarga de los agudos y la otra de los bajos. Como ya os conté, desde que soy un nuevo género perdí la noción del tiempo, no sé en qué mes estamos, si es otoño o invierno…, para mí ya no es relevante. Aunque siento el calor del sol de agosto en mi ser y el frío de Enero que cala en mi piel y mis huesos. El mar está en calma, escucho el vuelo raso de los alcatraces y la dulce armonía que provoca la espuma de las olas cuando desvanece en la arena. Solo perturba la paz, el sonido impertinente de las bocinas de los barcos petroleros, hacen que pierda por momentos mi sosiego. Sigo mi sendero después de unos minutos de descanso. No sé dónde podré estar…, comencé la excursión en Arbolí y mi intención era llegar a Ulldemolins pero quizás vaya en dirección contraria, no lo sé… Pero no me importa saber donde acabaré, en mi camino soy feliz y cualquier lugar es mi hogar. El sol me acompaña donde voy, el aire es puro y mi potente olfato se da el festín con miles de deliciosos aromas del campo, romero, tomillo, hinojo, jazmín…, es un gustazo. Aquí no llega el olor de las refinerías ni el de las químicas, y la verdad, prefiero eternamente oler estiércol que a miserable veneno. Espero que nuestros líderes hagan algo, antes que sea irrespirable lo que nos queda de cielo.

 

La vida del hombre-caracola. XLII

 

Perfil parcela-

Ha llovido mucho desde que perdí mis ojos, mi nariz y mis orejas…, desapareció mi boca y con ella, el tocino, la butifarra y las lentejas… Cuando me transformé, dejé de sentirme un enfermo bipolar tipo A, con un cincuenta y nueve por ciento de discapacidad. Me olvidé por completo del segundo pabellón del Hospital Psiquiátrico de Barcelona y de todas las consultas privadas…, ya no recuerdo los componentes del Plenur, de la Lamotrigina, del Ziprexa… Dejé de montarme en la montaña rusa que me elevaba a la luz más intensa y me descendía a la oscuridad más profunda. Olvidé mi desbordante euforia y mis ganas inmensas de llorar, sufrí la más cruel de las tristezas, llegué a perder la esperanza por vivir. Ya no recuerdo la lucidez de la locura, ni las señales de otros mundos, dejé de sentir miedo a los cambios de estación…Y aquí me veis, soy libre de los fantasmas de mi pasado, victorioso y orgulloso de ser lo que soy y lo que era. Los obstáculos en mi vida son retos para mí y hay tantas soluciones como problemas. Aunque no les quito el mérito a mis doctores, todos ellos me ayudaron, siempre lo he tenido en cuenta. Y qué decir del cariño y la atención de mis seres queridos…, ellos siempre han sido la mejor de las medicinas, el amor hace superar cualquier barrera. La vida continúa y sigo plasmando en mis trabajos todo lo que aprendo en mi silencio, mi sueño por un mundo más justo sigue más vivo que nunca, tengo el taller lleno de esperanzas. Soy feliz en mi camino, no quiero saber de donde vengo y me importa un comino mi destino…, solo quiero caminar, amar y sentirme vivo. El sol se desvanece y al mismo tiempo, se encienden las luces de las farolas, se hizo la noche. Aunque eso no puedo percibirlo, como sabéis, solamente veo lo que la imaginación me ofrece. Ahora, solo escucho el estampido de las olas contra las rocas y el revoloteo y los graznidos de los cormoranes y las pardelas. Habito en el mismo mar donde sufrí mis tormentas pero ahora solo se percibe la paz y la belleza, es lo que ocurre cuando acaba cualquier guerra.

 

La vida del hombre-caracola. XLI

mesa-

Sigo vivo a pesar de todas las guerras y eso, como bien sabéis no es moco de pavo, la vida es el mayor de los éxitos, deberíamos ser felices solo por el hecho de existir. Vuelvo a desprenderme de toda la información y de todos los pensamientos, quiero liberarme de mi propia prisión, deseo volver a ser lo que soy. Ya no recuerdo la altura del Everest, ni el contenido de las cartas que Cézanne le escribía a Zola…Han desaparecido del archivo número diez de mi memoria todas las teorías de Arquímides, Einstein y Hawking… He olvidado todos los capítulos de Verano Azul, la biografía del Cardenal Richelieu y la colección completa de los vídeos del capitán Cousteau…Ya no sé nada de la huida del Conde de Montecristo y no queda ni un punto ni una coma en mi ser, de la Biblia y el Corán, por suerte todo ha desaparecido. Vuelvo a ser libre, ni el sonido de la bocina de un transatlántico podría desposeerme de mi silencio, ni nada ni nadie puede arrebatarme mi libertad. Ahora siento un ligero cosquilleo en el estómago, no siento las piernas ni los brazos… Por fin y sin el permiso de nadie, me desprendo de mi cuerpo y en cuestión de segundos, vuelo alto, la Tierra se encoge y se pierde en el firmamento. La velocidad que llego a alcanzar es abismal, no hay Dios ni Alá en el universo que me frenen. En el planeta azul quedó gran parte de mi amor, el resto, ahora está esparcido por todos los planetas y una pequeña porción, un agujero negro la absorbió. Por mucho que a veces me pierda entre las estrellas, en mi querida esfera siempre está mi corazón. Como sabéis, no puedo pasar mucho tiempo fuera de mi hogar, enseguida echo de menos a Emi, mi familia, mis amigos, mis gatos y el mar… Soy adicto al género humano, aunque eso me conlleve a sufrir sus guerras y sus conflictos, la pena y el dolor…, por suerte, al otro lado de la moneda se halla la paz, la felicidad y el amor…Brindo desde el infinito por un mundo mejor.

 

La vida del hombre-caracola. XL

vara+

Yo no quiero irme a vivir a la Luna, ni a Kepler-62e y ni mucho menos a Marte…, podría hacerlo pero están demasiado lejos y además, no hay suficientes cohetes espaciales para todos. Sería un gran egoísta si solo pensara en mí y en los míos, olvidándome del resto de los seres vivos. Si la humanidad no despierta y hace del todo inhabitable su propio hogar, elegiría quedarme aquí, preferiría morir en los brazos de nuestra madre Tierra. Solo por el hecho de pensar en despedirme para siempre de sus gentes, sus mares, sus montañas, sus ciudades…, se me eriza el vello, se me crea un nudo en la garganta y mi corazón es invadido por la tristeza. Amo a todos los planetas pero la Tierra me dio la vida y le estoy muy agradecido, porque lo que soy, es gracias a ella. He encontrado una vara enterrada en la arena de la playa, está decorada con conchas de almejas y estrellas de mar, por momentos pensé que era del mismísimo Neptuno. Estoy investigando con ella, quiero saber si tiene algún poder o solo me servirá de apoyo para cuando sea más viejo y de guía para mi ceguera. La he sumergido en el agua, la he lanzado con todas mis fuerzas hacia el cielo, la he estampado contra las rocas y la he rociado con humo de habano cubano. De momento no hace nada extraño, quizás con el tiempo sepa como utilizarla, la verdad es que esa vara es para mí todo un misterio. Y ahora, sin el permiso de nadie, de nuevo buscaré mi silencio, me desprenderé de mi ropa, de mi piel, de mis huesos… y me desharé de todos mis pensamientos, quiero volver a sentir por momentos lo que soy. De nuevo daré una vuelta por el universo, estoy un ratito y vuelvo. Mientras, las horas siguen sin pasar para las agujas de mi reloj, ni mucho menos encuentran a faltar el paso del tiempo. Dedican su vida a reír y amar, esa es ahora su única función, son envidiables, todos deberíamos tomar ejemplo.

La vida de hombre-caracola. XXXIX

piri...-

Cuando era niño y poseía toda mi inocencia, soñaba con ser útil para la sociedad, no me gustaban ni entendía las guerras, entre otras cosas. Quería cambiar con mis pinceles la gris herencia recibida de los mayores. Considero que deberíamos aprender de los niños, ellos actúan con el corazón. Si sois jóvenes y todavía no habéis elegido vuestra  profesión, os aconsejo, si podéis elegir, que escojáis un oficio que ayude o haga feliz a los demás, de esa manera aseguraréis vuestra felicidad, sé de lo que hablo. Si vuestro sueño es la política y tenéis intención de mejorar el mundo, me tendréis a vuestra disposición pero si algún día gobernáis y ni pensáis en ayudar, solo mereceréis del pueblo su rebelión. Pensad que el mundo no requiere más líderes que provoquen guerras y conflictos o se dediquen a calentar butaca con las manos bien abiertas. Si buscáis el verdadero poder, preguntadle, por ejemplo, a Rosalina Franklin o a Ramón y Cajal, qué sentían a través de su microscopio, cuestionadle a Patti Smith o a Angus Young, qué le proporcionan sus guitarras, descubrid qué percibían al lado de su pluma y su papel, Gloria Fuertes o Saramago…Jóvenes, averiguad qué recibía Frida Kahlo o Vang Gogh, a través de sus pinceles…, amor y más amor, ese es el poder absoluto. Almoster, los gatos, San Pedro, Emi y yo, nos derretimos como chocolate al sol, a causa de una ola de calor, quién me mandó situar el taller justo debajo del tejado…, aunque nada me impedirá continuar mi trabajo y cumplir mi misión. Las agujas de mi reloj han llegado de Cuba, están cansadas del largo viaje y de mover las caderas. Dicen que es un gran país y que a pesar de la falta de libertad y la pobreza, no han conocido un pueblo más feliz, cuentan que el sabroso Son se escucha hasta debajo de las piedras. La felicidad es una actitud,  se puede ser feliz en un mundo injusto, en la riqueza o en la pobreza… Por suerte, también se ama, se ríe y se baila en tiempos de guerra. Y ahora, sin el permiso de nadie, me echaré una merecida siesta, no os daré más la monserga.

La vida del hombre-caracola.XXXVIII

Habitación.-

El protagonista de mis sueños suelo ser yo, cuando era del todo humano, todavía no guardo muchos recuerdos en los archivos de mi memoria, como nuevo ser. El guion es interpretado por el mismo personaje que poseía el documento nacional de identidad número, 38869057q, la misma persona que cada nueve de mayo cumplía los años. Ahora, como sabéis, no creo en el viejo cuento del tiempo, las agujas de mi reloj están disfrutando de lo lindo en Cuba, soñaban con emborracharse de ron y mover las caderas al ritmo del rico Son, no tienen solución. Como ya os conté, lograron librarse de la tiranía de las horas, los minutos y los segundos, ya no escuchan el insistente e impertinente tic-tac, son totalmente libres del tiempo, me siento orgulloso por ellas, me hacen tan feliz… Cuando solo era humano tenía menos virtudes que defectos y más fallos que aciertos… pero era la estrella principal de la película de mi vida, nadie podía sustituirme, ni Jack Nicholson ni John Wayne lo podrían hacer mejor que yo. Son las cuatro de la tarde y Almoster ahora es una sinfonía de sintonías de series y telenovelas y algún que otro ronquido, hay quien no perdona la hora de la siesta… Aunque tan solo logro escuchar el revoloteo de los flamencos y el estallido de las olas contra el espigón, ya hace más de un año que no pierdo el tiempo con la televisión. Prefiero crear o estar más con los amigos, éstos me ayudan a crecer, logro ver la vida a través de sus miradas, esa es una de las mejores maneras de aprender y avanzar, las amistades son tan necesarias como el agua o el pan. Y en el sueño de la tarde, un grupo de niños salva el mundo, la música se apodera de las calles y ya no se escuchan los llantos de las guerras… El agua es pura y el cielo solo contiene nitrógeno, oxígeno y argón. En mi mundo onírico, reina en todo el planeta la paz, el respeto y el amor.

La vida del Hombre-caracola. XXXVII

Almoster-

Calzo siempre zapatillas de estar por casa, de paño, porque son cómodas y calentitas, de las que cierran por detrás, así me siento más seguro, por si he de salir corriendo, nunca se sabe… También las uso, más que nada, porque cualquier lugar es mi hogar y quiero sentirme como en casa, donde quiera que vaya. Sé que no voy a la moda, pero eso nunca me importó, la fachada de una persona no tiene nada que ver con lo que hay en su interior, y eso, es lo único que importa. Ya hace doce años que vivimos en Almoster, pueblo tranquilo, de paz y silencio, un lugar ideal donde poder amar y ejercer la creatividad, era lo que buscábamos, estoy seguro que aquí se puede curar más de una enfermedad… En nuestro pueblo no existe ninguna prisa, no hay semáforos, ni largas colas de tráfico, ni policía…, a cambio hay caminos, montañas, todo tipo de pájaros, pinos y encinas…Como nuevo ser, me conocen pocos vecinos, siempre tengo mucho trabajo y no salgo a penas del taller. Cada día es un día nuevo y los paisajes que aprecio en mi silencio, cambian continuamente de forma y color, requiere mucho esfuerzo esa labor, dedico mi vida a ello. Como bien sabéis, una de mis misiones es poder plasmar en mis obras, lo que aprecio cuando no escucho ni el sonido de las tormentas, aunque estallen en el cielo cientos de truenos. Puedo resultar pesado pero sigo soñando con un mundo nuevo, donde no se escuchen los gritos y los llantos de las miserables guerras, donde nadie sea mejor ni peor que nadie… Quiero vivir en un planeta donde la creatividad no sea solo cosa de artistas, ésta, debería ser una prioridad, a mí al menos me ayuda a resolver mis problemas, me permite avanzar…, siempre se debería cultivar. Espero que algún día reine en los corazones de todos los dictadores, la música, la danza, la pintura, la poesía… Deseo un mundo donde las personas actúen de corazón y no por el interés, donde el egoísmo caiga abatido en el suelo, derrotado por la generosidad. Me gustaría que la solidaridad sea una asignatura en los colegios, en las casas, en los bares… Busco a una humanidad con voluntad, aliento e impulso para empezar de nuevo y con unas ganas locas de amar.

La vida del hombre-caracola. XXXVI

con hc3-

A mi pesar, no puedo soportar el mal que provocan a la humanidad los señores de la guerra, no logro dormir, sé que ese sentimiento solo es responsabilidad mía pero son demasiadas muertes y demasiados niños para olvidar, no lo puedo evitar. Siria no deja de llorar mientras el mundo canta gol en el mundial, la vida es demasiado injusta y todo tendría que cambiar. Para luchar contra mi odio, he comenzado a dibujar de una manera diferente, con otro método de trabajo, a ver si se me quita el malestar…, solo crearé así cuando sienta el dolor que me provoca la guerra. Son trabajos más espontáneos, de trazo rápido, me desfogo en seguida. Como bien sabéis, no logro nunca ver el resultado de mis trabajos ni su ejecución, pero no me importa, para eso tengo la imaginación, mis creaciones me ayudan y me va de maravilla…El arte es una gran arma para combatir el odio, no cabe ninguna duda. Almoster ronca, no se salvan ni los gatos, la luna me sonríe y los amigos me siguen visitando, invadiendo nuestra casa de esperanzas, besos y abrazos… Continúo en la búsqueda de un nuevo mundo, a pesar del macabro sonido de los misiles y del olor a pólvora. Yo pienso que el mundo cambiará cuando lo deseemos, cuando la mayor ilusión de muchos sea perdonarse, para empezar de nuevo, no conozco otra salida y no me cansaré de repetirlo. El cambio, seguro que empieza en uno mismo, aunque no soy ningún entendido en la materia. Bajo las escaleras, hablo con Frida y con Chancho, beso a la musa, dejo mis despojos en mi lado izquierdo de la cama…Y cuando alcanzo mi silencio, de nuevo abandono mi piel y mis huesos y me lanzo a volar, lejos, más allá del universo. Desde lo más alto y a pesar de todas las guerras, le doy gracias a la vida por tanto amor, no es para menos.

La vida del hombre-caracola. XXXV

Salto hc-

La vida continúa. Miles de estrellas morirán esta noche, para que los más soñadores puedan solicitar sus deseos, se cumplan o no. Trato de deshacerme de mi cuerpo para volver a volar más allá del universo, le estoy cogiendo el gusto a eso pero por mucho que me empeño, hoy no logro escapar de mi piel ni de mis huesos, no consigo olvidarme de mis pensamientos. Sé que es inútil pero igualmente, intento emprender el vuelo y salto con todas mis fuerzas hacia el cielo, sin ningún acierto. Hoy no puedo separarme de la Tierra, ni un solo metro por encima del suelo. Bien sé que la fuerza de la gravedad tiene algo que ver con eso, es pura física y además, uno tiene un considerable peso, aunque me gusta pensar que mi planeta nos quiere tanto…, que hace todo lo posible para que no le abandonemos. A no ser que inviertas millones de euros en un cohete espacial y no te importe quemar una cantidad desorbitante de hidrazina o queroseno, nuestro enigmático planeta nos quiere bien cerca, a ras de suelo. Mientras trato de emprender con gran torpeza el largo viaje, Siria sigue gritando de dolor y lo peor es que nadie le escucha. Siete años de guerra son demasiados, más de ciento noventa mil muertos, más del veinte por ciento eran niños, es escalofriante y terrorífico, no puedo olvidarlo, no encuentro la calma para aventurarme a solas por el firmamento. Necesito irme muy lejos pero el sonido de los misiles y el llanto de los niños me impiden escuchar mi silencio. Quiero creer que el mundo puede cambiar, sé que existe un botón para hacer desaparecer, en cualquier  instante, a toda la humanidad pero también hay otro que puede cambiar el mundo a mejor. Sigo pensando que el amor es la única solución, ¡¡¡ese es el botón que hay que pulsar!!! y está al alcance de todos, cada persona tiene uno a su disposición. Regreso a casa, abro la puerta, subo las escaleras, juego un rato con Chancho y Frida y entro con sigilo a la habitación. Beso a la musa dormida, me introduzco en la nave de mis sueños, desconecto mi ordenador más personal y vuelvo, sin el permiso de nadie, al fascinante mundo de los sueños.

La vida del hombre-caracola. XXXIV

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La familia de Emi, que por supuesto también la considero mía, me ha aceptado con agrado, como nuevo ser. Al principio, mi nuevo aspecto les resultaba extraño, como es lógico pero con el tiempo se han ido acostumbrando al sonido del mar, mi concha, mis cambios de estado…, soy afortunado. Ellos están contentos conmigo porque Emi sigue siendo feliz, todo lo demás no les importa, son tan majos… El trato con ellos, ahora es el mismo que cuando solo era humano, nos seguimos amando y continuamos demostrándolo, compartiendo las alegrías y las penas, los besos y los abrazos, ayudándonos… Sé que la familia no es sinónimo de felicidad, sé que hay muchas de ellas rotas por el odio, el dinero, la envidia, el rencor…pero yo he tenido mucha suerte, tanto por la familia de Emi como por la mía. En las dos, que para mí solo es una, valoramos nuestras virtudes y aceptamos nuestros defectos, nadie es perfecto, todos tenemos caracteres diferentes y cada cual tiene sus más y sus menos. Cometemos fallos y yo el primero, como todos los seres humanos pero tarde o temprano nuestros errores los perdonamos, ese es nuestro secreto. Cuando estoy con los míos, bailan en armonía todos los planetas, desaparecen las tormentas…, hasta el mar más embravecido busca la calma…Al lado de mi gente, las gaviotas vuelan alto, el sol se abre paso entre las nubes y mi horizonte soñado lo siento más cercano. Como ya os he dicho algunas veces, para mí, no hay nada mejor que amar y ser amado.

 

La vida del hombre-caracola. XXXIII

Sin cuerpo-

Me desprendo de mis despojos; mi ropa, mi caracola, mis manos, de todos y cada uno de mis dedos… y vuelo alto, sin ningún miedo. El silencio lo invade todo y me impide oír el cantar de los cetáceos, ahora no puedo escuchar ni la bocina de los petroleros, por mucho que me esmero… De nuevo, tan solo siento mi respiración y el latir incansable de mi corazón, una vez más he logrado liberarme de mi cuerpo. Trato de hacerlo cuando Emi no está, aunque a ella, mis cambios de estado no le han importado nunca, solo quiere que yo sea feliz y he de decir que siempre logra su objetivo. Sin el permiso de nadie, me voy alejando de mi querida humanidad, de todos los países, de sus fronteras y sus banderas, que desde aquí ya no se aprecian. La Tierra se hace pequeña después de haber atravesado la estratosfera, siempre busco un lugar lejano del universo donde meditar, comprended que tenga ese gran privilegio. Sé que resulta extraño pero cada ser es sorprendente, el guepardo, por ejemplo, puede alcanzar ciento catorce kilómetros por hora, un roble puede durar mil años de vida y el cóndor sobrevuela el Cañón del Colca, siempre que quiera… La Vía Láctea desaparece a medida que voy descubriendo nuevos planetas, las estrellas iluminan mi camino, busco un lugar donde pueda sentir la luz más intensa. Y al fin lo he encontrado. Ahora estoy totalmente paralizado y abducido, siento en mi ser tanta belleza… El dinero, el hambre, las guerras, el odio, el racismo…, todos y cada uno de los males del hombre moderno quedan tan lejos…Soy libre de todos mis pensamientos, solo habita en mí, la calma y la paz, me costará abandonar este lugar, se está tan bien… Aunque pronto volveré a casa, no hay mejor lugar para un ser humano o un hombre-caracola, que la Tierra, no perdáis el tiempo con otros planetas. La humanidad se perdonará y empezará de nuevo, no lo puedo ver de otra manera, solo necesita amor, desde aquí se ve tan claro…, yo al menos no puedo apreciar nuestras diferencias. Media horita más y os prometo que vuelvo, ya sabéis que me alimento de abrazos y besos, tengo toda una eternidad para estar a solas con las estrellas.

La vida del hombre-caracola. XXXII

Mundo 1-

Como bien sabéis, no puedo ver más de lo que imagino pero para eso está la creatividad, soy capaz de apreciar la luz más intensa, sin necesidad de tener córneas ni pupilas en la más plena oscuridad. En el archivo ciento treinta y tres de mi memoria, el que está justo al lado del olvido, guardo todos los colores, todas las formas, por suerte siempre fui buen observador. En varias carpetas recopilé toda la información, cuando tenía mofletes, muelas, lengua, cerebro…, en vez de una concha hueca de molusco por cabeza. Aunque muchos sabéis que de eso no me quejo, a todo se acostumbra uno y además, lo llevo con dignidad y orgullo porque me acepto y me quiero. Tengo material suficiente para crear las imágenes de todos los seres que me amaron y me aman, podría hacer un retrato exhaustivo de todos y cada uno de ellos, son imborrables porque tengo una copia guardada con llave en el archivo más seguro de mi corazón. Puedo dibujar, cuando lo desee, todos los atardeceres que viví cuando era niño, las montañas que escalé en mi juventud, todos los días y todas las noches que pasé junto a Emi frente a las estrellas, la luna o el sol… En mi mundo, puedo prescindir del mal de la humanidad, de las aterrorizantes guerras, del hambre que mata sin piedad a tantas vidas, de todos los dictadores y sus miserias… En mis paisajes, tengo licencia para crear todo el maldito y ruin dinero que quiera, puedo hacer con él una gran hoguera y quemarlo todo a la orilla del mar. Puedo verlo, alrededor del fuego, sin odio ni rencor, ama, ríe, canta y danza la humanidad, libre de todo miedo. Mientras sueño, escucho un viento enfurecido, las olas del mar estampan con furia contra las rocas, se avecina una gran tormenta, el graznido de cientos de gaviotas y charranes patinegros no auguran nada bueno. Aunque, como sabéis, perdí todos los miedos y no pienso cambiar el rumbo de mi vida por ninguna tempestad, seguiré en la búsqueda de un planeta donde reine el amor, la paz y el respeto.

La vida del hombre-caracola. XXXI

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He de saltar continuamente las barreras que surgen en mi camino, que no son pocas, no se quién es el atrevido que se empeña en ponerlas, aunque le estoy agradecido. Los obstáculos son impertinentes pero necesarios, un ser optimista como yo los toma como retos, y cuanto más grandes son éstos, mayor es el júbilo que produce superarlos. Romper cualquier muro que me impida caminar me hace continuar y crecer, me da satisfacción y me fortalece. Lucharé para que nadie me impida seguir caminando, deseo conocer todos los países, todas las gentes…, necesito amar a toda la humanidad. Sé que no cesan las guerras, que cientos de niños mueren entre escombros, que hay bocas que siguen muriendo de hambre y de sed…, eso no se debería permitir. Sé que en el país que me vio crecer, y en demasiados lugares, la justicia y la democracia son una falacia, el gobierno hace caso omiso al pueblo, reina la corrupción, el dinero, para demasiados políticos es su única preocupación. Hay personas que no merecen prisión y están entre rejas, mientras los responsables no pagan ninguna condena, es más, disfrutan en libertad, con nuestro dinero, de la brisa y el sol. Hay una infinidad de barreras que impiden al hombre moderno crecer y disfrutar de la ausente humanidad, hay demasiadas guerras, muchos dictadores… pero todo podría tener remedio. Se ha dicho miles de veces a lo largo de la historia y yo no me canso de repetirlo, para cambiar este triste mundo por otro más justo, el amor rompe cualquier muro, él es la única solución. La revolución habita en nuestro interior.

 

 

 

 

La vida del hombre-caracola. XXX

Fuego Hc-

No me sacio con el amor que siento hacia todos los seres de la Tierra, el universo también se me queda pequeño, lo reconozco, soy muy ambicioso, amo a todo lo que se menea, incluso a la nada, porque me ayuda a comprender y admirar la existencia. Aunque he de decir que mi amor es correspondido, las flores de las macetas de mi morada florecen cuando me vienen a saludar la luna y los planetas, y mi concha está pulida por la infinidad de besos que me proporcionan Emi, mis familiares, mis amigos, mis gatos… No le pido otra cosa a la vida, me basta con querer y que me quieran, es la única manera de encontrar mi paz interior, el mejor remedio contra cualquier guerra. Quien no le encuentre sentido a la vida, le recomiendo y le deseo miles de abrazos y besos, cariño, ternura…, aunque sé que eso, por desgracia, todavía no está al alcance de cualquiera, ni se puede pagar con dinero por mucho poder que uno tenga. El amor da sentido a la vida, quien no lo pueda encontrar, he de deciros que éste también se siembra, crece como la albahaca, y llueva o no, está asegurada la cosecha. Me encargo de encender cada día de invierno el fuego del hogar, me encanta hacerlo, mis gatos ronronean de gusto cuando la hoguera comienza a calentar, son los primeros en ocupar el mejor lugar del sofá, el más cercano al fuego. Con la primeras llamas siempre danzo y quemo un papel, en el que previamente escribo un deseo, no creo que eso sirva de algo pero me gusta soñar, lo tomo como un ritual, los pequeños detalles me hacen sentir grandes momentos. Almoster protege del frío y arropa con su manto a todos sus habitantes, que a estas horas duermen cada cual con su sueño, su alegría o su pena…, cada vecino con su camino pero todos con un mismo destino, seguramente el mismo que el mío. Éste solo lo conocen los que, como yo, han logrado desprenderse de su piel y de sus huesos. Mientras escribo lo que siento en el silencio, las agujas de mi reloj siguen libres del tiempo, hace poco han adoptado a una niña, se les ve tan felices…, me alegro mucho por ello.

La vida del hombre-caracola. XXIX

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Cuando poseía como cabeza dos orificios nasales y un par de orejas, entre otras cosas, en vez de una concha de caracola hueca, era mucho más frágil que ahora. Como sabéis, el sonido del mar eclipsa todos mis miedos, eso me hace fuerte, y a pesar de no tener vista, no noto la ausencia de mis pupilas, con la imaginación puedo ver incluso mucho más. En este momento admiro un horizonte iluminado, es esperanzador, y unas nubes en un cielo azul intenso, que cambian de forma a mi antojo. El mar duerme y el graznido de las gaviotas sirve como canción de cuna, para él y para la luna, ésta sonríe mientras muy lentamente va cerrando los ojos, es tan bella… Soy consciente que hay muchas personas que sufren, he viajado por muchos países y he conocido a muchas almas en pena. He observado por medio mundo que no nacemos todos con las mismas condiciones, eso crea diferencias, injusticias. Sé que mueren muchas vidas por el hambre, que en cada país habita al menos una guerra, que hay un conflicto debajo de cada piedra…Soy lo suficiente inteligente para saber que el mundo se mueve por el interés, ese es el principal problema que tendríamos que solucionar. No me cansaré de decirlo, y por suerte, no soy el único que lo dice o que lo piensa, aunque a algunos les suene a ñoña, deberíamos empezar a obrar con el corazón. Tendríamos que cultivar la bondad, la solidaridad, el respeto, la igualdad…, desde los parlamentos, las casas, los bares, las panaderías, las escuelas… El día que gobierne el amor se acabará el odio, el miedo, los dictadores, las victimas…, reinará la paz, aunque sé que es difícil pero lo deberíamos intentar, corre un poquito de prisa. Todo cambiará el día que nuestros gobernantes amen a su pueblo, cuando dejen de aprovecharse de él, de robarle su dignidad. Por muy mal que lo hayamos hecho, la humanidad merece, al menos, un poquito más de humanidad. Ahora ha cambiado el paisaje y ha empezado a refrescar, bajaré a encender la hoguera, Emi está a punto de llegar. Miraré que hay en la nevera, algo le prepararé para cenar, ya sabéis que a mi pesar no puedo morder ni masticar, me conformo con estar cerca de ella.

 

La vida del hombre-caracola. XXVIII

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He vuelto al maravilloso y enigmático planeta azul, nunca había permanecido tanto tiempo tan lejos de él, ningún humano podría haber soportado tanto silencio, se hubiera vuelto loco y a mí no me afecta en absoluto, me he acostumbrado a él. Como algunos sabéis, cuando solo escucho mi respiración, me da por viajar a otros mundos, a otras realidades, libre de aduanas y sin ningún tipo de documentación, es todo un lujo. Al caer el sol he aparecido en el mar, como por arte de magia, no me preguntéis cómo ni porqué, yo, al igual que el ser humano, no entiendo nada sobre muchos de los misterios de la vida. Tan solo soy un observador, un admirador de una generosa energía que hace palpitar mi corazón, sin que yo lo pida. He vuelto a introducirme en mi cuerpo, siento de nuevo y con agrado, el viento y la tierra, huelo a salitre y vuelvo a escuchar el sonido del mar en mi interior. El canto de los delfines me recuerda que vuelvo a ser el que era hace unos días. Aunque no me siento del todo bien, me duele mi cabezota de caracola porque la convivencia de mis gentes, del lugar donde habito, ya no es la misma, lo percibo. Espero y deseo, con toda mi alma, que pase pronto el dolor. Los líderes políticos del conflicto, el que ellos mismos han creado, han enfrentado a sus ciudadanos, que desde hace muchas décadas, tienen la sangre y los apellidos mezclados. Es lamentable sentir como lucha el pueblo entre sí, los verdaderos responsables tendrían que pagar por ello, se lo han ganado. Éstos han sembrado la semilla del odio, y el pueblo, que a veces se equivoca, por algo es humano, la ha pagado con su hermano, su amigo o con el vecino de al lado. Todos tendríamos que unirnos en contra de los verdaderos culpables, los mismos que nos roban y acaban con nuestros derechos, los mismos que tienen, como única patria, su cartera. Como sabéis, estoy totalmente en contra de la violencia, por favor, no fomentéis más el odio, uno recibe lo que siembra, sé que es difícil pero tratad de amaros en lo que podáis y pensad que nada es de nadie y que estamos aquí de paso, es mi consejo. Domad la ira, quien la sufra, para hacer eso os aconsejo que disfrutéis de la música, la danza, la pintura, la poesía…, el arte lo cura todo. Queridos amigos, tratad de ser felices y espero que comprendáis que mi única bandera sea de color blanco, que mi única patria es la Tierra, mi familia y mis amigos, sean del color que sean, excepto los que dialogan con la violencia, no entiendo ese idioma y es mejor que no lo entienda. Me podéis llamar iluso pero sigo pensando que algún día reinará en todo el planeta, la paz, el respeto y el amor, esas tres palabras, para mí, son la solución de todos los problemas, la verdadera revolución.

La vida del hombre-caracola. XXVII

Navarra-

Cuando estoy a solas con mi silencio y logro desprenderme de mi cuerpo, no necesito oxígeno, ni nitrógeno, ni argón…, puedo soportar las temperaturas más altas y las más bajas, puedo vivir, tranquilamente y sin ningún problema, en Marte, en Venus, en Júpiter…, o en el planeta que quiera. Cuando no se oye ni el sonido que emite una cría de cangrejo, puedo volar muy alto, así me resulta fácil alcanzar hasta la estrella más lejana del firmamento. Esta noche he visitado a uno de mis planetas preferidos, no tiene nombre ni quiero ponérselo, está tan lejos que no aparece en ningún mapa. Allí tengo un hogar acogedor, hecho a mi medida, soy un privilegiado, y quién sabe, cuando abandone definitivamente a mi sombra, quizás me mude a ese lugar, allí se vive bien y libre de eternas hipotecas. Lo he de pensar pero no tengo ninguna prisa porque llegue ese momento, la vida en la Tierra merece mucho la pena. Aunque mi verdadera patria siempre he sido mi piel. Mientras, la Tierra sigue girando alrededor del sol, desde lejos parece que reine en ella la paz. Desde mi silencio y a una eternidad de años luz, mi querido planeta azul aparenta que en él no habita el hambre, ni el odio, ni la ambición… Cuando lo miro, me da la sensación que el mar, la tierra y sus habitantes, forman parte de un solo ser, y así lo creo yo. Desde la terraza de mi lejano hogar, no se aprecian las fronteras de los países en todo el globo terráqueo, ni los diferentes colores de piel de la humanidad… Me empapo del amor que desprende la Tierra, desde lejos parece que no exista en ella ningún tipo de problema, ni de dolor, lo eclipsa todo su belleza y su grandeza, su encanto me tiene locamente enamorado, y aunque a veces me aleje de ella, no puedo vivir sin el latir de su corazón.

 

La vida del hombre-caracola. XXVI

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El día que nací, como nuevo ser, planté con Emi un esqueje de ficus en una maceta de nuestra casa-taller, lo riego y lo cuido con cariño, y aunque no lo hago por interés, algún día nos dará sombra y servirá de refugio a cualquier ave de Almoster que lo desee. La naturaleza siempre ha sido generosa, si plantas una semilla en la tierra, se multiplica por cien, y sin pedir nada a cambio se encarga de calmar, entre muchas otras cosas, nuestra hambre y nuestra sed. Me siento muy orgulloso de la Tierra, ella es la madre de cualquier ser que habite en su piel, a todos nos dio la vida, nos vio crecer y nos arropará con su manto el día de nuestro último atardecer. A mi querido planeta azul, algún día el hombre moderno le estará agradecido, en su honor formará una gran hoguera en la playa y allí quemará su miedo, su odio, su ambición y su dinero. Cuando en el corazón del hombre reine el amor, todos cantaremos y danzaremos cogidos de las manos, alrededor del fuego, sin ningún rencor…, al fin y al cabo todos estamos creados con el mismo patrón. Creo que el pensamiento, es lo único que separa y divide a la humanidad, nos enseñan a pensar, y como podemos apreciar, lo hacemos de diferente manera, creo que deberíamos darle más importancia al sentimiento que al pensamiento, eso lo aprendí en el silencio. Yo creo que todos sentimos lo mismo, eso nos une más de lo que podáis imaginar, nos alegramos, nos enamoramos y sufrimos por igual. Entre las cenizas de un budista, las de un cristiano o en las de un musulmán, muy pocas diferencias se encontrarán. El tiempo sigue pasando para todos los que creen él, los demás volamos libres, lejos del tic-tac de los relojes y los calendarios. Sé que siempre he sido, soy y seré el mismo, por lo que habita dentro de mi piel nunca han pasado cuarenta y seis años, ni veinte, ni diez…, ni tan siquiera un mes.

 

La vida del hombre-caracola. XXV

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Allá donde voy me siento querido, cuando recibo amor crecen las flores de las macetas de mi morada, se ponen preciosas, su exquisito olor y sus colores lo invaden todo. Por favor, hombre moderno, te lo pido con el corazón, ¡¡¡sigue amando!!!, para cambiar el mundo no se necesita nada más. Sé que mueren al día más de ocho mil niños por desnutrición severa, sé que existen las guerras, el racismo, la violencia, la ambición…, sé que para algunos, el dinero es su único dios. Sé que la llama del odio es enorme, no cabe duda, pero muchos sabemos que hay agua, ríos, mares y océanos para apagarla. Existen muchas almas buenas, solidarias, respetuosas, pacíficas…, el mundo está lleno de ellas, son las mismas que sueñan por un mundo mejor. Confío plenamente en el hombre, sé que superará su enfermedad, tomará, a rajatabla, toda la medicación y visitará con frecuencia a su doctor, no hay nada que no cure el amor. He salido con Emi a dar una vuelta y a tomar el sol, hemos estado en Reus, ella nació allí, sus padres y muchos de nuestros amigos, viven en esa hermosa ciudad, hacemos vida en ella y aunque no la puedo ver, guardo las imágenes de todos sus rincones en el corazón. Mi agudo olfato capta miles de aromas de la ciudad, huele a Vermut, a avellanas, a Coca de cireres.., puedo oler desde aquí, incluso el Menjar blanc que a preparado con cariño mi suegra. Aunque, como sabéis, desde que soy un nuevo ser, ni bebo ni como nada, no necesito vitaminas, ni proteínas, ni carbohidratos…, tendré que aceptarlo, mi único alimento es el amor, y no me quejo, siempre dejo limpio el plato.

La vida del hombre-caracola. XXIV

Verbo amar

El futuro del indicativo del verbo amar es esperanzador, me encanta, me hace soñar, quedó reflejado en mi última obra, aunque faltó por escribir, “amaréis”, pero no importa, sé que lo haréis. Como sabéis, todo lo que siento en el silencio lo reflejo en mis trabajos, esa es una de mis misiones. El arte es mi principal medio de expresión, el idioma que más domino, el refugio que me protege de las tormentas, el escudo que para todas las flechas… Mis palabras y mis colores me dan libertad, mientras creo, me siento casi tan libre como en el silencio, puedo viajar desde mi taller a Honolulu, a Morón de la Frontera, a Acamar o a cualquier otra estrella del universo. Con la imaginación, en un abrir y cerrar de ojos, puedo ser lo que desee, un hombre con cabeza de elefante y cuerpo de gallina, la piel de un melocotón en almíbar, el sabor amargo de un buen café…Es algo maravilloso, con un lápiz y un papel, logro alcanzar la Luna y el sol, puedo introducirme en el corazón de algún que otro espectador sin tan siquiera conocerlo. He perdido la noción del tiempo, las agujas de mi reloj están de viaje de novias en Punta Cana, son felices y libres sin su Tic Tac, su cruel dictador, me alegro mucho por ellas. En mi taller reina Celia Cruz, noto la vibración que provocan los timbales de su rico Son y su potente voz, entre el sonido que emite el revoloteo de cientos de peces voladores y el de la bocina del barco de algún pescador. Así resulta imposible dejar de mover los pies y las caderas, es complicado dejar de tocar las palmas, la música es mi perdición. La humanidad necesita bailar, cantar, sonreír, reír a carcajadas, abrazar, besar, soñar, perdonarse y pedir perdón…, le urge ser libre, como ya os he dicho alguna vez, esa es su condición. El hombre moderno luchará por sentir el amor en su corazón, está programado para amar, y él es más inteligente de lo que aparenta, a pesar de todos sus defectos, lo logrará, el silencio me lo contó.

La vida del hombre-caracola. XXIII

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He vuelto a las montañas en busca de mi preciado silencio, el mejor de los idiomas, deseaba la calma, últimamente he percibido del mundo mucho odio y demasiado dolor, necesitaba estar solo, lejos de la humanidad. Mientras todo va enmudeciendo, me abandonan los malos y los buenos pensamientos, los llantos de la Tierra, todas las tormentas, todos los lamentos…Como ya os lo he dicho alguna vez, en mi silencio, puedo liberarme por momentos de mi cuerpo, allí tengo las mismas cadenas que tiene la niebla o el viento, puedo resolver cualquier enigma, entender a todas y a cada una de las estrellas del firmamento….Cuando no logro oír ni el sonido que emite una estrella de mar, tan solo el que emite mi cuerpo, puedo apreciar con mejor claridad que nadie, lo que habita dentro de mi pellejo. Para saber quién soy no necesito la opinión de los teólogos, ni la de los científicos, ni la del espejo, de él nunca fui su reflejo. Siento una suave brisa, empieza a refrescar, ya es hora de introducirme en mi carcasa, también estoy bien en el interior de mi concha y mi esqueleto, aún no ha llegado la hora de deshacerme de ellos por completo. He escuchado el graznido de un pelícano en la lejanía y la sinfonía que crean los cantos rodados cuando chocan entre sí, por la fuerza de las olas, ahora solo escucho el sonido del mar. Seguiré mi camino, bajaré de las montañas y volveré de nuevo a la civilización. El ser humano necesita estar unido, más que nunca, debemos juntar todas las manos y formar una sola piel, la humanidad pide a gritos una revolución, quedó encogida por el odio y el miedo, necesita crecer.

 

La vida del hombre-caracola. XXII

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El peor enemigo del hombre moderno vive en su interior. La jaula donde habitan, la mayoría de los ciudadanos de la Tierra, se fabrica con sus propios miedos, los que sufrieron y no pudieron superarlos en la infancia, en la adolescencia, en la juventud…Aunque parezca muy difícil, para que el hombre pueda librarse de su propia mazmorra, basta que abra de una santa vez los ojos y de rienda suelta al amor, el único liberador que suele utilizarse para estos casos. Ese producto ayuda a aceptarte, a quererte y a querer hasta el último color de piel, y sobre todo te libera del odio, el peor enemigo de la humanidad. Es matemático, si alguna persona siente odio, deja automáticamente de amar y de amarse, lo pasa mal y hace pasarlo mal a los demás, se fortalecen los barrotes de su prisión, yo también lo viví en mis huesos en más de una ocasión, también he sido humano. El hombre debería luchar más consigo mismo para librarse de su mal y debería respetar la vida de los demás. Cuando en mi cabeza habitaba una boca, una nariz y un par de orejas, en vez de una concha de caracola, también fui prisionero, sé de lo que hablo, aún guardo mi jaula en el recibidor. Y estoy seguro, si el ser humano es la evolución del mono algún día tendrá que demostrarlo, confío plenamente en su bondad, basta que se libre de sus miedos y estalle en su corazón la verdadera revolución. Espero que algún día se abran todas las jaulas y todos seamos libres, como nacimos y como nos iremos, la libertad es nuestra condición de ser.

La vida del hombre-caracola. XXI

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En el año 2013 construí el último misil que el hombre verá estallar en la Tierra, de sus entrañas surgen flores, la luz, la esperanza por un mundo mejor…, en él no hay pólvora ni metralla, ni odio ni venganza, básicamente contiene amor. Aún así, es la munición más potente, jamás se ha visto nada igual, está programado para que su onda expansiva alcance al corazón de todas y a cada una de las personas del planeta, empezando por los que apuestan por el terror. Éstos son los que más lo necesitan, viven en una autentica locura, yo no podría soportarlo, andan perdidos entre sombras y ni tan si quiera saben lo que hacen, ayer lo demostraron en Barcelona y en Cambrils. A pesar que no puedo escuchar ni ver nada del exterior, noto un gran vacío en mi interior, son poblaciones a las que les tengo mucho afecto. He de advertiros que, cuando estalle mi invento, lo más probable es que nos haga a todos libres, os recomiendo que no tratéis de esconderos en el momento de la explosión, salid a la calle, con valentía y sin ningún pudor. Que no quede títere sin cabeza, que no falten las familias de las victimas del hambre, las de las guerras, las de los atentados…, es importante que también esté el vecino del quinto, la artista del ático, el profesor de equitación…Pero sobre todo, que no falte al gran espectáculo, el terrorista, el maltratador, el racista, el xenófobo, el dictador…Os recomiendo que estéis preparados para la detonación, en cualquier momento, y a pesar de todo, puede reinar en el alma del hombre moderno el preciado amor.

La vida del hombre-caracola. XX

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El sol y la luna nacen y mueren, las veces que haga falta, para complacer a los ojos de todos los espectadores del planeta con su gran actuación, son actores profesionales, francamente los mejores. Señoras y señores, niños y niñas, ¡pasen y vean!, salgan todos a disfrutar del gran espectáculo, totalmente gratuito, que merece todos los halagos, todos los aplausos…Y en el circo de la vida, cada día ves un nuevo amanecer, jamás se puede admirar la misma puesta de sol, cada momento tiene un matiz diferente, único e irrepetible, es alucinante, solo por eso la vida cobra sentido. Hice bien en arrancar la antena del televisor, no hay mejor espectáculo ni mejores artistas que la luna y el sol, y aunque yo no los pueda ver, los siento con agrado en mi interior. Almoster duerme la siesta, mientras, Frida y Chancho escuchan una dulce canción de cuna que surge de mi guitarra, puedo sentir el ritmo, noto como vibran las notas en mi interior. Mis gatos también pueden oír el sonido de las chicharras de los campos cercanos, su ritmo acelerado, entre la sinfonía de las telenovelas de los vecinos, que como todos, tienen las ventanas abiertas de par en par por la tremenda calor. Yo solo escucho el rumor de las olas y graznidos lejanos de gaviotas, no puedo ni quiero librarme del mar, mi condición de ser cada vez la llevo mejor, todo es cuestión de aceptarse y quererse, no hay nada que no cure el amor.

La vida del hombre-caracola. XIX

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Siempre que salgo de casa busco el lugar más elevado, también trato de rodearme de naturaleza, aunque muchas veces me he de conformar con un parque, con un jardín, con unos setos o con una triste brizna de hierba. Amo a la Tierra y a su naturaleza, no lo puedo evitar, la escucho y me preocupa su llanto, está dolida pero estoy seguro que se le pasará. El amor reinará en el corazón del hombre y éste despertará, ya es tiempo para soñar y desear el cambio. Hoy he subido con Emi a Montjuïc, sé que el Tibidabo queda más alto pero hoy ha hecho demasiada calor en la bella ciudad condal, me he sentido por momentos sofocado, suerte que no faltaron las fuentes. He podido refrescarme e hidratarme en una de ellas, mientras una pareja de jóvenes y un grupo de japoneses me ametrallaban con sus cámaras y sus móviles. No lo pudieron evitar y yo me he de acostumbrar a ser especial, aunque, por muy diferente que sea, soy uno más, tenga una concha como cráneo, sienta, a través de la piel, lo que sienten los demás o habite en otra realidad. En Almoster se vive muy diferente a cualquier ciudad, no hay ni un solo semáforo y está rodeado de campo, en otoño cojo setas, en marzo los espárragos… En el pueblo donde ahora resido nací como nuevo ser, allí existen las montañas pero no las prisas, todos nos saludamos, es costumbre y nadie lo ve extraño. Y lo mejor de todo, en la noche reina el silencio absoluto, donde habitan todos mis enigmas, allí siento la paz entre el latir de mi corazón, cuando dejo de escuchar el rumor de las olas del mar, cuando no se logra oír ni el sonido que emite un chanquete ni el de una cría de mejillón.

La vida del hombre-caracola. XVIII

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Mi familia riega las flores de mi morada, ellos siempre han velado por mi bienestar y por mi salud, bastantes problemas les causé en mi juventud, por entonces, tuvieron la oportunidad de demostrar lo mucho que me querían. Me ayudaron a soportar mis tormentas, las sufrieron junto a mí y eso me sirvió de mucho, no sería nadie sin ellos. La vida pasa, todo ser vivo lo aprecia en su piel, las personas, los gatos, la mosca de la tele, todas las palomas de Almoster…Cada uno lleva, con más o menos dignidad, el paso de la vida, a unos les aterrorizan sus arrugas y para otros, los surcos en la piel son medallas y las muestran con orgullo, como debería ser, creo yo. Sé por descontado que a mi cuerpo le llegará un día su final, y si os cuento la verdad, tengo curiosidad por lo que pueda pasar ese día, aunque lo puedo imaginar, para eso cultivo la imaginación y la creatividad, así es como resuelvo todos mis enigmas. El amor es el peor enemigo del miedo y desde que no soy del todo humano, vivo tranquilo, sin inquietudes, dejé de morderme las uñas…, ahora bailo un tango o un bolero cuando pienso en el final de mis días, no lo puedo evitar, es mejor así. Mientras tanto, las agujas de mi reloj siguen sin marcar la hora, hace poco les han visto bailando y besándose en la fiesta del orgullo gay, me alegro mucho por ellas, el amor no entiende de fronteras.

La vida del hombre-caracola. XVII

 

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Creo que vivo en una dimensión o en otra realidad diferente a la de los humanos, mi hipersensibilidad me hace ver la vida desde otro objetivo, solo siento amor y eso, por desgracia, es cosa de unos pocos. Puedo percibir la electricidad que recorre mi cuerpo y aprecio como circula la sangre por mis venas entre el latir de mi corazón. Evidentemente estoy atrapado en un cuerpo, entre la piel y los huesos, aunque sé de sobras que no me pertenece ni tan siquiera eso. Cuando abandone la Tierra, mi vida en el planeta azul permanecerá en mi memoria como un sueño, solo eso, la verdadera realidad es la que vivo por dentro. Cuando enmudece el mar, medito y escucho a mi consciencia, no hay nada mejor que eso para hallar respuestas o resolver enigmas, eso último me apasiona. Si algún día el hombre moderno despertara, abriera los ojos y decidiera cambiar el mundo, tendría que empezar a hacerlo desde el interior de cada una de las personas, donde habita lo bueno pero también el odio, la avaricia, el rencor, el veneno…El mayor enemigo que yo tenía, cuando era humano, lo llevaba dentro. Por suerte, como ya lo he dicho en más de una ocasión, en mí morada ahora solo reina el amor, siempre se me dio mal el juego.